Capítulo Diez

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Definitivamente, desde el día de la fiesta clandestina, Paula sentía que Emiliano se había ido alejando un poco de ella; los comentarios subidos de tono ya no ocurrían y cada vez que ella le decía algo él le contestaba cortante, después del partido con México las cosas habían empeorado y el arquero prácticamente había dejado de asistir a sus sesiones de masajes, que no eran obligatorias pero todo el plantel había concordado en que les servía muchísimo pata mantenerse cien por cien.

La morocha sospechaba que todo estaba relacionado a aquel comentario que había escuchado a escondidas, sobre que el mar platense se iba a terminar arrepintiendo de algo, pero como supuestamente ella no había escuchado esa conversación, no podía ir y preguntarle a Leandro que había querido decir.

Quedaban dos días para el partido con Polonia y la selección tenía agendado un entrenamiento para las últimas horas del día debido a las altas temperaturas que estaban haciendo y por eso mismo Paula había decidido pasar su tarde libre en la piscina del complejo, necesitaba alejarse del drama que se estaba armando en su cabeza.

Le escribió a Julián, preguntándole si quería acompañarla, pero su amigo le dijo que prefería descansar en la habitación y dormir un poco. Si Paula supiese que en realidad no podía mirarla a los ojos después de lo que le había dicho al arquero. El cordobés no era boludo, notaba que Emiliano estaba haciendo un esfuerzo enorme por ignorar a su amiga por lo que el le había dicho y que por su culpa Poly se estaba comiendo la cabeza tratando de entender que pasaba, pero al menos había logrado que se alejaran un poco y cuidaran sus carreras. Se sentía un pelotudo, mal amigo y mal compañero, pero ahora el daño ya estaba hecho.

Decepcionada por la negativa del ex River, pero dispuesta a disfrutar su tarde de todas maneras, la fisioterapeuta se puso su bikini favorito y un remerón que apenas le tapaba el culo, para no bajar hasta la piscina semidesnuda.

Era una pena lo poco que podían disfrutar del complejo mientras estaban entrenando y Paula los últimos días no había tenido un minuto libre, por eso ahora pensaba tirarse a tomar sol y relajarse hasta el último minuto posible.

Le llamó la atención que no hubiese casi nadie en el lugar, solo estaban Lisandro y Enzo tomando sol. Los saludó a los dos y se fue a acomodar en una reposera un poco más alejada, quería un poco de tiempo para ella sola.

Los últimos dos días Emiliano se pasó evitando a Paula y tratándola cortante, lo que hizo que ella se terminara frustrando y dejara de acercarse, que al final hizo que él se terminara frustrando más. Julián se siente culpable porque los ve a los dos mal, pero si dice algo ahora los dos lo van a cagar a trompadas. Se sentó tranquila y comenzó a aplicarse protector solar mientras veía como Enzo y Lisandro cuchicheaban entre ellos y se reían mirando el celular.

—¿están mirando los dibujitos? —preguntó curiosa de que era lo que los hacía reír — están grandes para Bob esponja ya...

—Una porno miramos —Le contestó Enzo, que odiaba la costumbre que tenía la fisioterapeuta de tratarlo de nenito.

—¿Querés mirar? —preguntó el otro, sumándose a la broma de su amigo.

Paula les levanto el dedo medio con ambas manos.

—De vos me espero cualquier cosa Enzo, andás un toque necesitado —Observó— pero vos Licha me decepcionás... tu señora está para darle toda la tarde

—Bueno, más respeto —saltó el aludido, pero sonriendo con orgullo— lengua filosa tenés vos

Después se intercambiar algunos comentarios y burlas más, finalmente los dos jugadores dejaron sola a Paula, luego de que Enzo recibiera un mensaje que les pareció muy urgente. La forma tan sospechosa en la que se habían marchado como dos ratas traviesas tramando algo, hizo que Poly se sintiera incomoda, pensando que en cualquier momento saldrían de atrás de una planta a tirarle con algo por la cabeza. Pero al pasar los minutos nada sucedió, por lo que la morocha bajó la guardia y decidió que era momento de darse un chapuzón, el calor comenzaba a molestarle y necesitaba refrescarse.

Dibujando estrellas - Emiliano Dibu MartinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora