La casa de los González

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Llego al aeropuerto el Prat después de 3 horas y media de vuelo, me había acabo el libro de los siete maridos de Evelyn Hugo que me había prestado una compañera de trabajo.

Nunca había pisado Cataluña, me daban bastante ansiedad los aeropuertos ya que estaba lleno de gente yendo de un lado a otro, además, no pude volver con Fer ya que le surgió un imprevisto y él tuvo que volar antes. Estaba sentada con el móvil esperando a mi maleta.

Le escribí a Pedri cuando ya tenía mi equipaje en la mano, salí de ahí y busqué con mi mirada al canario. Levanto la mirada buscando hacia todos lados, me desespero al no encontrar a Pedri por ningún lado, pero parecía que cada vez llegaban más y más personas. Me fijo en una cabellera negra que se acerca a mi, suelto el aire que había estado reteniendo y me acerco a él, Fer me saluda con la mano. No es el canario que yo esperaba pero no dude en correr hacia él y abrazarlo.

- Pedri está en el parking- aclara mi duda.- no queríamos llamar la atención, ya que Barcelona no es Tenerife. - me explica con una pequeña mueca, me llevo la mano a la frente.
- Ay Fer a veces se me olvida de que es famoso.- me empiezo a reir.- No te preocupes lo entiendo. ¿Qué tal?.- comenzamos a andar hacia el parking, hay gente que se nos queda mirando, como reconociendo a Fer, pero muy poquitas personas.

Me pregunta qué tal el vuelo, le cuento mi experiencia en primera clase ya que al canario se le había ido la pinza, recuerdo mi llamada indignada y enfadada con Pedri por haberse gastado ese dineral innecesario cuando yo siempre había volado en turista sin ningún problema.

Una vez en el parking veo como sale de un mini verde Pedri, corro hacia él dando un pequeño grito, hace meses que no lo veía, me estrecha entre sus brazos elevándome un poco del suelo.
- Madre mía cuanto tiempo sin tenerte al rededor molestando.- dice riéndose.

De repente siento un flash y unos cuantos gritos, me quedo de piedra cuando llegan más flashes, por suerte, Pedri me tapa con su pecho. Escucho la voz de Fer pidiendo que mantengan una distancia, Pedri tira de mi hacia el coche, intenta mantener mi rostro tapado con su cuerpo, me aprieta fuerte contra él.

- Luna, no levantes la cabeza.- me susurra, asiento como puedo. - Fer toma.- escucho el sonido de las llaves, pero no veo nada. Pedri empieza a andar y me lleva con él, escucho voces de seguridad pidiendo a los cuatro reporteros que mantengan una distancia prudencial.

- ¿Quién es la chica Pedri? - es la pregunta que más suena. Estoy en shock. Noto como me tapan con una especie de chaqueta. Pedri me pide que confíe en él, al estar pegada en su pecho, puedo escuchar como el latido de su corazón está acelerado y como sube y baja debido a la respiración fuerte en un intento de mantener las formas. Una vez abierta la puerta del coche, me agacha la cabeza con delicadeza para que no me dé y me pide que me siente sin sacarme la sudadera de la cabeza. Ya en el coche, me siento y él se sienta a mi lado cerrando la puerta. Fer arranca el coche.

- Qué puta locura.- habla Fer. - Ya puedes sacarle la sudadera Pedri.- avisa Fer, saco mi cabeza de dentro en busca de aire, me aparto el pelo pegado que tengo en la cara.

- Madre mía.- me limito a decir.- No sabía yo que eras Kim Kardashian.- bromeo en un intento de calmarme a mí, pero sobretodo al moreno que me ve con una expresión de preocupación en el rostro.

- Lo siento Luna, Barcelona es así, no puedes ir tranquilo a ningún lado. - me deja un beso en el lateral de mi cabeza. Me giro a verle con una sonrisa, estoy sentada en el asiento del medio y tengo su brazo alrededor de mis hombros.

- ¡Os tengo una sorpresa!- recuerdo, Fer me mira desde el retrovisor interior y Pedri también me mira atentamente cuando rebusco en mi mochila. Saco el tupper.

Lugar seguro | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora