Difícil de lidiar

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Narra Luna

Me despierto un poco confundida al notar un peso en mi cintura, enciendo la luz de la linterna de mi teléfono para poder ver un poco, me giro sobre mi topándome la cara del castaño que anteriormente estaba pegada en mi nuca, tiene una expresión relajada, me siento un poco más tranquila al saber que ha dormido conmigo ya que me quedé bastante mal por la discusión que tuvimos ayer, sin sentido.

A la vez que tranquila estoy un poco molesta por su actitud y palabras que tuvo hacia mi, ha generado que tenga un gran conflicto interno sobre si tiene razón o que soy difícil de sobrellevar.

Me levanto de la cama con cuidado y me meto en el baño, hago mis necesidades y me lavo la cara con mis cremas, me hago un moño y vuelvo a la habitación. Para mi sorpresa,  la luz de la habitación está encendida y Pedri está levantado subiendo la persiana.

- Buenos días.- digo tímida, el también me mira nervioso.

- Siento la forma en que te hablé ayer Luna, estaba muy enfadado con la situación y muy preocupado por ti.- dice acercándose a mi. - lo siento de verdad. - yo me separo un poco al cohibirme su cercanía, no me apetece hablarlo y me encuentro un poco incómoda.

- No te preocupes.- me limito a contestarle y me pongo a hacer la maleta, siento que Pedri tiene intención de seguir hablando conmigo, pero al notar mi actitud hacia él decide darme espacio y sale de la habitación.

Me quedo pensando en las palabras del canario, siento una opresión en el pecho, sinceramente sus palabras de ayer me han afectado bastante.

Fer entra en la habitación buscando a Pedri, en cuanto me ve se da la vuelta, evitándome.

- Oye, que hacías hablando con mi mejor amiga.- le digo, el me mira nervioso.

- Solo somos amigos te lo prometo, no ha pasado nada entre nosotros.- le miro sin creerme sus palabras.- le hablé yo - encarno una ceja, bufa rindiéndose y habla- ella me atrae bastante ¿Vale? - levanto ambas cejas esta vez, me mira cansado.

- Bueno.- cedo cuando no le veo con intenciones de seguir hablando.- ya me contarás cuando estes preparado, no le voy a decir nada a ella de esta conversación pero como le hagas algo te parto las manos y haber como le cocinas a quien te da de comer.- le vacilo, el hace un gesto militar. Me ayuda a cerrar la maleta.

- Oye ¿Y Pedri? - me encojo de hombros. - ¿Pasó algo ayer con él verdad? - asiento. El suspira.

- Algo me dijo mi madre, el a veces piensa que el mundo es muy fácil - me dice, yo la verdad que no quiero hablar de esto.

- Bueno, ya se nos pasará- miento dándole una sonrisa, Fer cambia de tema hablándome de alguna polémica de algún tiktoker que ha leido en twitter.

[...]

Estoy con Pedri dentro del coche en el parking del aeropuerto, no habíamos vuelto a hablar desde que me dejó sola haciendo la maleta.  Su hermano se ofreció a traerme pero para mi sorpresa el canario se opuso, dijo que me dejaba antes de ir a la ciudad deportiva.

Estábamos en silencio dentro del coche, la verdad era bastante ridícula la situación.

- Luna no quiero que te vayas a la isla estando así.- lo miro con curiosidad ante sus primeras palabras. - no quiero estar mal contigo, ya te he pedido perdón, no seas cabezota.- dice lo último un poco cansado, le miro indignada.

- Fuiste tu quien me ha hecho sentir fatal por ponerme enferma.- le reprocho, suspira.

- No puedo quedarme tranquilo viendo como te tratas Luna.- me dice mirándome a los ojos, haciendo que mi corazón se rompa un poco ante esas palabras, siento como me empiezan a sudar las manos y el corazón me palpita más rápido de lo normal.- no soy capaz de lidiar con ello y exploté contra ti, perdón. - y ahí está, lo que me esperaba. Lo que siento de todas las personas, que no son capaces de lidiar conmigo.

- No entiendo nada Pedri de verdad. - le digo sin entender sus palabras y bastante dolida . - no se a que quieres jugar conmigo, me dices que vas a estar para mi y ahora que no eres capaz de lidiar con ello. - el me intenta poner su mano en mi pierna, la cual no me di cuenta que estaba temblando. Me aparto.

