Si te la encuentras por ahi

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Narra Luna

La primera semana solo salí de casa para trabajar y para ir a clase, he tenido que procesar muchas emociones y muchos momentos vividos con Pedri, que involuntariamente me venían a la cabeza, hubo días de esa semana que me pase toda la tarde en cama hasta que me quedaba dormida siendo un mar de lágrimas, pero a su vez aprendí e interioricé que yo crecí, que fui valiente y defendí mis sentimientos, y que tenía que entender que Pedri no era el malo, que él estaba bien como estábamos, que no necesitaba crecer, pero uno no puede quedarse en lugares donde no crecemos cuando es lo que anhelamos. 

Pedri González  se fue ese día por la puerta y no volvió, tampoco salió nada sobre él en las noticias. De lo poco que hablé de él con Fer me dijo que era como tener un fantasma en casa.

La segunda semana volví poco a poco a la normalidad, además de por mérito propio, fue gracias a Fer, Sira y a Ansu, quienes en ocasiones me venían a buscar a casa para hacer más planes que trabajar y estudiar. Sobretodo Sira, quien se encargó de tocar mi puerta un viernes para obligarme a ducharme, a cenar, a ponerme un top y unos vaqueros y me llevó al concierto de Aitana donde ambas gritamos y lloramos las canciones que nos tocaron el alma. 

"Aunque nuestras rosas se mueran. Sé muy bien que la primavera llegará aunque no estemos juntos. Cuando ya no me duela, quisiera hablarte, y aunque haga daño, prefiero herirme, antes que irme y ser dos extraños"

Cuando llegué a casa del concierto, tenía esa canción taladrándome la cabeza, tanto que sentí la necesidad de subirla a instagram donde salíamos Sira y yo cantándola, donde a mi se me notaba demasiado en la cara que estaba llorando pero que a su vez estaba dejando ir, cantar esa canción a todo pulmón fue una despedida. Justo cuando me metí en cama mi móvil comenzó a vibrar, la cara de Pedri sonriendo en una de las puestas de sol más bonitas que he visto en Tenerife ilumina mi pantalla, con las manos comenzando a sudar cogí la llamada.

-Hola ¿Qué pasó?- ridículo mi contestación, pero estaba demasiado sorprendida. 

- Quería escuchar tu voz- escucho su voz ronca, un poco entrecortada, haciendo que mi corazón comience a latir como loco, devolviéndome esa ilusión. Rápidamente sacudí la cabeza, no, no me puedo hacer esto a mi misma. 

- Pedri- suspiro.- me haces daño.- decido ser sincera con él. 

- Dame tiempo,  por favor, no te rindas conmigo Luna- me pide, no se que contestarle, creo que él tampoco esperaba que le respondiera ya que cuando cuelgo el teléfono no me vuelve a llamar. 

[...]

Durante la semana recibí llamadas puntuales de Pedri, las cuales decidí no cogerle ninguna, él sabía perfectamente donde encontrarme si de verdad quería que le esperase tenía que demostrármelo. 

Mi querida amiga me había pedido que la acompañase a ver a Ferran jugar, estaba realmente nerviosa, ya que iba a ver en persona a Pedri después de tres semanas intensas, pero me tranquilizaba el hecho de que no iba a estar cerca de él. 

Sira me presentó a una chica, la cual era novia de uno de los jugadores extranjeros, la pobre en cuanto me vio me dijo que estaba deseando conocer a la novia de Pedri, en cuanto vio la cara de circunstancia de Sira y mi incomodidad se disculpó al momento. 

- Perdón por haber abierto la boca de más- me dijo, tenía una voz super dulce, ya que se mezclaba con su acento de fuera. 

Salieron a calentar, me daba un poco de vértigo nuestra proximidad al campo, solo rezaba por que Pedri no me viese, pero algo me decía que Fer ya le había informado de la situación. 

- Señoritas - hace una reverencia Fer entregándome un cubo de palomitas, las miro bastante nerviosa, ya que mi estómago y yo últimamente no éramos los mejores amigos del mundo. Fer sabía que estaba teniendo problemas con la alimentación, ya que me había estado ayudando a seleccionar qué alimentos toleraba mejor que otros. 

Lugar seguro | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora