Poly entró rápidamente a la habitación y cerró la puerta, apoyándose en ella con todo su peso. ¿Qué acababa de pasar? ¿Dónde mierda había quedado su sentido común? Ella estaba ahí para TRA BA JAR, no para calentarle la chota a los jugadores, pero por dios no lo podía evitar. Ya sabía que Emiliano le parecía un tipo atractivo, lo había visto jugar en la copa américa y las eliminatorias, pero su presencia, su altura, su arrogancia y ternura al mismo tiempo la había corrido de su eje completamente. ¿Qué iba a hacer ahora?
Sacó su celular del bolsillo de su calza deportiva y miró la hora, todavía quedaba un rato para que comenzara el entrenamiento y en esos momentos deseaba que la hora no llegara jamás. No quería tener que volver a salir de su cuarto nunca, no quería cruzarse con el Dibu hasta que terminara el mundial.
Al final escribió a la única persona con la que sentía que podía hablar de lo que estaba pasando. Le escribió un mensaje rápidamente a Julián y salió nuevamente de la habitación sin pensar en darse un baño o al menos quitarse la ropa sudada.
Subió por el ascensor al piso donde estaban la mayoría de los jugadores y fue decidida hacia la habitación de su mejor amigo, tan decidida que no se dio cuenta que Leandro paredes había salido de su habitación, por lo que chocaron de frente.
—Uh perdóname, no te vi —Le dijo el joven ojiceleste, sosteniéndola de los brazos para que no se cayera— ¿Vas para el gym? —Preguntó al ver la ropa deportiva de la fisioterapeuta.
—Eh, nono —Respondió ella, aturdida— Voy a ver a Juli, fui al Gym temprano porque no podía dormir...
La sonrisa cómplice de Leandro la desencajó. El ojiceleste le señaló la puerta de su habitación y se acercó a su oído para decirle algo en secreto.
—Acaba de entrar el dibu con un humor del orto —Le susurró—Venía del gimnasio, no tendrás algo que ver vos, ¿no?
Con lo lindo que era Leandro Paredes, Paula nunca se hubiese imaginado que el chico vivía por el chisme barato. Se alejó de él un paso y negó con la cabeza, sin ánimos de explicarle absolutamente nada.
—Yo creo que lo tenés loco al grandote —se burló el joven, golpeándole juguetonamente el brazo— Todo bien Pauli, el dibu es un tipazo.
No sólo se dedicaba a gastarla, sino que le ponía apodos que ella odiaba, Leandro Paredes se estaba buscando definitivamente una lesión.
—No tengo idea de que hablás —Se encogió de hombros y se hizo a un costado para reanudar su marcha— Julián me está esperando.
—Si, hacete la boluda nomás...
Ya teniéndolo a su espalda, paula le levantó el dedo del medio, mandándolo claramente a la mierda. Unas puertas más allá, Julián ya la estaba esperando y había sido testigo de la conversación con el ojiceleste; la dejó entrar y cerró la puerta para tener privacidad, porque Leandro se había acercado sigilosamente, como si no tuviese nada que hacer.
—¿Los chicos? —Preguntó, al no ver a Enzo y Lautaro en la habitación.
—Bajaron a desayunar, estamos solos —le explicó su amigo, sentándose en la cama y dando dos palmadas al colchón a su lado para que ella hiciera lo mismo— ¿Qué pasó? Usaste la spiderseñal.
—Creo que me mandé una cagada y no sé como voy a hacer para seguir
Julián escuchó atentamente lo que su amiga tenía para contarle y aunque no le agradaba especialmente escuchar que ella tenía ese tipo de sensaciones con uno de sus compañeros de equipo, le prestó su oído y cuando fue el momento le aconsejó lo que para el era la mejor opción. Paula se podía jugar su puesto de trabajo si alguno de los directivos se enteraba de la situación, sobre todo si consideraban que aquello podía estar afectando el rendimiento del arquero.
