Capítulo Diecisiete

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Boston,
25 de junio 2013.

Roce nuestros dedos con discreción sintiendo que en cualquier momento todos en el elevador se darían la vuelta y nos verían tocar nuestras manos, algo que no era malo pero conociendo a las personas como ellas malinterpretarían -o entenderían- todo creando un chisme que correría por toda la oficina después a los medios donde podrían «Infidelidad de Aline Davis» luego Louis se enteraría y cancelaría la boda, gruñí alejando mi mano de la suya poniéndola sobre mi bolso esperando con frustración a que el elevador parara en mi piso para comenzar con el trabajo el que me distraería de él y todos los malos pensamientos de las consecuencias de esto si se llegaran a enterar que estoy siendo infiel al mejor hombre del puto universo.

Pase por entre las personas que estaban frente a mi para salir del ascensor y bajar en mi piso donde ya sentía la tensión del trabajo, camine a mi oficina con el mal humor a flote, necesitaba algo que me distrajera de todo esto.

Entre a mi oficina yendo a mi escritorio donde prendí la MacBook después de dejar mi bolso en el escritorio junto a un montón de carpetas, apenas comenzaba el día y ya estaba estresada.

Cuando se encendió la MacBook me llegó una notificación de llamada por Skype con el nombre de Louis en la parte superior de la notificación, ¡lo que faltaba! No me quejaba de que me llamara, pero no ahora, no en este momento. Respiré varias veces calmando todo mi mal humor, puse mi mejor sonrisa y conteste.

-¡Mi amor!-lo saludé con alegría.

-Hola bella.-me regaló una sonrisa sonrisa.

-Pero que cansado te ves.-hice una mueca.

-Y tu como una fresca mañana.-suspiro.

-Bueno, a mí no se me olvida dormir.-había estado durmiendo muy bien.

-¿Qué? -rio- si duermo, pocas horas, pero lo hago.

-Deberías tomar un descanso.-opine aunque sabía que no lo haría.

-No mi amor, no estoy cansado tengo apariencia de eso, pero estoy bien.-le resto importancia.

-Descansa mi amor.-repetí.

-Eso tratare bella, ya sabes que estoy proyectos te roban mucho tiempo.-me recordó algo que ya sabía.

-Por supuesto.-suspiré.

Se movió hacia un lado dejando a la vista una maleta que no era la suya, llamo mi atención pero antes de volver a echar un vistazo se volvió a mover, tal vez solo estaba alucinando.

-¿Pasa algo?-me pregunto sacándome de mis pensamientos.

-¿Por qué?-dije con sequedad.

-Te vez frustrada.-ladeó la cabeza.

-No, nada, ya sabes lo de la casa hogar está en proceso y todo eso, a veces voy por la calle y veo a esos niños tan tristes con unos padres que ni les prestan atención y niños que dejan su casa a tan corta edad.-suspiré.

Trate de recordar la maleta que se había llevado pero ese recuerdo estaba bloqueado.

-Lo se mi amor, esa es una de las cosas que amo de ti, siempre quieres ayudar a los demás.-mando un beso.

Sonreí suspirando.

-Tengo que irme mi amor.

-¿Tan pronto?-arrugó las cejas.

-Apenas comienza mi jornada.-le recordé.

-Por supuesto, el cambio de horario.-una mueca se adueñó de sus labios.

Asentí.

-Te amo, adiós.

Colgué la llamada dejando caer mi espalda al respaldo de la silla a la que le di la vuelta para ver por el ventanal la ciudad que se iba iluminando con los rayos del sol, ¿era solo yo o todo comenzaba a cambiar entre Louis y yo? Sentía que tenía que fingir con él, fingir lo que antes era tan natural entre nosotros.

Negué dándole la vuelta a la silla para comenzar con el aburrido día de trabajo que mientras lo hacía mire el nombre escrito de Aiden en una hoja lo que hizo que mi mente viajara al tan espectacular fin de semana que tuvimos, salimos de la ciudad yendo a otra parte donde pudimos pasear de la mano o besarnos en público porque ahí no nos conocían.

Fue lindo mientras duro, por supuesto, el fin de semana por que nuestra "relación" seguía en pie con toda la discreción posible para no dañar su reputación ni la mía.

Después de revisar las carpetas y de tener varias reuniones mi jornada terminó así que podía irme a mi casa donde seguramente estaría Eve para decirme sobre los demás preparativos de la boda en los que últimamente no había estado pendiente por estar con un amorío peligroso que no dejaría nada bueno o tal vez sí.

Peligroso Amor. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora