Boston,
07 de junio 2013.Mis codos estaban calando mis rodillas por el peso que ponía sobre estas, mis manos cubrían mi rostro lleno de lágrimas que calmaban un poco la culpa por dejar que me besara y por seguirle el beso. Sabía perfectamente que no debería haber ido a la cena sino con Louis a su viaje de negocios donde podría estar caminando de la mano mirando y visitando restaurantes caros de los que nos podíamos permitir con facilidad.
Recuerdo haberme alejado después de corresponderle atónica por lo que había pasado, con rapidez me levante tome mis cosas y literalmente corrí hacia el elevador donde puse el código para que llegara a recepción, sentía sus pisadas acercarse. Se había disculpado, pero no era suficiente, él era peligroso para mí y para mi relación, tenía que mantenerlo lejos.
Mire sobre mi hombro como la pantalla de mi celular se iluminaba por la llamada entrante, me estire y lo tome contestando al ver que solo era mi hermana.
–Hey Aline.–sentí su alegría a penas hablo.
–Hola.–me limpie las fresca lágrimas.
–¿Te parece salir a comer?
–Te-tengo mucho trabajo.–dije una excusa con rapidez.
–¿Estas bien?–su voz hacía notar su preocupación.
Mire hacia el techo sintiendo las lágrimas volver a llenar mis ojos.
–Por supuesto.–cerré los ojos dejando que las lágrimas cayeran.
–Puedo ir si quieres...
–No, gracias, esta todo bien.–dije con firmeza.
–¿Lo prometes?–susurró aún con preocupación.
–Si, tengo que irme.–colgué.
Mire el celular que se volvía a iluminar segundos después de haberle colgado a mi hermana, era un mensaje más de él, en cada uno de ellos se lamentaba y decía que necesitábamos vernos.
Había faltado a la oficina desde el lunes en la mañana sabiendo que él iría ahí si seguía sin contestar los mensajes y llamadas, no lo haría, era peligroso para tenerlo en mi vida.
Una vez más la pantalla de mi celular se iluminó sintiendo la ilusión de que fuera Louis para decir que llegaría pronto a casa para mimarme, pero no, era otra vez Aiden, suspire llevando el celular a mi oreja después de contestar.
–Por favor deja de llamar, solo trataba de ayudarte a acomodarte después de que pasaras años en la cárcel por mi culpa, solo aléjate de mí.–pedí con el corazón latiendo como loco.
–No puedo.–su voz, su jodida voz sonaba llena de arrepentimiento.
–Tienes que hacerlo, no puedes seguir con este juego.–apreté los dientes.
–No es un juego para mí.–confesó en un susurró.
–Aléjate Aiden, por favor.–mi voz tembló.
–¿Por qué? ¿¡Por qué me quieres lejos de ti!?–sus gritos me atravesaron los oídos.
–¡Porqué voy a casarme!–solté de golpe.
Silencio eso fue lo que recibí de la otra línea.
–Somos amigos, ¿cierto?–en su voz había esperanza.
–No desde ahora.
Colgué para después apagar el celular por completo, me levanté de la cama yendo al baño para darme una ducha y ponerme ropa cómoda después de salir.
Fui a la sala donde encendí la chimenea eléctrica para después sentarme en el sofá donde me di el placer de mantener unos minutos de paz conmigo misma, tal vez después de mis palabras él se aleje para siempre dejando de molestar, aunque... En el fondo no quería que lo hiciera.
–¡Nena!–la puerta del departamento se abrió.
Sonreí levantándome del sofá de un salto yendo a la entrada donde estaba Louis dejando su maleta en el piso, corrí esta él saltando para que me atrapará, envolví mis piernas alrededor de su cadera y mis brazos alrededor de su cuello, escondí mi rostro en el hueco de su cuello y respire su fragancia que había extrañado los días pasados.
–Te extrañe tanto mi amor.–acaricie su mejilla con mi nariz.
–Yo a ti bella, no tienes idea de cuánto.–beso mi mejilla.
–No creo que me hayas extrañado más que yo a ti.
–Créeme que sí, extrañe abrazarte, besarte y hacerte el amor todas las mañanas.–dejo un beso en mi mentón.
Mire sus ojos fijamente sintiendo la culpa aparecer de nuevo, un beso no era la gran cosa, pero me hacía sentir fatal tener que verlo a la cara sin que el supiera que había pasado.
–Tengo que decirte algo.–dije en un murmuró.
Todo el ambiente romántico desapareció siendo suplantado por uno tenso, me baje de sus brazos guiándolo a la sala donde lo deje sentarse a mi lado, mire a todos lados antes de contarle lo que había pasado evitando decirle quien era el hombre. Me escucho atentó sin decir nada hasta que terminé, parecía molesto, pero al final solo me abrazo y beso mi frente diciendo unas palabras a mi oído que borraron cualquier rastro de culpa aunque en el fondo de mi cabeza surgió una duda.
¿Por qué no lo enfureció?
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Peligroso Amor. ©
Novela Juvenil¿Qué pasará cuando un hombre ponga toda tu perfecta vida de cabeza? Lo que parecía ser un peligro para Aline Davis se terminó convirtiendo en amor, en un peligroso amor que la hará dudar de todo lo que tenía. ¿Realmente amaba a su prometido? Descubr...