CAPÍTULO 10

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PEYTON

Me despierto a la mañana siguiente con algo de dolor de cabeza, pero nada que un ibuprofeno no pueda resolver.

Agarro mi teléfono para ver la hora y veo cinco llamadas perdidas de Steve.

Espera, ¿quién coño es Steve y por qué me ha llamado cinco veces?

Me fijo en el fondo de pantalla.

No puede ser.

Esto tiene que ser una broma.

Me incorporo rápidamente en la cama para comprobar que mi mente no está colapsada todavía.

Vuelvo a mirar la pantalla.

Vale, definitivamente este no es mi teléfono.

Me cago en la puta.

Me levanto de la cama lo más rápido que puedo y me dirijo hacia la cocina.

Cuando llego, me siento en un taburete y me quedo pensando qué hacer.

—Buenos días rubita —dice Audrey entrando en el salón/cocina.

Doy un respingo y dejo caer el teléfono en la encimera.

—Eh... Buenos días.

Audrey se acerca a la nevera y me mira con el ceño fruncido.

—¿Se puede saber qué te pasa? —pregunta—. Llevas rara desde que nos fuimos del karaoke.

—Bueno...

—Por cierto, ¿viste el vídeo que te pasé antes de dormir? Es buenísimo —dice sacando un cartón de leche de la nevera—. ¿Por qué no respondiste? Aunque sea con un sticker, yo qué sé...

—Eh... Audrey —digo—. Creo que tengo un problemita.

—Ya, bueno, tienes muchos problemitas, pero no pasa nada, te queremos igual —dice preparándose unos cereales.

—Hablo en serio.

—Yo también, creo que deberías...

—Tengo el teléfono de Harvey —digo rápidamente—. Y probablemente él tenga el mío.

Audrey se para en seco y se gira lentamente mirándome fijamente.

—¿Qué acabas de decir?

—Pues eso, que tengo que recuperar mi móvil —digo quitándole importancia.

—¿Me estás tomando el pelo? —dice acercándose hacia mí.

—Ojalá —digo.

Audrey agarra el teléfono y da un grito.

—¡No me lo puedo creer! —dice gritando—. ¡Tienes el teléfono de Harvey Cooper!

Cam aparece desperezándose por el pasillo.

—¿Pero por qué gritáis? —dice bostezando—. Es muy temprano.

—Es la una de la tarde Cam —digo mirándolo.

—¡Peyton tiene el teléfono de Harvey! —dice Audrey.

Cam abre los ojos de golpe.

—¿¡Qué!? —grita—. ¿¡Cómo?! ¡Yo ni siquiera pude conseguir el del camarero!

—¡No, idiota! —dice Audrey—. ¡Peyton tiene literalmente el teléfono de Harvey!

—¿¡QUÉ?!

Cam se acerca corriendo y agarra el teléfono.

—¡NO ME LO CREO! —grita—. ¡TENEMOS EL TELÉFONO DE HARVEY COOPER!

Canciones en papel #1 (BILOGÍA CANCIONES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora