Essential-Cedric Diggory

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Chapter Thirteen
Secrets and secrets.

Mónica's Pov:

Desde hacía algunos días que Diana no había vuelto a ser la misma y no mucha gente lo notaba. La veías por los días ir sonriente y saludando a todo al que se le cruce, despreocupada con cosas menores y con su personalidad fuerte, valiente y divertida al que todos estábamos acostumbrados. En cierta forma no siento que haya estado fingiendo, pero a la noche podía notar la tristeza que sentía, había algo que la perturbaba. 

Había llegado de jugar Quidditch con los gemelos Weasley cuando me la encontré sola dentro de la habitación, al ver que no estaban nuestras compañeras y que estaba acostada en su cama mirando al techo como si estuviera perdida, cerré la puerta con fuerza para llamar su atención.

-Se acabó, Diddy, aquí termina todo. 

-¿A qué te refieres?

-¿A qué me refiero? Diana llevas noches con algo que te está haciendo triste y no me quieres contar nada.- Esta rodó los ojos.

-Por Merlín, estoy bi-

-¡No, No lo estas!- grité de repente, explotando- y me frustra no poder ayudarte cuando sé que hay algo en tu corazón que te duele, que te provoca angustia en cuanto no tienes compañía a la noche, que te roba la felicidad así como un dementor.- vi como esta se quedaba con la boca entreabierta, viéndome fijamente mientras me acercaba a su cama y me sentaba en el borde- nos conocemos hace más de 4 años, Diddy, pensé que podías confiar en mí.

-E-es... complicado- vi como sus ojos se cristalizaban y juro que sentí como mi corazón crujía un poco, más aún al escuchar su voz quebrada- es algo que guardo desde hace tanto- suspiró.

-Confía en mi

Tras unos segundos, Diana se levantó de golpe y se fue a mirar a la ventana, supe que era porque no quería que la viera así... vulnerable.

-Estoy enamorada de... Cedric Diggory, y no es desde hace poco, es desde hace... años- se ahogó en su propia voz, como si nunca esperara decirlo- y de la nada él comienza a hablar conmigo y yo me odio por ser tan estúpida a su lado y me ilusiono cada vez que hablo con él pero me doy cuenta de que soy el doble de estúpida porque él está enamorado de Cho, la niña perfecta de Ravenclaw, si hasta hacen la parejita perfecta, vaya. Y no me malentiendas, soporté y no me afectó tanto que haya salido con Dominica Lends hace dos años, no me molestó cuando salió con Marrie Wilson, pero esta vez... duele.

-oh, Diddy...

-Este año está siendo la primera vez que me habla. Y es que cuando estoy con él y veo una mínima posibilidad de algo... llega otra cosa que me hace recordar que no es así, me... me consume tanto.- pude escuchar su voz, algo congestionada o tapada.

-no creo que sea tan así- me sorprendió la suavidad y dulzura en la que salió mi voz, intentando tranquilizarla. En verdad solo vi una vez llorar a Diana en toda mi vida ya que la castaña odiaba mostrarse vulnerable ante otras personas.

-lo es- espetó, como si no pudiera soportar el hecho de que alguien la volviera a ilusionar.

-te dio su bufanda, Diddy, le importas.- se quedó tiesa un momento antes de darse la vuelta y comenzar a caminar por toda la habitación.

Comenzó a contarme lo que pasó cuando Cedric le pidió un consejo para saber si entrar o no al torneo, aquella vez en la que le dio su bufanda, cuando este la utilizó para escaparse de los que lo rodeaban hablándole del torneo y luego cuando lo encontró en el gran comedor luego de haber sido elegido campeón.

-Te lo juro, Mon, estaba a punto de decirle tantas cosas, me había animado a decirle, había comenzado mi frase y estuve a punto de confesarle que pensaba que él era increíble, capaz de tantas cosas, y s-se veía tan... lindo, sus ojos brillaban, sabes. Pero luego apareció Cho, caí de nuevo en la realidad.

-Le gustas a Cedric, Diddy- me sorprendí diciendo. Lo peor es que no era para consolarla, en sus acciones se podía notar claramente.

-no digas tonterías.

-Te lo digo en serio, y lo más probable es que ni siquiera Cedric se de cuenta, pero le gustas, o al menos le atraes, solo con que me lo cuentes me doy cuenta. 

-no, Mon, luego de salir del Gran Comedor los vi, Cho le preguntó a Cedric si quería que lo suyo funcionara y Cedric le dijo que si, ambos luego se veían tan... no lo sé, ambos sonreían mucho. Es obvio que le gusta Cho, y vaya que yo soy diferente a Cho.

-y es por eso que te digo que los hombres son estúpidos, querida.- esta soltó una risita- ni siquiera debió pensar qué es lo que le pasa contigo, estoy segura.- le aseguré.

-y si lo piensa de seguro me va a odiar porque va a darse cuenta que soy una psicópata que lo sigue a todos lados.

-quizá te pone una orden de restricción- bromeé- el punto es que, por más que yo esté segura que le pasa algo contigo, no puedes quedarte sentada a esperar a que se de cuenta.

Diana había parado de caminar.

-es difícil olvidarme de él, Mon, te lo aseguro que lo intenté.

-pero esta vez es diferente, yo te ayudaré. Dos pueden mejor que uno, ¿no era así? Digo, vamos, eres Diana Amarount, no puedes dejar que algo te pase por encima.

-Tienes razón- dijo, esta vez más segura y luego, con una sonrisa, se lanzó a abrazarme- Gracias.

-no hay de que, linda- le respondí mientras le devolvía el abrazo.

-oye...- se separó de mi y me miró a los ojos- ¿podrías no contarle nada a los chicos? A nadie, de preferencia

-parece que tenemos un secreto. Soy buena con ellos, no te preocupes.

Y vaya que era buena. Si Diana supiera cuan verdad era mi frase, no hubiera sonreído tanto, porque había dos enormes secretos que ni a mi más fiel amiga fui capaz de contar.

La miré a los ojos luego de un rato y no pude evitar sentir una gran punzada de envidia. 

Ay, Diddy... si tan solo mis problemas y secretos fueran tan triviales como los tuyos, te aseguro que mi vida sería un jodido paraíso. 

"MM"

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