Capítulo uno

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El día por fin había llegado, esa mañana la selección argentina de Fútbol viajaría a Qatar para dar comienzo a los entrenamientos previos al inicio del mundial y Paula viajaría con ellos como parte del cuerpo médico. No había tenido oportunidad de conocer a los jugadores todavía, pero si había tenido entrevistas previas con el director técnico y el jefe de área del cuerpo medico y ambos habían quedado más que satisfechos con sus habilidades como fisioterapeuta y confiaban en que ella era la indicada para realizar ese trabajo.

Llegó al aeropuerto con bastante anticipación y se instaló en la sala privada que habían dispuesto para que el plantel pudiera esperar tranquilo el horario del vuelo. Cuando llegó sólo estaba Scaloni en el lugar, a quien saludó con confianza y mucha emoción por lo que se venía.

—Seguro que los muchachos están sacándose fotos con los fanáticos ¿Viste cómo es? —comentó el DT para pasar el momento— Ya los vas a conocer, son unos locos lindos algo bravos, pero mucho ladrar y poco morder

—No te preocupes Lionel, seguro que los puedo manejar —Dijo ella con tono alegre—Si alguno se me hace el vivo lo lesiono —bromeó.

Poco a poco los jugadores fueron llegando, se saludaban entre ellos y al resto de los presentes que también habían ido llegando con el tiempo, todos saludaban a Paula sin hacer demasiadas preguntas. La joven morocha observaba a los hombres con los que iba a pasar los próximos dos meses, enseguida notó que eran ese grupo alegre y unido que se había visto en la copa américa, obviamente ella conocía a los jugadores, aunque esta fuera la primera vez que los veía.

No le sorprendió comprobar que Messi era tan humilde como se mostraba en la tele, ni que el Papu Gomez y Rodri de Paul eran dos locos hermosos que siempre estaban en un cumpleañitos, o que Otamendi era efectivamente un osito de peluche que si quería podía romperte tres costillas, pero si que se sorprendió cuando lo vio entrar a Emiliano Martínez.

Paula era consciente de que ella no era la chica más alta del planeta, pero siempre se había considerado promedio, pero al ver entrar a aquella torre de casi dos metros de altura se sintió pequeña. Sin poder evitarlo, recorrió descaradamente el metro noventa y cinco de pies a cabeza, sin darse cuenta de que se estaba mordiendo el labio inferior con asombro. Por un momento el tiempo se paró y Paula no fue consiente más que de la presencia de aquel gigante frente a ella, que ahora le sonreía de forma burlona al darse cuenta de que ella no dejaba de mirarlo.

Sus ojos marrones brillaban acompañando una perfecta sonrisa mezcla entre burlona y tímida y entonces le dijo:

—Una foto dura más —Bromeó, tendiéndole la mano para saludarla— Soy Emiliano... ¿Vos sos...?

—Ya sé quien sos —le respondió ella avergonzada— Perdón...

Se iba a presentar, pero en ese momento alguien la tomó del brazo haciéndola girar sobre su eje y la estrechó en un fuerte abrazo que llevaba meses esperando. Julian hundió su cara en su cuello y le dio un sonoro beso allí, lo que hizo que el resto del plantel chiflara con emoción.

—Bueno muchachos —Interrumpió Scaloni, dando unas palmadas para llamar la atención de todo el plantel—Juntensé que los tengo que presentar...

En el poco tiempo que había pasado, los muchachos, especialistas en armar quilombo, habían puesto música e incluso Otamendi estaba grabando un video, el cual cortó cuando escuchó las directivas del DT y el Papu Gómez dejó de tirar sus famosos pasos. Se juntaron alrededor de Scaloni, clavando la mirada en la joven que tenía al lado, a la que Julián había abrazado como si fuera de su propiedad.

El Dibu se quedó en donde estaba, todavía con la sensación de que le habían negado el saludo minutos antes. Observó a la joven saludar con la mano a todos, que la observaban como si fuera un juguete nuevo. La chica tenía una sonrisa radiante que alentó a más de uno a soltar un comentario fuera de lugar, que fue respondido con sarcasmo e ironía por parte de la morocha, lo que hizo sonreír de forma inconsciente a Emiliano.

Dibujando estrellas - Emiliano Dibu MartinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora