CAPÍTULO 24

142 18 3
                                    

PEYTON

Cuando conseguimos entrar y perder de vista a los paparazzis, Harvey me suelta y me quita las gafas de sol.

—Joder —digo—. ¿Siempre tienes que aguantar esto?

—Me niego a contratar un guardaespaldas, así que sí.

—Es horrible.

—Bueno, es un daño colateral —dice—. No te han visto la cara, ¿no?

Parece muy preocupado por ese tema.

Entiendo que yo me preocupe por no querer salir en ninguna portada, pero no entiendo por qué él parece tan asustado con ese tema.

—Creo que no —digo.

Harvey suspira aliviado.

—Bien.

Lo miro confusa.

—¿Tanto te preocupa que te vean conmigo?

Parece darse cuenta de lo raro que ha actuado y niega rápidamente con la cabeza.

—Claro que no, es que... —dice—. Es que no quiero que te metan en un rollo raro de la prensa rosa, la gente puede ser muy pesada.

—Ya...

No me lo acabo de creer, pero lo dejo pasar.

En ese momento, una cabeza se asoma por una puerta.

—Harvey, por fin, llevo una hora esperándote, solo nos queda una hora para...

—El chico que estaba hablando con Harvey parece percatarse de mi presencia—. Uy, hola, ¿tú quién eres?

Se coloca bien las gafas y me mira fijamente.

—Eh... Peyton.

El chico sonríe mucho.

—Así que tú eres Peyton... —dice—. Últimamente eres el tema principal por aquí.

Frunzo el ceño confusa.

—¿Cómo?

—Mark, cállate —dice Harvey.

Así que ese es Mark.

—Uy, perdón —dice—. Es que es emocionante conocer a la persona a la que van dirigidas tus canciones.

Sonrío un poco y Harvey se pasa la mano por la cara.

Mark se ríe y vuelve a desaparecer detrás de la puerta mientras se coloca las gafas.

—¿Todas tus canciones son para mí o qué? —digo aguantando una sonrisa.

Harvey me mira con una sonrisa de medio lado y se acerca a mí.

—Desde que te conozco eres en lo único en lo que pienso, así que de alguna forma tengo que aprovecharlo.

Noto cómo el calor se me sube a las mejillas y veo que él se divierte con mi reacción.

Le doy un manotazo.

—Gilipollas.

Se ríe y me conduce hacia el interior del estudio.

—¿Por qué me has traído aquí? —pregunto.

—Porque tengo que grabar una canción para mañana, y Steve está fuera esta noche, así que nadie va a molestar.

—¿Y no has venido esta mañana a grabarla?

—He terminado de escribirla justo antes de irnos del mirador, así que hubiera sido complicado grabarla esta mañana.

Canciones en papel #1 (BILOGÍA CANCIONES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora