PEYTON
Niego levemente con la cabeza.
No aguanto más, a la mierda.
—Eres un niño mimado —susurro igual que él y pego mis labios a los suyos sin pensar.
Es lo único que le hace falta a Harvey para volver a agarrarme fuerte de las caderas y besarme con todas sus fuerzas.
—Y tú una niñata —susurra mientras me besa.
Mis manos suben por su pecho hasta llegar a su nuca y le devuelvo el beso con la misma intensidad.
Él no espera mucho tiempo para levantarme del suelo y pegarse completamente a mí sin dejar de besarme.
Yo entrelazo mis piernas por detrás de él y él hace todavía más presión en sus manos, que han pasado a estar en mi culo.
Me separa de la pared y me lleva en brazos hasta el sofá mientras nos seguimos besando.
Se deja caer y me pone encima de su regazo.
En esta posición noto perfectamente el bulto que hay en sus pantalones y mi respiración se agita un poco más.
—Que sepas que esto no cambia nada, sigo sin aguantarte —digo.
Lo beso de nuevo y le intento quitar la camiseta y los pantalones.
Él se deja así que lo consigo fácil y acto seguido él hace lo mismo con mi ropa.
No llevo el sujetador porque estaba empapado por la lluvia así que lo único cubierto es la parte inferior de mi ropa interior.
Cuando termina de quitarme la ropa, me mira a los ojos con una sonrisa hambrienta.
—¿Qué? —digo con la respiración agitada.
Harvey tarda un par de segundos en contestar.
—Eres preciosa.
Antes de que pueda decir nada me agarra de las caderas para pegarme todo lo posible a él y me vuelve a besar.
Me quito lo único que nos separa de estar totalmente piel con piel y Harvey hace lo mismo.
Sus manos recorren toda mi espalda y las mías viajan por su pelo y por su pecho mientras nos seguimos besando como si fuese una necesidad.
Dios, no era consciente de cuánto quería hacer esto.
—¿Tienes... tienes condones? —pregunto entre besos.
Noto como sonríe.
—Parece que ya no me odias tanto, ¿no, Isabelle?
Suelto una risita contra sus labios.
—Te odio más que nunca —digo antes de besarlo—. ¿Tienes o no?
Asiente con la cabeza.
—Pero están en mi cartera, tengo que ir a buscarla —dice medio jadeando.
—Espera, yo tengo.
Me inclino un poco hacia la derecha sin levantar mis piernas de su regazo hasta que alcanzo mi teléfono.
Le quito la funda y agarro el único condón que llevaba.
Se lo enseño triunfante a Harvey y él me da una ojeada de arriba a abajo antes de morderse un poco el labio inconscientemente.
—¿Te gusta lo que ves? —pregunto con voz burlona mientras abro el condón.
Sus ojos se posan fijamente en los míos pero no dice nada.
Suelto una risita que parece más un suspiro y me acerco a su oreja mientras le coloco yo misma el condón.
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Canciones en papel #1 (BILOGÍA CANCIONES)
RomanceImagínate que conoces al imbécil más grande del planeta por accidente. Imagínate que ese imbécil es mundialmente conocido por su música. Imagínate que hace lo posible por molestarte cuando lo único que quieres es que te deje tranquila. Ahora Imagína...