- Estar conmigo te va a hacer mucho daño Luna.- me dice con un hilo de voz, abro mis ojos como platos. - Vas a ver fotos y videos conmigo con chicas, te van a criticar de arriba a bajo..- Le corto levantando la mano, no necesito escuchar más. Abro mi bolsa, busco la camiseta que me regaló y se la doy.

- Ah es verdad, que tu puedes liarte con otras chicas pero los demás chicos no pueden ni mirarme.  - digo sarcástica. - tus promesas no las quiero. - el me mira confundido he intenta devolverme la camiseta pero la echo a los asientos de atrás.

- Sabes que contigo es especial y que eres la única. - dice mirándome a los ojos, me río amargamente, apartando la mirada ya que se que este chico me puede.

- No creo que sea la única, y menos cuando no sabes lo que quieres - le contesto para al momento arrepentirme, ya que ha ido con segundas. Se queda callado unos segundos, yo juego con mis manos nerviosa.

- ¿A caso tu sabes lo que quieres? - se limita a preguntarme, ahora si que lo miro a los ojos con rabia.

- Lo que se es que hicimos una promesa, la cual incumpliste a la primera que yo me vine abajo, y soy una persona que se viene a bajo bastantes veces, por lo que igual tienes razón, y soy difícil de lidiar y me vas a hacer daño - digo mientras cierro mi bolso, y salgo del coche para mi maleta. El también sale del coche.

- Que no Luna, que no es eso pero no te quiero hacer daño. - siento como algo se rompe dentro de mi, el no siente lo mismo que yo por él. - no estoy seguro de que quiera atarme a una relación. - dice una vez que esta enfrente mía.

- ¿Atarte? - espeto un poco enfadada. - si para ti estar atado es que yo no me puedo acercar a nadie pero tú en Barcelona puedes hacer lo que te da la gana. - veo como baja los hombros, derrotado ya que no soy capaz de dar el brazo a torcer. No quiero seguir hablando de esto.

- Luna- dice, saco la maleta del coche con los ojos llenos de lagrimas que por orgullo no dejo caer.

Narra Pedri

-Tienes miedo a que me hagan daño por estar contigo, pero yo creo que el que tiene miedo a que le hagan daño es a ti, y que quien te haga daño sea yo. - me mira a los ojos fijamente, desarmándome cuando los veo brillosos y un poco rojos - Cuidate Pedri. - cierra el maletero y se va.

Me meto dentro del coche, doy un golpe al volante, arrepintiéndome de lo que he hecho, la veo marcharse por la salida del parking, pero sin valentía para ir detrás de ella.

Cuando llego al entrenamiento, llego como si hubiera visto a un fantasma, les cuento la conversación que he tenido con Luna y que ya se acabó lo que tenía con ella.

[...]

Han pasado cinco días desde que Luna dejó Barcelona, no me llamó, yo a ella tampoco, la veía en redes sociales, en fotos con Bea... era una tortura para mi pero no era capaz de dejar de seguirlas, además Luna y Bea se han empezado a llevar con nuestro grupo de amigos de Tenerife, por lo que la rubia estaba bastante presente.

Porque al sentirla lejos, me mataba y no solo físicamente, sabía que lo de ella y lo mio había llegado a un punto final. Había sido un completo gilipollas, pero me reconfortaba el pensamiento de que la estaba protegiendo de mi mundo, además me había enfocado en mejorar a nivel futbolístico, todo en base a sus palabras después del partido.

"Ya sabes lo que tienes que mejorar, y tienes los recursos del mundo para hacerlo, sobre todo esas ganas que le echas y esa magia innata dentro de ti."

Y es que no se, si ya tiene a otro, si ya se ha olvidado de mi, porque yo de ella no. Ya se que han pasado solo cinco días desde que se fue, pero yo nunca había sentido este vacío tan grande dentro de mi por una persona, tengo una angustia en el pecho cada vez que me llega un mensaje, pienso que es la rubia de los ojos castaños.

Y mira que me hablan por instagram miles de chicas, que hace unos meses les diría de quedar sin ningún problema, o hubiera hablado con ellas por mensaje para entretenerme un poco, pero solo pienso en que ninguna se compara a Luna.

Decido mandarle un mensaje a Carmen, preguntándole si está libre. Tengo que sacarme a la rubia de la cabeza de algún modo.

Sabía que si había una minima posibilidad de recuperar a luna se había acabado en el momento que se publicaron las fotos de la chica aquel día en mi coche.

Lugar seguro | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora