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Chapter sixteen
Because of you

Diana's Pov:

Lo estuve pensando toda la noche luego de la fiesta de Gryffindor celebrando que Harry logró atrapar el huevo de oro y tenía la mejor puntuación: le tendría que devolver a Cedric su bufanda. 

Aquel trozo de tela amarillo con negro que yo tanto atesoraba estaba incluso perdiendo el fuerte aroma que el chico emanaba y cada vez se hacía más imperceptible, pero nunca desaparecía. Me lo había quedado bastante tiempo y, por lo que sabía o se rumoreaba por los pasillos de Hogwarts, Cedric estaba demasiado feliz y contento en su nueva relación con Cho Chang.

-de seguro se la querrá dar- me dije a mi misma, mirando a la bufanda.

Suspiré, ya tendría que ir al gran comedor si quería desayunar. Doblé la bufanda con cuidado y la coloqué con sutileza en mi mochila, decidida a que en cuanto lo viera se la tendría que devolver.

-no pondrás excusas, si lo ves solo se la darás y listo- hablé conmigo misma una vez más antes de abrir la puerta y salir de la sala común.

Solo que no me esperé tener oportunidad de verlo solo tan pronto, luego de tan solo bajar dos pisos y caminar un poco por el pasillo lo encontré solo vagando por el mismo. Pude ver que tenía una marca en mitad de la cara, como una quemadura, pero parecía estar muy cicatrizada y quizá que incluso mañana esta ya desapareciera.

Pero era muy pronto, y el pasillo en el que estábamos acostumbraba a estar lleno. No, no se lo podía dar ahora, una persona podía venir en cualquier momento. 

excusas- dijo una pequeña voz en mi cabeza que me esforcé en ignorar.

Contuve la respiración e intenté hacer que no lo había visto, pero me sorprendió que este fuera el que me quisiera hablar.

-¡Diana!- me saludó con una sonrisa y me paró en medio de aquel pasillo.

-C-Cedric- lo saludé de vuelta, un poco rígida.

Un pequeño silencio pasó por nosotros.

-¡Oh, casi lo olvido! Felicidades, lo has hecho muy bien.

-Pues gracias- intenté callarme, no decir lo que me estuve preguntando desde que lo vi en la primera prueba, pero no pude evitarlo, las palabras comenzaron a salir con necesidad de mi boca ante la enorme curiosidad que tenía.

-Yo... lo que tú hiciste en la prueba, ya sabes, lo del perr-

-¿a qué la idea fue genial, no?- me interrumpió con una sonrisa.

Bueno, parece que su idea no tuvo nada que ver con mi anécdota, y tenía mucho sentido a decir verdad.

-Si... si, muy ingenioso- me apresuré a responder, pero este se comenzó a reír.

-a decir verdad... la idea la saqué de ti- mi rostro de seguro estaba reflejando el impacto que me había dado el comentario- te oí hablar con alguien en los pasillos y contaste aquella anécdota con tu hermana. Cuando estuve frente a frente con el dragón solo pude pensar en tus palabras, eso fue lo que me salvó de perder, ¿sabes?

No sabía qué responderle, estaba demasiado asombrada como para hacerlo, mi boca se entreabrió ligeramente al ver que tenía una gran sonrisa que estaba dedicada por completo a mi, el aire dejó de pasar por mis pulmones y mi cerebro dejó de pensar ideas coherentes. Quería sonreír, responderle con normalidad, que pensara que lo que dijo no había hecho un cortocircuito en mi mente y que parezca que no me afecta en lo más mínimo que me haya tomado en cuenta... pero no podía.

-Te lo agradezco de verdad, también por- pareció pensar un poco en sus palabras- por tu confianza en mí, parecías muy segura de que yo lo iba a lograr aunque en realidad no tenía idea de nada. 

Mi corazón se aceleró al instante y mis mejillas se encendieron de una manera nunca antes vista. Si el supiera cuanto lo conozco entendería mis motivos para confiar en él.

-D-de nada supongo...- logré decir con un hilo de voz.

-en verdad me ayudó demasiado, tu... es decir, tu y Cho- en cuanto dijo su nombre caí en la dura realidad, una vez más.- ya sabes, Cho estaba muy poco de acuerdo con que entre en el Torneo, pero ahora parece apoyarme demasiado, es genial.

Volvía a respirar, mis pensamientos volvían a ser cuerdos y de pronto solo quería salir de allí, de ese ambiente tan sofocante, tan lleno de... Cedric. Luego recordé la bufanda, en cuanto mi mente viajó a ella pareció volverse de plomo, convirtiéndose en una enorme carga en mi mochila... Supe que tendría que devolvérselo en ese momento o nunca más lo haría.

-Si, ya lo creo- respondí apresuradamente mientras agarraba la mochila de mis hombros y la abría- yo... tengo algo para darte antes de irme- dije mientras buscaba y buscada por mi mochila, aunque la bufanda estaba en frente mío, solo quería alargar el tiempo antes de tocarla.

Por fin, la quité de mi mochila, y ahí estaba, en perfecto estado y doblada de manera cuidadosa. Se la tendí y el parecía muy sorprendido, pues no la había agarrado aún.

-este... está comenzando a enfriarse aún más las temperaturas y pensé que la necesitarías, ya sabes, por el frío y... y por si se la quieres dar a Cho o algo así.

Cedric me miraba fijamente, como si no estuviera comprendiendo lo que le estaba diciendo

-tómala- insistí

-yo... no, yo no-

-anda Cedric, es tu bufanda.- dicho esto él agarró la bufanda sin decir ni una palabra, mientras mis nervios aumentaban y mis ganas de querer irme también- este... ya nos veremos supongo. Suerte con lo del huevo, Harry lo abrió en frente de todos nosotros y el ruido que hace es insoportable, no entiendo como aquello puede ser una pista. Quizá tendrán que enfrentarse a Peeves, el sonido que salía era igual de chillona que su voz- intenté parecer despreocupada, aunque mis mejillas me delataban por completo, como si fueran faroles que delataban lo mucho que me gustaba- aunque pensándolo bien, el sonido me recuerda a una vez que escuché a Dumbledore hablar con una sirena un día en el lago negro antes de que me castigaran.... en fin adiós.

Salí casi corriendo al desayuno, solo para descubrir que la comida ya se había acabado y que tendría que ir corriendo a la clase de pociones si quería llegar a tiempo.


"MM"

Essential-Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora