Mejores amigos

298 34 45
                                    

Como mejores amigos que desde niños eran, aunque ambos tenían los mismos sentimientos por su contrario, preferían guardarlos para evitar terminar con tan bonita amistad.

Además era difícil para ambos percatarse de las miradas de amor que profesaban cada vez que conectaban la vista porque sentían que solo estaban malinterpretando, así que incluso si había algún tipo de insinuación, sobre todo por parte de Mo Ran, creerían que solo se trataba de bromas y malos entendidos.

Chu Wanning siempre pensó que Mo Ran solo era sobreprotector con él porque era su mejor amigo, porque cada vez que alguien lo invitaba a salir, su mejor amigo se encargaba de absolutamente todas sus citas.

A todo chico que se le acercara, Mo Ran lo amenazaba y le daba consejos para conquistarlo, así que era mucho más difícil para él llegar a pensar siquiera que su mejor amigo tenía algún atisbo de algo más con él.

La última vez que salió con un chico, casi estuvo a punto de tener algo y no porque él aceptara sino porque Mo Ran parecía aprobar su relación.

El joven Shi Mei era muy encantador, muy tierno, y muy atento, pero aún así la primera vez que salió con él, llevaba de guardaspaldas a su alto, guapo, fornido y moreno mejor amigo vigilando que el chico que Mo Ran mismo aceptó para que salieran, no se propasara de listo con él.

Honestamente todavía le daba un poco de gracia cuando llegaron a un puesto de helados y Shi Mei estuvo a punto de pedir uno de fresa a base de lácteos para él.

Mo Ran corrió como si de vida o muerte se tratara y evitó a toda costa que el ligue de su mejor amigo le diera ese helado de fresa.

—¡No, no! No le compres helado de fresa si es a base de lácteos. A Wanning le gusta de chocolate pero luego le duele la barriga, así que te recomiendo mejor que le compres uno de nutella, sí, sí, le duele menos —regañó a Shi Mei que solo observaba un poco confundido, pero hizo caso omiso un poco menos incómodo por la presencia de Mo Ran en toda su primera cita comenzando a creer que debería de acostumbrarse.

Un poco incómodo cambió el pedido de helado por el sabor recomendado mientras observaba de reojo al más alto que asentía orgulloso.

Si no fuese porque Chu Wanning parecía tenerle un gran aprecio, Shi Mei le habría exigido que se largara, pero le gustaba mucho el frío chico desde hace un tiempo y sabía que no podía dar malas impresiones a Mo Ran, así que solo lo aguantó.

En realidad pudo haber sido tolerante con la relación tan, tan íntima entre Chu Wanning y Mo Ran, pero a la cuarta cita el chico del que estaba enamorado lo rechazó.

Entendió en seguida que había aceptado por insistencia de su mejor amigo, y aunque todavía le desagradaba, agradecía que por lo menos gracias a ese perro tonto había podido acercarse a Chu Wanning.

Realmente Chu Wanning adoraba a su mejor amigo, pero no le gustaba otra persona.

Le gustaba él.

Por otro lado, Mo Ran sentía que no se merecía a Chu Wanning, y no porque se sintiera poca cosa.

Sabía que era muy atractivo, carismático e interesante, pero era un caliente de primera, un posesivo degenerado demasiado intenso, y su Wanning era tan puro e inocente que sentía que nadie debería de corromperlo.

Claro que la idea de ser el primero en la vida de su Wanning le encantaba.

El simple hecho de besarlo para él ya era como un sueño hecho realidad, más jamás haría algo para fracturar su relación con Chu Wanning, así que jamás se lo diría.

No le diría que era tan atento y detallista porque lo amaba. No le diría que tenía su chat fijado en su teléfono. No le diría que a veces observaba su foto de perfil y besaría su teléfono. Tampoco le diría que si se quedaba dormido en su hombro dejaría caer un suave beso en su mata de cabello.

Zona SeguraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora