PEYTON
—Has estado increíble, Peyton, como siempre.
Sonrío.
—Gracias Kevin.
—Pero... —dice.
Yo levanto una ceja.
—¿Pero qué?
—Me hubiese gustado que hubieses cantado otra de tus canciones, a la gente le gustaron mucho esas dos del otro día.
Suspiro.
—El otro día lo hice porque me lo pediste, pero de verdad que si puedo evitarlo mejor—. digo sentándome en un taburete de la barra.
Kevin me mira resignado.
—Está bien, no puedo obligarte a nada —dice—. Pero no sé por qué no crees en ti.
Frunzo el ceño.
—Yo creo en mí.
—Claro que no —dice.
—Que sí.
—Que no.
—Que...
—Peyton —me interrumpe—. No crees en tus canciones, no crees que tu música pueda llegar lejos y creo que por alguna razón que yo no sé, tienes miedo a que te rechacen por probar suerte.
No digo nada así que Kevin sigue hablando mientras empieza a recoger las mesas del bar para cerrar.
—Tal vez si lo intentaras podrías...
—Es que ya lo intenté —digo.
Él frunce el ceño.
—¿Qué?
Suspiro.
—Que ya intenté probar suerte con mi música —digo—. Pensé que era buena y me mudé a Los Ángeles, pero resulta que estaba equivocada.
—Pero...
—Mi música no es buena, Kevin —lo interrumpo—. Sí, me gusta cantar más que nada y sí, tal vez a la gente le hayan gustado un par de canciones que compuse, pero eso no significa que valga la pena volver a pasar por lo mismo que hace unos años. Aprendí la lección y ahora estoy bien. Trabajo en un bar en el que me adoran y canto aquí algunas tardes, no necesito nada más, y si puedo evitar que la gente conozca mis canciones, lo haré. No quiero más decepciones.
Él me mira unos segundos antes de asentir lentamente con la cabeza.
—Lo pillo —dice—. Lo pasaste mal porque te dijeron que no eras suficiente. A todos nos ha pasado alguna vez, créeme. Pero... ¿tú crees que tu música es buena? Quiero decir, lo que digan los demás no importa cuando se trata de algo tuyo así que... ¿a ti te gusta la música que compones?
Nunca me había parado a pensarlo.
—Bueno... A ver... —digo—. Quiero decir, me gusta lo que escribo y la música que compongo, si no no lo haría, pero sinceramente no creo que sea buena. Si lo fuera no me habrían rechazado en todas partes.
—Si ni siquiera tú eres capaz de creer que lo que haces es bueno, ¿cómo esperas que la gente lo crea? —dice como si fuese evidente—. Cuando vendes algo tuyo, es porque realmente crees que es increíble y que va a llegar lejos, pero si lo intentas vender con inseguridad y buscando la aprobación de los demás... Las grandes discográficas no quieren a alguien que de una imagen insegura. Quieren caras nuevas que dejen huella por tener personalidad y defender su música.
No respondo.
—Si quieres mi opinión... —dice—. Te diría que lo intentases de nuevo. No hace falta que te tires a la piscina de golpe. Puedes seguir aquí todo el tiempo que quieras, cantar tus canciones poco a poco e ir subiendo videos tuyos cantando a las redes sociales del local. Esto es Los Ángeles, estoy seguro de que en algún momento llamarás la atención de algún productor porque, puede que no sea el más sabio en el mundo de la música, pero no me hace falta serlo para saber que tienes talento y que esto te apasiona de verdad, Peyton.
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Canciones en papel #1 (BILOGÍA CANCIONES)
RomanceImagínate que conoces al imbécil más grande del planeta por accidente. Imagínate que ese imbécil es mundialmente conocido por su música. Imagínate que hace lo posible por molestarte cuando lo único que quieres es que te deje tranquila. Ahora Imagína...