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El día había llegado, el día en el que la lluvia de estrellas caería, Chongyun lo supo cuando el primer rayo de sol entro por su ventana, iluminando su habitación.

Como habían estado haciendo últimamente, ambos chicos estaban durmiendo juntos, Chongyun fue el primero en despertar debido a la ansiedad que sentía por el día, lo peor es que aún ni siquiera sabía como se lo iba a decir, penso en que tal vez podría leerle un poema de amor para declararse, pues a el peliazul le encantaba la poesía, pero después de mucho pensarlo decidió que no, ya que sonaría patético, o bueno, al menos así pensaba él, también había pensado en simplemente besarlo o darle una carta, pero la primera opción era algo salvaje y la segunda no le gustaba tanto ya que quería decirselo el mismo, el hecho de que el chico tuviera dificultades para expresarse solamente complicaba más las cosas, tanto era asi como se sentía que comenzo a dudar en si debería de declararse o no, pero ya tenía todo preparado para hacerlo, por lo que estaba obligado. Aún no lo podía creer, temía que Xingqiu no sintiera lo mismo, temía todo lo que podría pasar después, solo estaba anhelando que todo saliera bien y no hubiera problemas en el proceso.

Tratando de buscar una distracción, bajo hacía la cocina para preparar el desayuno, era algo tarde ya que la noche anterior los chicos se habían quedado despiertos hasta media noche divirtiéndose y hablando, aunque a veces no hacían nada adoraban estar juntos.

- ¡Yunnie! Buenos días. - De repente Xingqiu apareció en las escaleras, haciendo que Chongyun se asustara y como consecuencia se quemara, estaba cocinando y sin querer toco el sarten, cuando el contrario lo noto no pudo evitar sentirse culpable.

- ¡Lo siento! No quería asustarte, ay... Ehm, ven, te ayudare. - Corrió y tomó el brazo del exorcista y lo llevo hasta el lavamanos, poniendo agua en el área afectada.

- N-no pasa nada, estoy bien, no fue tu culpa. - El contacto físico normalmente no le importaba, pero si venía de parte de Xingqiu por alguna razón se sentía muy diferente, tal vez esas eran las consecuencias de estar enamorado, ¿no?

- De todos modos, deja que te ayude, así te dolera menos... - Una vez que termino, cerro la llave y secó su mano para después dar un beso en esta, haciendo ruborizar a Chongyun.

- ¡X-xingqiu! - Aparto su mano llevandola hacía su cara, tratando de ocultar la vergüenza que estaba claramente reflejada en su rostro.

- Jejeje, ¡ven! Te ayudare a preparar el desayuno. - Agarró su mano libre y lo llevo a la cocina.

- En realidad... El tuyo ya esta, el mío es el que estaba haciendo.

- Lo terminaré por ti, ya no queda mucho por terminar, solo siéntate y esperame para poder comer juntos. - Así fue, Xingqiu terminó parte del desayuno de su amigo.

Una vez hecho esto, se sentaron a comer juntos, como lo habían estado haciendo todos esos últimos días, a pesar de que Xingqiu no estuviera en su  hogar, se sentía muchísimo mejor estando con Chongyun.

- Oye, es verdad, ahora que lo recuerdo, tú me ibas a decir algo hoy, no creas que se que me olvido. - Le lanzó una mirada al contrario provocando que los nervios lo invadieran, ¿por qué Xingqiu siempre tenía que ponerlo nervioso?

- Te lo diré hoy en la noche, creo... De todos modos lo tengo que hacer, mmh... - Miro hacía arriba, confundido, aún tratando de escoger las palabras adecuadas para decirselo.

- No es nada malo, ¿verdad? - Llevo su plato hacía la mesa para sentarse junto a Chongyun y poder disfrutar su desayuno.

La pregunta hizo pensar a Chongyun, ¿era malo declararse? tal vez no lo era si el sentimiento era mutuo, pero... ¿Y si no? ¿Y si Hu tao estaba mintiendole después de todo?

Difícil. | XingyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora