Padres dramáticos

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Mientras uno lloraba desconsoladamente, otro reía por lo bajo ante tal drama, viendo a su esposo berrear solo porque la pequeña A-Yi de doce años había recibido una carta de amor.

Mo Ran le había tomado mucha más importancia que la niña, lo que realmente causaba mucha risa a Chu WanNing, debido a que esta situación no era nada más que karma duro y fuerte.

Mo Yihan con una expresión de confusión total se acercó a su padre más bajo para preguntarle por qué estaba riendo.

—Cuando tu abuelo Huaizui conoció a Mo Ran, lloró durante una semana entera porque me había enamorado —expresó Wanning intentando dejar de sonreír, contándole las confrontaciones a las que se sometió su esposo cuando empezaron a salir.

A-Yi también rió por ese comentario, viendo que su padre moreno daba vueltas por el suelo como un perro, sin dejar de llorar desconsolado.

—¿En serio?

—Sí —murmuró el mayor—. Mi papá no actúa como un celoso, pero lo era demasiado. No sabes lo difícil que fue para Mo Ran encajar con él.

Mo Yihan solo negó con la cabeza para luego acercarse a su Husky padre.

Acarició su brazo queriendo no reír, mientras extraía la carta que Mo Ran todavía tenía en sus manos, porque aún si el chico que se la había dado no le gustaba, era un regalo con una fuerte carga emocional, así que iba a cuidar tal obsequio.

—A-Yi siempre será la niña de papá —prometió la chica—. Tú y papá siempre serán los primeros hombres en mi corazón, te lo juro —sonrió la chica, extendiendo sus brazos para que su padre la abrazara.

El moreno retiró las lágrimas de sus ojos abrazando con fuerza a su pequeña hija, que a sus ojos seguía siendo una niña pequeña, una bebé, así que la cuidaría hasta que su tiempo en el mundo terrenal diera por finalizado.

—Es que yo sé que nos dejarás por alguien más, y no podré hacer nada al respecto porque quiero que seas feliz —sollozó Mo Ran.

—Ya, ya, papá es el más importante en mi corazón, igual que papá Wanning.

El Husky tardó en calmar su sentimentalismo, mientras Chu WanNing solo negaba con la cabeza divertido por ese acontecimiento.

El día en el que Mo Yihan dejara el nido, tendría que consolar a un perro dramático durante mucho tiempo, estaba seguro.

Pero no le molestaba en absoluto. Incluso esa faceta dramática de su hombre, le encantaba.

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