Essential-Cedric Diggory

3

Chapter Three
The triwizard tournament

Diana's Pov:

habíamos ya entrado al Gran Comedor, la felicidad que me invadía era la de siempre, tan majestuoso como lo recordaba. Siquiera la gran noche llena de nubes que amenazaban con lluvia podía bajar mi estado de ánimo. Por más que a muchos les gustara la lluvia o las tormentas, yo no podía evitar sentir cierta angustia al verla, un sentimiento que hacía que se me revolviera el estómago se mezclaba con horribles recuerdos al ver las gotas caer del cielo. Estaba tan distraída que me choqué con Harry Potter, quien me saludó con las mejillas sonrojadas junto con sus amigos. Yo les devolví el saludo antes de volver con mi grupo.

Nos sentamos y comenzamos a hablar entre risas, esperando ansiosos a la canción del sombrero seleccionador y la selección de los nuevos alumnos.

Con Marcus y Mónica siempre nos poníamos un poco... competitivos en cuanto a la selección, mientras más estudiantes entren a Gryffindor mejor.

Con Nick esperábamos ansiosos al banquete, ya que para nosotros era de las mejores comidas del año, yo no era de comer más de lo necesario, pero al banquete lo conocíamos como el "todo lo que puedas comer".

Estaban todos distraídos debido al casi-monólogo por parte de Zeus, quien se quejaba de la forma de las velas flotantes de este año, una elección rara según él.

Yo aproveché, aprendí a aprovechar aquellos momentos en los cuales nadie me miraba para así centrarme en él y solo en él. Lo busqué por toda la mesa de Hufflepuff hasta encontrarlo, y admirar todo. 

La manera en la cual escuchaba tranquilamente a sus amigos y de vez en cuando abría la boca para opinar o para reírse. La manera en donde apoyaba todo su peso sobre la mesa, relajado, o en donde apoyaba su cabeza sobre su brazo. Parecía irradiar luz por todo el gran comedor, como si de un destello dorado se tratase. Todo él era un absoluto espectáculo, desde el más mínimo gesto hasta cuando su risa se volvía algo ruidosa. No me sorprendía en lo absoluto la cantidad de admiradores que tenía, aunque yo odiaba profundamente saber que yo era parte de esas admiradoras, pero nunca me lo permitiría admitir, Cedric Diggory era un placer secreto, mirarlo era un hobby culposo y pensar en él era una oculta satisfacción que no compartiría con nadie.

Más que nada por el hecho de saber que todas andaban detrás suyo, me renegaba a pensar que yo era una de ellas, que participaba de esa carrera, esa locura de la fiebre de oro. No me gustaba sentirme así.

No me gusta anticipar mi cara sonrojada, no me gusta que cualquiera se moriría por sentir su toque. Todas lo desean, todas se preguntan cómo sería amarlo. 

Y quizá yo también estaba sumergida en toda su belleza, pero ya había visto cómo sucedían las cosas a su al rededor ¿Es normal que todas se vean embriagadas por él cuando están tan cerca? Odiaba sentir que a mi me pasaría lo mismo, verme así de estúpida.

Soy Diana, Diana Amarount, una chica de la cual nadie se espera que alguien la perturbe, no podía dejar que el mundo supiera que sí existe algo que me saca de quicio, definitivamente no.

-Diana, Diana- bramó Marcus, sacudiéndome- la selección.

Atentos, moví mi asiento para estar en medio de Marcus y Mónica, observando como Mcgonagall mencionaba nombre por nombre. Nos agarrábamos de las manos, como si de esto dependiera nuestra vida. Juzgábamos a cada niño al que la profesora mencionaba.

-ese tiene cara de ser cool- me susurró Mónica, hasta que fue escogido en Slytherin- olvídalo, apesta.

Di una estruendosa risa, sin perder la atención a la selección.