CAPÍTULO 2

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PEYTON

Tres días.

Solo quedan tres días para el cumpleaños de Cameron y Audrey y no tengo ni idea de qué regalarles.

Odio hacer regalos, no importa cuanto conozca a la otra persona, nunca se me ocurre nada lo suficientemente bueno.

Y tampoco es que tenga dinero para gastarlo en un regalo decente.

Apenas me llega para pagar el alquiler este mes.

Resoplo frustrada tumbada en mi cama.

Cam y Audrey han salido hace un rato e iba a aprovechar ese momento para salir yo también a comprarles algo, pero estoy en blanco.

Qué estrés.

Me incorporo para ir a por algo de comer.

A ver si con el estómago lleno mi cabeza piensa mejor.

Me bajo de la cama y cuando voy a salir, me tropiezo con algo que sobresalía por debajo de ella.

Maldigo en voz baja y miro con lo que he tropezado.

Es mi guitarra.

Me quedo mirándola. Hace mucho que no la toco, tal vez demasiado. De no ser por el estuche estaría llena de polvo.

Y de repente se me viene una idea a la mente.

¿Y si...?

Bueno no.

Sacudo la cabeza y me dirijo hacia la puerta, pero antes de salir me giro hacia la guitarra y de repente esas ganas de tocar y esa inspiración que hacía mucho tiempo que no tenía, vuelven de golpe.

No me puedo resistir y antes de abrir la puerta vuelvo sobre mis pasos, agarro el estuche y me siento sobre la cama.

Saco la guitarra y la miro con una pequeña sonrisa.

¿Qué mejor regalo que una canción compuesta por tu mejor amiga?

A estas alturas, es lo mejor que se me ocurre, y me parece un regalo más

bonito que comprarles cualquier tontería de cualquier tienda.

Además, que les escriba una canción no significa que tenga que volver a componer.

Eso ya lo dejé atrás, pero una vez más no me matará. Y se que les hará ilusión, no paran de repetirme que debería componer otra vez.

Se merecen una canción, aunque sea la última que haga.

Suspiro y, aunque me da algo de miedo que no les parezca un buen regalo, me pongo manos a la obra.



—Vengaaa, una pista. —Audrey me mira con cara de pena.

—No —digo con una sonrisa mientras recojo una mesa.

Audrey me sigue por detrás.

—Porfi porfi porfi.

—Deberías hacer como Cameron. —Lo señalo y ambas nos giramos hacia él que está sentado en un taburete mientras espera que acabe nuestro turno—. Él se ha rendido hace rato.

—Bueno, pero yo soy tu favorita —dice con una sonrisa inocente mientras dejo los platos que acabo de recoger.

Suspira y apoya los codos en la barra.

—Llevo esperando saber cuál es tu regalo desde hace horas —dice con carita de pena—. Dijiste que teníamos que esperar hasta llegar al bar y ya casi se ha acabado nuestro turno.

Canciones en papel #1 (BILOGÍA CANCIONES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora