El marido de Miho le susurró algo al oído. Luego, sonrió amargamente ydijo en voz alta:
—Es que mis amigos están todos casados. No puedo presentarte aninguno.
—¿Y si te inscribes en una página de citas online? Espera, que te sacamosuna buena foto para tu perfil. No te hagas un selfi, cuelga una foto de un díacomo hoy, en una barbacoa con amigos. Así darás más buena impresión y tellegarán más solicitudes.
—¡Sí, qué buena idea! ¡Te sacaremos una foto! —dijo Miho.
—Claro, ¡es ahora o nunca! —añadió el marido de Yukari, conteniendo larisa.
—¿Ahora o nunca? ¿Por qué es ahora o nunca? —pregunté, y el maridode Miho puso cara de perplejidad.
—Bueno, cuanto antes mejor, ¿no? No puedes seguir como hasta ahora, yla verdad es que tienes prisa. Si sigues cumpliendo años, se te pasará el arroz.
—Seguir como hasta ahora... ¿Y por qué no puedo seguir como hastaahora? ¿Qué tiene de malo? —pregunté con ingenuidad, y oí cómo el maridode Miho mascullaba.
—Qué marrón.
Miki, la otra soltera del grupo, explicó alegremente sus propiascircunstancias.
—Yo también debería sentar cabeza. El problema es que viajo mucho portrabajo.
—Tú eres muy buena en tu trabajo, Miki. Ganas más que muchoshombres, y no hay ninguno que esté a tu altura —la defendió el marido deYukari.
—¡La carne ya está lista! —anunció Miho.
Empezamos a servirnos visiblemente aliviados y comimos aquella carnerociada de saliva del marido de Yukari. De repente, me di cuenta de que todosse alejaban un poco de mí y me daban la espalda, como aquel día en elcolegio. Aun así, seguían lanzándome miradas de curiosidad como si fuera unbicho raro.
«Me he convertido en un cuerpo extraño», pensé vagamente.
Entonces me vino a la mente Shiraha, al que habían despedido. Quizá yosería la siguiente.
El mundo normal es un lugar muy exigente donde los cuerpos extrañosson eliminados en silencio. Las personas inmaduras son expulsadas.
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La Dependienta
Teen FictionAUTORA: Sayaka Murata el orden de las paginas no son como en el libro original.