—No entiendo que me pasa, jamás fui tan descuidada lo sabés perfectamente
El ex River conocía muy bien a su mejor amiga y sabía que era lo que le estaba pasando. Paula estaba acostumbrada a coquetear con quien quisiera porque jamás le había pasado nada importante con nadie, la conocía desde pequeña y no la había visto tan enganchada con alguien como ahora y aunque la araña no supiera si su amiga estaba enamorada, sabía que Emiliano Martínez había despertado en ella algo que nadie había podido hacer antes y eso la desencajaba.
—Tenés que tener cuidado hermosa, ya te digo —Repitió, acariciándole el rostro—Si el Dire se entera que le estás desconcertando al arquero titular te mata
Paula se tapó el rostro con las manos, llena de frustración. No sabía si iba a ser capaz de controlarse, lo había demostrado esa misma mañana que habían estado a punto de besarse y Poly no sabía si podría detenerse a tiempo.
—Mirá yo lo conozco poco al dibu, es medio reservado —Comenzó a decir Julián, que de pronto se le había ocurrido como ayudar a su amiga— Pero se que es un tipo con códigos, si el piensa que estamos juntos de verdad, no te va a avanzar.
—¿¡Qué!? Estás mal de la cabeza Julián, te golpeaste fuerte —Comenzó a revisarle la cabeza, buscando algún punto donde tuviera un chichón— Dejame verte, quédate quieto
—Salí tarada —Se sacudió él, para sacársela de encima— Te estoy hablando enserio, pelotuda
—No le pienso ir a decir que estamos saliendo Julián ¿Qué te pasa? —Le preguntó histérica— Voy a quedar como la más busca y la más pelotuda...
—Pero si no hay que decirle nada, los chicos ya se encargaron de hacernos quedar como algo más que amigos, simplemente es dejar de desmentirlo...
Paula se mordió el labio con indecisión y abrazó a Julián por la cintura, apoyando su cabeza en el fuerte hombro de su mejor amigo. El ex River la abrazó también, pasando su brazo por los hombros de la morocha y la dejó descansar allí. La preocupación y los nervios la tenían sin dormir bien hacía días y para colmo se acercaba el primer partido de la selección.
—Va a estar todo bien peque, dale no te pongas así —Pidió Juli, dándole palmaditas en la espalda— Vos no sos así, sos fuerte y decidida y te encanta y siempre para adelante... —El chico suspiro, dudando un momento si decir lo siguiente, porque no le encantaba la idea en absoluto—si lo que te preocupa es tu trabajo y el desempeño del Dibu en el torneo, la solución es esperar hasta que termine y después lo dejás que te de como a cajón que no cierra
—¡JuliÁn sos un desubicado! —Exclamó ella, tratando de contener la risa, el comentario le había hecho gracia.
—Bueno, perdón muy machista mi comentario —Se rectifico—le das vos como a cajón que no cierra
Nuevamente Paula abrazó a su mejor amigo, esta vez con una sonrisa en los labios; Julian era capaz de animarla hasta en sus momentos más oscuros y la idea de una noche salvaje con Emiliano Martínez también la hacía sonreír.
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Holaa Bebus, como están? Bueno les traigo la parte cuatro de este hermoso delirio. Quiero decir que ahora estoy escribiendo casi sin detenerme a corregir, así que más adelante voy a intentar retocar algunas cositas, pero ahora me puede la emoción y quiero seguir con esto porque sino me trabo al pedo.
Como siempre, las dejo con una foto de nuestro hombre.
AGUANTE ARGENTINA LA CONCHA DE LA LORA.
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Dibujando estrellas - Emiliano Dibu Martinez
FanficEl nuevo trabajo de Paula la lleva directamente al corazón de la Scaloneta, donde tendrá que luchar con todas sus fuerzas para no dejarse llevar por lo que cierto gigante despierta en ella. ¿Podrá? ...