Dibujando estrellas - Emiliano Dibu Martinez

Capítulo Cuarenta y Seis

Poly se encontraba frente al espejo de la entrada en la habitación de sus amigos. Se miraba una y otra vez con una expresión de incertidumbre en el rostro. Estaba impecable con su minivestido de lentejuelas brillantes pero todavía no sabía cómo demonios se había dejado convencer por sus amigos para asistir a este evento.

La premier league organizaba todos los inicio de temporada una celebración masiva en un hotel de Londres, con todos los equipos de la liga como invitados y obviamente Julián, Camila y Mason le habían insistido para que los acompañara. Camila sospechaba que la negativa de su mejor amiga se debía a la inminente posibilidad de cruzarse con su ex, pero Paula le había asegurado que no era así, simplemente no tenía ganas de ir.

Obviamente, al final había cedido a la presión y ahora estaba esperando que la rubia terminara de prepararse. Desde el baño, Camila, sintiendo la impaciencia de su novio y mejor amiga, les gritó que en cinco minutos estaría lista. Julián negó fuertemente con la cabeza, mirando la hora en su teléfono, se acercó a su mejor amiga, y la abrazó por la espalda para sacarse una foto.

— Estás hermosa —Le dijo, plantándole un beso en la mejilla.

— Siempre estoy hermosa, Juli —Contestó ella, sacándole la lengua y apretándole los cachetes con una mano— Que bombonazo que sos, dame un beso.

— ¡Salí de acá, asquerosa! —Exclamó aterrado el delantero, zafándose del agarre de su mejor amiga.

Paula estiró los brazos con intención de golpearlo y él hizo lo mismo, desatando una mini pelea de manotazos histéricos mientras los dos reían a carcajadas. De un momento a otro, la expresión de Julián cambió, se puso serio al momento en que pensó lo feliz que le hacía verla reír.

— Ay ¿Qué te pasa, tarado? —Preguntó la morocha, preocupada pero divertida.

— Sé que... —Juli se aclaró al garganta con nerviosismo— Bueno es casi seguro que hoy va a estar Emiliano y...

— No me importa —Lo interrumpió ella con la voz firme— Te lo dije mil veces, él es parte de mi pasado y de mi círculo profesional —Explicó— Nos vamos a volver a cruzar algún día, ya sea ahora o en diez días cuando el City y el Villa jueguen un partido —Se encogió de hombros, mirándolo fijamente— Para mi es lo mismo.

Julián no se tragó ni por un segundo esa actitud superada de su mejor amiga, la conocía lo suficiente como para saber que no le daba lo mismo volver a ver a su ex esa noche. Perdonar no estaba en la naturaleza de Poly.

— Al menos prométeme que no te vas a mandar ninguna cagada —Le pidió Julián— Acordate que ahora representás al City.

— Eso no te lo puedo prometer —Dijo la fisioterapeuta con una sonrisa pícara y un destello de travesura en los ojos.

Julián se tapó al cara con ambas manos y estuvo a punto de decir algo más, cuando Camila abrió la puerta del baño como una exhalación, dejándose ver espléndida y lista para salir de fiesta. Los tres cordobeses se sacaron un par de fotos antes de dejar la habitación.

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Jamás había visto tanto lujo junto; la morocha cordobesa estaba completamente deslumbrada. Desde que el auto los había pasado a buscar por el hotel, el lujo no había hecho otra cosa que aumentar. Cuando se detuvieron en la entrada del salón donde se celebraría el evento, Paula tuvo que entrecerrar los ojos al verse deslumbrada por cientos de flashes que apuntaban hacia ellos, esperando que bajaran.

Los flashes de las cámaras parecían estallar como pequeñas estrellas frente a sus ojos, iluminando la noche con destellos brillantes que la rodeaban por completo. El ruido de las voces y los clics de las cámaras llenaban el aire, creando un ambiente de frenesí y emoción.