Capitulo 4: We Meet Again

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Primero fueron las cartas que eran encontradas en escenas del crimen, y ahora al parecer esas notas comenzarían a llegar a su casa ¿Cómo había conseguido su dirección? Bueno, no sería sorpresa de que Addams supiera esa información, ya que al ser una mujer bastante obsesiva con sus intereses como con el caso del Hyde años atrás, era de esperar de que si está estaba detrás de la rubia recopilará toda la información sobre está.

-Mierda... Mierda mierda mierda mierda- no paraba de repetir una y otra vez aquel insultó mientras caminaba de un lado a otro. Se encontraba bastante estresada a tal nivel que sus garras habían hecho acto de presencia.

"Debo reportar esto con mis compañeros, joder"

Pensó mientras apretaba aquella "invitación" con sus garras, provocando que aquella hoja comenzara a romperse un poco. Se notaba la frustración en su rostro, puso una de sus manos sobre su frente mientras su respiración se comenzaba a mostrar acelerada.

"¿Y por qué no lo haces? Mierda, solo es llamar a un teléfono y todo acabará, pero ¿Porque no lo hago?"

Restregó su mano por todo su rostro, intentando acomodar sus ideas, pero al ver que aquello no funcionaba dirigió su mano a su cabello, agitó su cabello con intensidad intentando pensar en una solución, pero le era imposible, incluso pudo sentir como pequeños cabellos caían.

Lanzó la carta contra el piso, está ya se encontraba algo rasgada por sus garras, estaba enojada con ella misma ¿Cómo es que no lograba hacer lo correcto en este momento? Literalmente está noche podría tener la oportunidad de encontrarse con la causante de todos estos crímenes y terminar con aquella investigación, pero si ese era el casó entonces ¿Porque sus orejas y cola habían aparecido después de pensar en la idea de poder ver a Addams? Estás solo eran capaces de aparecer de manera involuntaria cuando la rubia experimentaba emoción extrema, y ella estaba enojada por eso, porque sabía que estaba en cierta parte emocionada de por fin encontrarse con su roomie después de tantos años, a pesar de que aquella mujer era la causante de todo este teatro macabro que investigaba la policía.

-Maldita sea Addams- volvió a maldecir, se encontraba enfrente del espejo, sus orejas y cola habían desaparecido al igual que su aspecto que tenía hace unos instantes de estrés, ahora se encontraba relativamente arreglada -¿Por qué tienes que ser así conmigo?- no pudo evitar sacar de nuevo sus garras, las cuales estaban posicionadas sobre el mueble de madera frente a ella, provocando que estás rasgaran un poco de aquel fino roble haciendo un ruido algo molesto.

***

Enid había salido de su casa en plena noche, las calles estaban completamente vacías siendo  decoradas por los faros de luz y las pequeñas gotas de lluvia que aún caían solo que con menos intensidad.
De envés en cuando podía observar como ratones, perros y gatos pasar por aquellas calles tan solitarias, incluso viendo como algunas bolsas de plástico lograban colarse en aquel ambiente.

"Llevo caminando alrededor de quince minutos... Capaz todo fue una estúpida broma"

Pensó mientras ponía su palma contra su frente dando unos pequeños golpes al ritmo que ella susurraba "Idiota Idiota Idiota". Estaba dispuesta a darse por vencida, dar la vuelta y regresar a casa, pero ese plan se vio interrumpido cuando al apartar su palma de su frente pudo percibir algo entre las sombras.

-¿Acaso es...

Había algo parecido a un arácnido oculto en las sombras, apenas su figura era distinguible por la luz que estaba a un costado suyo, no pasó mucho para que aquella creatura se diera cuenta que la oficial le observaba, comenzando a moverse rápidamente.

-¡Hey! Espera

Enid comenzó a perseguir a aquel ente, a pesar de que aquella cosa era mucho más pequeño que ella, le costaba seguirle el paso, además de que el trayecto por dónde estaba siendo guiada estaba lleno de charcos y incluso de ciertos desniveles, provocando que la chica estuviera a punto de perder por completo el equilibrio.
No pasó más de cinco minutos cuando aquel pequeño ser guío a la muchacha hasta un callejón, el cual no tenía salida y por ende este se encontraba oscuro, lo cual aprovecho aquella creatura para desaparecer adentró de aquella oscuridad. La rubia estaba por detrás algo agitada por andar persiguiendole para que al final simplemente desapareciera.

-Mierda- golpeó su pierna con una de sus manos, de nuevo había perdido el tiempo haciendo una caminata.

Estaba dispuesta abandonar aquella perdida de tiempo y regresar a casa, así que se volteo para regresar por dónde vino, pero...

-Viniste.

"Esa voz, no puede ser"

Sintió su cuerpo ponerse tensó, sus dientes se apretaron al igual que sus manos, las cuales comenzaron a temblar de manera descontrolada, parpadeó múltiples veces, sintió que en algún momento llegaría a desmayarse, pero no, tenía que resistir y por ende darle frente a aquella persona, tragó saliva y volteó.

-Eso era lo que querías ¿No?- intentaba mantener un tono de seguridad en su voz, pero su voz se notaba levemente temblorosa.

-Siempre tan obediente... Sinclair.

Efectivamente era aquel tono de voz que hacia años que no escuchaba, pero aún así lo recordaba como si de la fecha de su cumpleaños se tratará.

-Y tu siempre tan tímida, escondiendote siempre en las sombras- le estaba provocando, ya que al parecer aquella voz quería jugar con fuego -Si tan intimidante eres ¿Por qué no sales y muestras tu rostro?- vaya que había tomado valor para decir eso, sus puños temblaban pero ahora lo hacían con mayor intensidad, estaba aterrada, pero también impaciente -¡Vamos!... ¡¿Que es lo que esperas?!

Si que estaba exigiendo, pero lo hacía más que nada por la adrenalina que sentía correr por todo su cuerpo,  era como si le hubieran inyectado bebida energética en sus venas.

El ambiente se llenó de un silencio sepulcral por un par de segundos, Enid estiró sus brazos a los costados esperando una respuesta o alguna señal, pero no ocurría nada, se podía ver en su rostro como pasaba a uno de decepción. Ahí fue cuando pudo escuchar como enfrente suyo se acercaban pasos, se quedó expectante, esperando ver qué la persona que creía saldría de aquella zona oscura.

Lo primero que pudo observar gracias a la luz del faro fueron unas botas negras, seguido de la parte superior, vestimenta en tonos blancos y negros, esas tonalidad le eran tan familiares, pero aún no estaba segura si en verdad era aquella persona que creía que era, así que tenía que ver su rostro para corroborar, inhaló profundo y fijo su mirada en dónde se supone que tendría que estar la cabeza, dicho y hecho, una vez pudo ver aquellas perlas negras pudo sentir como su corazón se aceleraba y una vez más sus orejas e cola hacían acto de presencia, estaba ¿Feliz?

Dance With The Devil - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora