Marzo en Argentina siempre había sido un mes caluroso y ese año no era la excepción. Emiliano, que estaba acostumbrado al clima frío de Birmingham, caminaba por los pasillos del predio de la AFA en busca de su novia. Había decidido darle una sorpresa, llegando de improvisto igual que había hecho ella tiempo atrás.
Los partidos amistosos de la selección se avecinaban, pero lo único en lo que podía pensar el Dibu era en la sonrisa en el rostro de su morocha cuando lo viera llegar. Venía silbando bajito por los pasillos que conocía de memoria, buscando el gabinete donde su novia seguramente estaría descansando.
A pocos metros de la puerta, Emiliano se detuvo al escuchar una conversación en susurros. Paula estaba con alguien en la oficina y no quería interrumpir, pero la curiosidad por el secretismo de aquella charla pudo más y se acercó en completo silencio para escuchar un poco mejor.
Por el hueco de la puerta entreabierta, pudo ver a su novia mirando hacia arriba, seguramente su interlocutor era más alto que ella. No podía distinguir lo que hablaban, pero si podía ver las manos de un hombre aferradas al culo de Paula mientras ella jugueteaba con sus dos manos dentro del pantalón de su acompañante.
Emiliano se frotó los ojos, estaba cansando por el viaje y seguramente su mente le estaba jugando una mala pasada. Paula jamás lo engañaría; pero entonces la morocha soltó una risita juguetona y, como tantas veces lo había hecho con él, se arrodillo en el suelo, liberando la erección de su acompañante y tomándola con sus labios.
El corazón de Emiliano se aceleró, una sensación de angustia se apoderó de él. Observó incrédulo la escena ante sus ojos, incapaz de apartar la mirada. Paula chupaba con ansiedad la pija de alguien que no era él y no se sentía capaz de gritar, de entrar allí e interrumpirlos. La visión se volvía borrosa, distorsionándose como si estuviera mirando a través de un cristal empañado. En ese instante, una mezcla de dolor y rabia se apoderó de él y recuperó el control de su cuerpo.
Abrió la puerta de una patada, encontrándose con el rostro lleno de placer de Federico Gomes Gerth, el patético arquerito de la sub-20 que tantos comentarios fuera de lugar le había hecho a Paula. Los dos se separaron enseguida, asustados por la abrupta aparición de Emiliano.
Paula habló, pero él no podía escucharla porque su voz provenía de lejos, distorsionada. La ira se estaba apoderando de él y no podía controlarse. De repente, Emiliano se despertó en su habitación, con el corazón latiendo desbocado. Respiró profundamente, intentando desprenderse de la intensidad del sueño. "Solo un sueño estúpido", se dijo a sí mismo, tratando de disipar las sombras de la imaginación.
Se tomó un momento para recuperar la compostura, estaba enojado y al mismo tiempo un escalofrío le recorría la espalda, el miedo latente de que Paula pudiera hacerle algo así lo había paralizado. Unos minutos después se levantó con pesadez, sabiendo que no podría volver a dormir. Tomó su teléfono y al revisar su Instagram se encontró con una publicación de Poly pero algo no encajaba del todo bien. La avalancha de comentarios acusatorios le llamó la atención de inmediato, trayendo las imágenes de su reciente sueño a su mente una vez más. Sin entender del todo que estaba sucediendo, abrió los mensajes sin leer. Poly había querido comunicarse con él, pero, por la diferencia horaria, a veces se les hacía difícil encontrarse.
Miró la hora y a pesar de que en argentina seguramente era muy temprano, decidió arriesgarse y hacer una videollamada, el tono de los mensajes de la morocha lo habían preocupado bastante. La pantalla parpadeó antes de que Poly apareciera ante sus ojos, somnolienta y despeinada, visiblemente recién despierta y muy preocupada.
—Buenos días mi reina —saludó él, esbozando una sonrisa e intentando no pensar en el sueño que acababa de tener. Era sólo eso, un sueño— ¿Te desperté? Perdón... —Dijo, frotándose el rostro con la mano libre— Vi tus mensajes y los posteos de Instagram...
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Dibujando estrellas - Emiliano Dibu Martinez
FanfictionEl nuevo trabajo de Paula la lleva directamente al corazón de la Scaloneta, donde tendrá que luchar con todas sus fuerzas para no dejarse llevar por lo que cierto gigante despierta en ella. ¿Podrá? ...