Noche

776 63 22
                                    

Dicen que la noche es el momento de mayor profundidad para las personas.

Hay miles de corazones que se abren a la sinceridad, expresan lo que sienten y se permiten amar y ser amados.

Durante la noche se dan las conversaciones más profundas, las personas se abrazan y se entienden, uno llora con la almohada de compañía o bebe introspeccionando lo que ha sido de su vida hasta ese momento.

En el caso de Mo Ran y Chu Wanning, ambos bebían bajo una amena plática a las afueras de la ciudad, siendo acompañados por el cantar de los grillos, las luces de la ciudad a lo lejos y el viento soplando suave y tenue meciendo sus cabellos a un son tranquilo y apaciguado.

Mo Ran siempre había sido espontáneo, así que le pidió a Chu Wanning que lo acompañara a beber solo porque le nació pasar tiempo con su amigo.

Hacía poco más de cuatro meses desde que se habían conocido, y desde ese momento una chispa especial se creó en sus corazones.

Fue un poco difícil para Chu Wanning aceptar esa amistad con Mo Ran porque desde el principio sintió algo por este hombre, así que no podía acercarse mucho a él sabiendo que tenía pareja y que su acercamiento quizá no sería del todo bueno, sin embargo, Mo Ran fue muy insistente e incluso íntimo al punto en el que en ese corto tiempo, se había inmiscuido al punto en el que no podía pasar siquiera una semana entera sin verse o saber algo a profundidad del otro.

También había que tener en cuenta que Shi Mei y Mo Ran terminaron casi poco después de que conocieron a Chu Wanning, así que el castaño no supo si era adecuado ser amigo de ambos, en especial porque Mo Ran solía coquetear con él.

Y Shi Mei también, pero jamás lo notó.

De algún modo agradecía que de un de repente Shi Mei le dijera que no podía considerarlo un amigo. No le había agradado ver al pobre con un rostro triste porque le hizo creer que se debía a que se dio cuenta de que sentía algo por Mo Ran, sin embargo, tras admitir que podía notar que a él le gustaba Mo Ran, le confesó que ese no era el problema porque no le gustaba más su ex, al contrario, le dijo a Chu Wanning que si iniciaban una relación, no sentiría tristeza por ver a Mo Ran con otra persona.

Claramente, antes de terminar aquella amistad, Chu Wanning quiso saber si había algo que pudiera hacer por Shi Mei, incluso le dijo que siempre que ocupara ayuda podía acudir a él, lo que pareció más hacerle sufrir al menor que hacerlo feliz.

A ese punto, Chu Wanning todavía estaba un poco confundido de por qué Shi Mei quiso terminar su amistad, sin embargo, se sentía un poco menos culpable al acercarse a Mo Ran.

—Si seguimos bebiendo —murmuró Chu Wanning al observar que la mitad de las latas de cerveza que tenía Mo Ran encima de su cajuela ya habían sido consumidas—. No podremos regresar pronto a casa.

Mo Ran sonrió con falsa preocupación. Si fuese honesto con Chu Wanning, tendría que decirle que, si bien, aquella salida sí fue una idea que le llegó en el momento, también pensó en alejarse y beber para tener una excusa y pasar mucho tiempo con Chu Wanning.

Mucho.

Si bebían, no podrían manejar, y si no podían manejar, podrían pasar tiempo en el coche demasiado juntos.

—Aunque podemos pedir un taxi, sería un poco caro por la hora, y por la distancia, y me preocupa un poco tu coche —admitió Chu Wanning que comenzó a pensar en alternativas para regresar.

Mo Ran lloró internamente esperando que no hubiese taxis disponibles en caso de que su contrario en serio llamara a uno.

—Por el momento, solo déjate llevar —pidió—. La noche todavía es joven, siquiera pasa de las doce.

Zona SeguraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora