CAPÍTULO 38

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PEYTON

Cuando abro los ojos por la mañana, lo primero que veo es a Harvey mirándome fijamente.

—Das miedo —digo

Harvey sonríe y me pasa una mano por encima para estrecharme contra él.

—Hoy no te has ido corriendo —dice.

—Iba a hacerlo ahora —bromeo—. Pero no he podido, me estabas vigilando como un acosador.

Me mira fijamente antes de hacerme cosquillas.

Yo me retuerzo y me río mientras le pido que pare y cuando pasan unos segundos, lo hace.

Voy a decirle algo, pero mi teléfono suena y en ese momento me acuerdo de Audrey y Cam.

Les dije que iba a dar un paseo y no he vuelto en toda la noche.

Agarro mi teléfono y veo las llamadas perdidas de Audrey y los mensajes.

Le contesto que estoy con Harvey y que luego le cuento, y me fijo en que me ha llegado otro mensaje de un número desconocido.

"Esta tarde a las cuatro firmamos el contrato, ahora te paso la dirección"

—¡Harvey! —digo emocionada.

—¿Qué? —dice de la misma manera.

—Ayer no te dije por qué había venido.

Él me mira con una ceja levantada esperando a que siga hablando.

—Vine a agradecerte que le pidieras a Steve que le dijese a Aiden Jones que mirase el vídeo que Audrey le pasó.

Frunce el ceño.

—¿Aiden Jones? —pregunta un poco confuso.

—¡El A&R de Star Records!

—¡Es verdad! —dice—. Ya no me acordaba de lo del vídeo.

—Pues ayer vino al bar a verme cantar sin que yo lo supiera, y adivina quién va a firmar un contrato con Star Records esta tarde a las cuatro.

—¿Es en serio? —pregunta incorporándose de repente.

Yo asiento con la cabeza emocionada y Harvey me agarra la cara con las dos manos para besarme.

—Te dije que algún día escucharía tus canciones en la radio —dice.

Yo sonrío.

—¿Te puedo ser sincera?

Él asiente con la cabeza.

—Me da miedo firmar el contrato —digo—. No sé muy bien cómo es la industria y no quiero que me engañen.

—Nadie te va a engañar —dice convencido—. Solo tienes que asegurarte de tener un buen abogado, y yo conozco a unos cuantos.

—¿Por qué conoces a unos cuantos abogados?

Harvey sonríe como si fuese un angelito.

—Digamos que he necesitado ayuda con algunas cositas.

Lo miro con los ojos entrecerrados.

—Y en cuanto a la industria... —dice—. No te voy a engañar, es una mierda.

—Ya... —digo un poco desanimada.

—Pero escúchame, todo eso es secundario —dice agarrando mi mentón para que lo mire—. Vas a empezar a cobrar mucha pasta por hacer lo que te gusta y aunque es verdad que no todo es bueno, se compensa cuando ves que estás teniendo éxito y que a la gente le gusta lo que haces.

Canciones en papel #1 (BILOGÍA CANCIONES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora