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Chapter Twenty Nine
Mine.

Cedric's Pov:

El agua del lago negro parecía una pantalla que te reflejaba memorias, una tras otra sin dejarte espacio para que reflexiones. Era la última semana de mayo, tan solo faltaba un mes para la última prueba. Pasé todo abril en un transe por el que nunca había estado, la semana de pascuas no fue tan alegre como las anteriores, algo en mi parecía haber desaparecido. 

¿Por qué rayos me sentía así? Nunca antes me había pasado...

La profesora Sprout me había llamado momentos antes para anunciarme que esta misma noche a las 9 en punto tendría que ir al campo de Quidditch, en donde nos hablarían sobre la tercera prueba. Faltaba tan solo un mes para ello, para el fin de esto, para la posible gloria o la derrota.

Y si seguía de esta forma dudo que logre vencer, mi mente estaba tan dispersa, era como si de la nada se me olvidaran las cosas o no lograra concentrarme. Luego recordé sus ojos, los mismos con los que me topé hoy a la mañana.

Cada vez que los miraba eran iguales, pero aún así me transmitían olas de sensaciones que eran únicas y diferentes unas de otras, pero con el mismo significado que forzaba a olvidarme.

Todo en nosotros había sido lento, toques suaves, conversaciones banales que con el tiempo se volvían algo más profundo y revelador. Y luego todo terminó en nada.

Una sombra se posicionó a mi lado, con lentitud me di vuelta para observar de quién se trataba.

Era... ¿Marcus? Creo que ese era su nombre, el amigo de Diana. Tenía la vista perdida en el lago, como si este también le proporcionara muchos recuerdos.

Su semblante era serio, rígido, también parecía haber dormido poco.

Mi boca se abrió ligeramente, pero no dije nada, sabía que él me diría algo en cualquier momento.

Y así pasó.

-Diggory...

-Marcus.

-Collins- me corrigió, como si llamarlo por su primer nombre solo lo pudieran decir gente cercana a él.

-Collins- me corregí.- el... amigo de Diana, ¿no es así?

Había tenido un par de encuentros con él previamente.

-bueno... algo así- apretó la mandíbula. 

-Como... ¿Cómo está ella?

-no lo sé.

-¿no lo sabes?

-nos distanciamos un poco.- dijo algo incómodo, como si odiara tener que estar hablando de esto conmigo.

El silencio reinó por un momento en donde solo se escuchaba al agua moviéndose con suavidad.

-mira, no me caes bien, quiero que te quede claro.- fruncí el ceño, sin entenderlo- me pareces arrogante, egocéntrico y tu personalidad de golden retriever me hacen querer quitarme los ojos para no verte nunca más. Vas de que eres guapo e inteligente, eludes a las chicas, te crees el chico popular y-

-vale, creo que te entiendo- interrumpí algo ofendido, esperando a que me de un motivo del por qué me estaba insultando.

-pero lo que trato de decir es... que yo aprecio mucho a Diana. La quiero, y no te das una idea de lo mucho que lo hago, de lo importante que es para mi... quiero que sea feliz. 

-eso es-

-no me dejaste terminar- me interrumpió- y sé que ella sería mucho más feliz...- dio un largo suspiro, realmente parecía estar luchando para decirme esto- si le confiesas de una vez que quieres estar con ella.

Essential-Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora