Aquellos ojos

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Salgo de la biblioteca agotada, sin ganas de nada, además ya son pasadas las 22h de la noche, voy con el ordenador en la mano y el bolso en el hombro, aviso a Pepi que ya he acabado el trabajo y que voy hacia su casa.
Apoyo el ordenador en la parte de arriba del coche por que no era capaz de sacar las llaves del bolso, grave error de novata en esta ciudad, ya que alguien sin saber de donde salió, me empuja agarrando mi querido portátil del capó y salió corriendo, me quedo en shock sin saber que hacer.

- ¡Me cago en la puta!- grito, doy un golpe en el capo del coche, no me puedo creer lo que acaba de pasar, con lágrimas de rabia en los ojos llamo a Pedri, quien no me coge las cuatro veces que lo he llamado. - Genial. - murmuro, dejo de insistir y me meto en el coche.

Antes de arrancar intento ver desde mi móvil la ubicación del portátil, el cual no me lo marca ya, así que ya lo doy por perdido. Sin embargo decido ir hacia comisaria dónde literalmente se han reído de mi diciendo en catalán que ponga la denuncia pero que me olvide de recuperarlo.

Comienzo a conducir hasta la casa de Pedri, no puedo creer como puedo ser tan tonta, literalmente poco más y se lo doy en la mano al ladrón.

Voy maldiciendo durante el resto de camino hasta llegar a la urbanización, donde me dejan pasar y en unos minutos más llego a la casa de los González, timbro y tardan como 10 minutos en abrirme el portalón, meto mi coche dentro y lo dejo en el asfalto de la entrada.

Me bajo enfadada con el mundo, conmigo misma por ser tan ingenua, con el señor que se ha llevado mi ordenador, con el master por ponerme trabajos tan largos y con Pedri por no contestar al teléfono durante dos horas, por que si ya son las 00:00h.

Abro la puerta de casa, una vez dentro voy hasta donde se de sobra que está mi novio, no me sorprende al ver a Gavi a su lado, ambos jugando a la play, me acerco a ellos con los brazos cruzados.

- Hola amor - saluda Pedri sin siquiera mirarme.

-¿Qué tal el trabajo? - pregunta Gavira en la misma postura que mi novio, con el mando mirando la televisión.

- Me han robado el ordenador- digo, los dos se giran sorprendidos, Pedri parece que me inspecciona de arriba a bajo quedándose tranquilo cuando no me ve dañada.

- ¿Estás bien? ¿Te puso una navaja en el cuello o algo? - me pregunta Gavi preocupado. Niego con la cabeza, Pedri mira su móvil y se queda pálido, si, tiene como 25 llamadas perdidas mías.

- Perdón- dice, suspiro y me siento con ellos, quienes me miran expectante, le saco el mando a mi novio.

- Una partida Gavira- el sevillano no se niega y Pedri no se queja cuando reinicio su partida, comenzamos a jugar en silencio y Gavi debe de estar tan nervioso debido a que sabe que estoy enfadada que el sevillano la caga durante todo el partido y acabo ganándole 4-0.

Sin decir nada más subo las escaleras hasta el cuarto de Pepi donde me pongo cómoda y vuelvo a bajar encontrándome a ambos jugando, sabía que Gavi se quedaba hoy a dormir aquí por que mañana madrugamos para irnos a Bilbao.

Narra Pedri

Luna le gana a Gavi sin despeinarse, influye que mi amigo tenga miedo del carácter de mi novia enfadada. Me siento muy mal por no haber estado para ella pero me reconforta el hecho de que no le haya pasado nada.
Se envuelve con una de las mantas que tenemos Fer y yo, siempre me llamó la atención su manía de enroscarse como una fajita, se lo vi hacer por primera vez en verano en la playa cuando nos conocimos, recuerdo su enfado por reírme de ella. Debo de parecer un loco sonriendo mientras juego a la play.

Unos cuantos mechones rubios rebeldes salen por delante de su cabeza, la cual esta apoyada en mi regazo mientras juego un par de partiditas con Gavi.

Luna no ha cenado y se está quedando dormida, lo noto por su respiración tranquila, debato conmigo mismo entre dejarla dormir o despertarla para que cene ya que mi novia y su alimentación no es la mejor combinación. Pongo el juego en pausa y la muevo con delicadeza, Gavi se pone con el móvil.

Lugar seguro | Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora