Boston,
10 de septiembre 2013.Dentro de dos días se cumpliría un mes desde que sucedió el accidente y Aiden aún no mostraba indicios de que fuera a despertar lo que me partía el corazón sin embargo seguía manteniendo la esperanza de que despertará, aún nos faltaba tiempo.
–Tienes que despertar amor.–tome su mano entre las mías tratando de transmitirle mi calidez– Te quie...
Mis palabras se vieron interrumpidas cuando la puerta de la habitación se abrió y yo me separé con miedo a que fuera su madre o su hermana a las que aún no me enfrentaba, prefería estar al otro lado de sala escondida detrás de una vieja revista.
–Buenos días Aline.–saludo Ethan como si solo fuera una vieja amiga.
Asentí en su dirección en silencio dejando que hiciera su rutina dónde revisaba a Aiden y hacia anotaciones en su expediente médico.
–Supe que dieron a Estela de alta.–quiso entablar una conversación conmigo.
Me miró sobre su hombro a la espera de una respuesta que no llego, fijé mi mirada en Aiden que tenía la barba crecida y su cuerpo comenzaba a perder peso haciéndolo lucir desgastado.
–Espero que se mejore.–siguió refiriéndose a mi madre.
–¿Puedes parar?–dirigí mi mirada a él llena de furia.
–¿Qué?–dejo de escribir en el expediente.
–No somos amigos y jamás podría intentar serlo.–me acerque a él sintiendo el cuerpo pesado.
–Yo creí que...
–Pues creíste mal Ethan, jamás podría ser amiga de alguien que acepto unos miseros centavos para alejarse...
En su rostro apareció el asombro.
–No me interesa nada de ti.–lo señalé con mi índice– deja de intentar fingir ser mi amigo, no lo eres.
–Aline...–intentó tocarme pero retrocedi.
–Concentra toda tu maldita energía en él porque en este momento es lo único que me importa, él y solo él.–apreté los dientes para no llorar delante de Ethan.
–Bien.–susurró y termino de hacer sus anotaciones para salir de la habitación.
Me acerque de nuevo a Aiden con el llanto golpeándome con fuerza, pegue mi frente a la de él mirando como mis lágrimas mojaban su rostro.
–Por favor, tienes que despertar.–sollocé– te necesito amor...
Con mi mano derecha acaricie su mejilla sintiendo como su barba me picaba en la palma de mi mano.
–Te quiero más de lo que pensé que era humanamente posible.–solté aquello que sabía debía haberle dicho hace tiempo.
Deje un beso en sus tibios labios antes de salir de la habitación a dirección al baño para enjuagar mi rostro, limpiando así el rastro de lágrimas que habían quedado secas en mis mejillas. Me mire al espejo deteniendome un solo segundo en observar mi terrible aspecto que solo demostraba lo mal que la estaba pasando.
Me encontré a Elena justo cuando iba saliendo del baño, su rostro estaba neutro pero sus ojos gritaban mil cosas a la vez que me hizo querer llorar al imaginar lo peor.
–La estaba buscando señorita Davis.–su voz era tranquila pero todo dentro de mí estaba alterado.
–¿Él está bien?–fue lo primero que salió de mis labios.
Asintió y eso logro calmarme un poco, solo un poco.
–Han vuelto a ingresar a su madre a urgencias.–soltó en un susurró.
Conté cinco segundos antes de comenzar a andar hacia los elevadores para dirigirme a la zona de urgencias que estaba abarrotada de gente, me trague mi orgullo antes de acercarme a mi hermana que volvía a estar al lado de Louis que solo me regaló una fría mirada.
–¿Qué ha pasado?–el corazón me latía en la garganta.
Sus ojos se aguaron.
–Ha intentado acabar con su vida Aline.–su sollozó me cruzo la cabeza.
–¿Q-qué?–dije sin comprender por completo.
–He ido a casa porque recibí un mensaje de ella y al llegar la encontré en el piso de la cocina con las muñecas ensangrentadas.–explicó entre el llanto.
Por instinto saque mi celular mirando tres llamadas perdidas de mi madre más dos mensajes de texto que me dejaron helada, había estado tan desconectada del mundo exterior.
–¿Qué han dicho los médicos?
–No han dicho nada.–sacudió la cabeza.
Seguí el movimiento del brazo de Louis hasta el cuerpo de mi hermana, su brazo rodeó sus hombros abrazándola para intentar consular su llanto.
Solo me tomo un segundo unir las piezas para comprender todo, en mi mente paso aquel recuerdo fugaz de unas maletas distintas en la habitación de Louis cuando estaba de viaje y sentí como el aire me abandonaba.
–¿Por eso no te molestaste cuando te dije de aquel beso?–fue un pensamiento acusatorio en voz alta.
Louis me miró sin comprender al instante.
–¿Desde cuándo?–mire a mi hermana que palideció.
–Aline, todo tiene una explicación.–se adelanto Louis soltando a Eve.
–¿Desde cuándo?–repetí sintiéndome aturdida.
–Lo siento.–dijo Eve pero sabía que eso era mentira.
Solté una risa amargada.
–Que pena por Zoe.–supe que mis palabras la hirieron– tener una madre como tú...
Levantó su mano para golpearme pero Louis la detuvo.
–Y tú... joder, tan mal que me sentía por estar con Aiden mientras tú te follabas a mi hermana.–sacudí la cabeza incrédula– son increíbles.
Me di la vuelta yendo a los elevadores donde me monte regalandoles una última mirada antes de que las puertas se cerrarán.
Todo se estaba yendo al carajo, corrección, todo ya estaba del carajo.
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Peligroso Amor. ©
Teen Fiction¿Qué pasará cuando un hombre ponga toda tu perfecta vida de cabeza? Lo que parecía ser un peligro para Aline Davis se terminó convirtiendo en amor, en un peligroso amor que la hará dudar de todo lo que tenía. ¿Realmente amaba a su prometido? Descubr...