Capítulo Veintidós

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Cuando por fin pudo abrir los ojos, Poly no sabía ni en que planeta estaba. Se tomó unos minutos para adaptarse a su entorno, descubriendo que se había quedado dormida en la habitación de su casa. Su valija estaba al pie de la cama, todavía sin abrir y el resto del cuarto pulcramente ordenado a pesar de recordar vagamente que no lo había dejado así.

Estiró la mano para tomar su celular de la mesita de luz y descubrió que era pasadas las dos de la tarde. Todavía no tenía hambre, por lo que decidió que se iba a dar un baño, pero antes abrió la conversación de Whatsapp con Emiliano, esperando tontamente encontrar un mensaje de él. A pesar de saber que no había nada allí, porque no tenía notificaciones, se sintió decepcionada.

Salió de su habitación, por la hora supuso que su mamá estaría todavía trabajando, por lo que directamente se metió a bañar, sin necesidad de elegir la ropa que iba a ponerse con anticipación. Dejó que el agua corriese por su cuerpo, lavando toda la tensión y suciedad que acumulaba de los últimos días. Se recordó que debía cambiar las sábanas porque la mugre que tenía anoche antes de acostarse era impensada, pero había estado demasiado cansada como para bañarse antes de dormir.

Después de asearse y cambiar las sábanas como había pensado, se preparó algo ligero para comer y mientras decidió que desarmaría su valija. Puso música en su celular y se dejó llevar, bailando alrededor de su cama mientras separaba la ropa que tenía para lavar de la que estaba todavía limpia. Cada tanto, chequeaba su teléfono en busca de mensajes de sus amigas o de Emiliano, pero pronto le fue evidente que la única forma que tendría de saber de él ese día sería viendo el homenaje que le estaban preparando en mar del plata.

Casi a las seis menos cuarto, Emiliano llegó al escenario que habían montado en una de las zonas más importantes de Mar del Plata para su homenaje, el lugar estaba repleto de gente y Paula deseaba ser una de las que estuviesen allí.

Cuando le dieron el micrófono, Paula sonrió como una estúpida al comprobar lo nervioso que se ponía al hablar en público, completamente lo contrario que había sido siempre con ella, pero igual de ingenioso y bardero.

—Poly —Camila entró en su cuarto, seguida de Tefi que ya estaban listas para ir al homenaje a Julian— Mírala mirando al novio por televisión

—Que pelotuda sos —Le respondió ella sacándole el dedo medio— ¿Ya es la hora? —Preguntó decepcionada. Quería seguir mirando a Emiliano, pero no podía fallarle a su mejor amigo.

Poly apagó la tele y se puso de pie, lista para salir con sus amigas. Iban a ir caminando, porque sabía que llegar hasta el estadio en auto iba a ser imposible, muchísima gente de ciudades cercanas se había acercado a Calchín para estar presentes en el homenaje al chico que había metido cuatro goles en el mundial.

La música se escuchaba incluso varias cuadras antes de llegar al lugar y ninguna de las tres podía creer la cantidad de gente que había, era impresionante. Jamás habían visto tante gente en Calchín ni por asomo. Hubo videos, música y cantos antes de que Julián subiera por fin al escenario a agradecer todo el apoyo y las palabras lindas que estaba recibiendo.

—No puede ser más tarado este pibe —Criticó Camila, al escuchar las palabras de su amigo— ¿Está agradeciendo por no poder responder los mensajes?

—Callate boluda, si te encanta que sea así de tiernito —Le picó Tefi, clavándole el codo en las costillas.

—¿Cuándo pasó? —Preguntó Paula, sin poder procesar que sus mejores amigos se tenían ganas.

El homenaje fue corto, luego comenzaron a tocar los caligaris y al final cuando las chicas vieron que Julian comenzaba su retirada, se acercaron al auto que los iba a llevar. Se abrazaron con el jugador y subieron las tres sin hacer mucho caso a los gritos histéricos de las fans de Julián que les gritaban cosas.

Dibujando estrellas - Emiliano Dibu MartinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora