Feliz cumpleaños, Chu Wanning

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Mientras el nueve de agosto más se acercaba, Wanning parecía más triste, más molesto, y más reacio a entablar cualquier tipo de conversación con cualquier persona.

Mo Ran ya estaba acostumbrado a esa actitud por parte de su novio, pero lo que todavía no le quedaba claro era por qué esta persona odiaba tanto su día de cumpleaños.

Aunque llevaban cinco años de conocerse y dos años de noviazgo, el perro tonto nunca tuvo la oportunidad de pasar el nueve de agosto con Chu Wanning.

Intuía que no había pasado buenos cumple años en antaño y por esa razón se comportaba así de huraño, y por esa razón decidió que su cumpleaños número treinta sería diferente.

Chu Wanning no tenía muchos amigos. A lo mucho, sólo consideraba importantes a Ye Wangxi, Nangong Si y Xue Meng, de ahí en fuera no conocía a otras personas con las que hablara.

El problema con los tres cercanos de Chu Wanning era que no eran realmente tan cercanos. Simplemente admiraban a su novio como la cabeza de la escuela donde los cuatro trabajaban. Aunque sabía que también lo apreciaban, rara vez salían, o conversaban con él mediante textos, lo que le daba un poco de tristeza mezclada con alivio.

Le gustaba saber que era el único para su Wanning, pero no le agradaba la soledad de esta persona.

Una semana antes de su cumpleaños, Mo Ran estuvo insistiendo en que salieran a comer ese día con sus compañeros de trabajo, pero esta persona parecía fúrica con la sola mención de ese día.

Además, Mo Ran ya había notado que el adorable gatito blanco menos respondía sus mensajes mientras más cerca de agosto estaban, y ahora que estaban a una semana de que cumpliera años, ni siquiera se dignaba a conversar con él.

Estaba acostumbrado y entendía que esto se debía a que odiaba esa fecha, pero aún así quería cambiar esa idea.

Al final decidió no buscar a su novio durante el resto de la semana mientras acordaba con algunos de sus amigos y los compañeros de trabajo de Chu Wanning una fiesta sorpresa para este.

Sabía que sería complicado que su novio aceptara salir de su casa en tan especial día, así que no le preocupaba demasiado acomodar y adornar su casa para la sorpresa a su Wanning.

También preparó la comida favorita de su novio y muchos postres para deleitar el paladar de su hombre.

Admitía que se encontraba un poco nervioso por la reacción que pudiese llegar a tener Chu Wanning cuando odiaba tanto los días de su cumpleaños, pero no perdía nada en intentar complacer a su preciosa luz de luna.

Para cuando el nueve de agosto llegó, los pocos invitados que tenía en casa ya se encontraban escondidos detrás de la puerta de su casa mientras Mo Ran se apresuraba a buscar a Chu Wanning.

Al principio, este no quiso recibirlo, incluso le escribió diciendo que se sentía un poco mal del estómago y que pasaría el día durmiendo para que el malestar fuese menor mientras su salud mejoraba.

Para cuando el perro tonto se encontraba tocando la puerta Chu Wanning incluso pensó que no era tan mala idea hacerse pasar por muerto, pero se apiadó del alma de su novio y abrió la puerta con una expresión de desánimo y enojo bastante pronunciada.

—¿Qué haces aquí? Te dije que quería estar solo —reclamó queriendo volver a esconderse debajo de sus sábanas.

Mo Ran no se dejó intimidar, se acercó risueño a su contrario plantando un beso en sus labios.

—No te he visto en una semana y quería venir a verte. ¿Cómo sigue tu estómago?, —pidió saber mientras tocaba con suavidad la pancita de Chu Wanning.

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