Capitulo 7: I'm A Sinner, You Are A Saint

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-Aun tienes el anillo ¿Cierto?- pregunto la de trenzas, la cual aún seguía viendo la luna.

-E-em por supuesto- alzo su mano donde tenía aquel objeto, estuvo apunto de quitárselo, pero fue detenida por la friolenta mano de la contraria.

-No te lo quites, solo quería saber si aún lo tenías.

Addams tomaba con gentileza aquella mano, fue acercando de manera lenta hacia ella, para ser más específicos a su rostro, miraba con atención aquella joya en el centro la cual aún conservaba su tono rojizo brillante similar a la sangre, lo cual a la pálida le encantaba.
Acercó sus labios hacia aquella gema, depositando así un beso sobre este, haciendo que el rostro de la oficial ardiera.

-Me-Merlina ¿Que ha-ha- fue silenciada por el dedo índice de la pelinegra sobre sus labios.

-No sigas hablando- hablo en un tono más bajo de lo normal, su dedo índice que se encontraba sobre los labios de la rubia se deslizó hasta su barbilla, para posteriormente ser apartada y que en su mano se subiera Dedos haciendo varias señas -Al parecer se nos a acabado el tiempo.

¿Cómo que se les había acabado el tiempo? ¿Acaso alguien les había visto? La pálida se apoyó sobre sus piernas para poder levantarse, al ver esto Enid hizo lo mismo rápidamente, incluso casi llego a perder el equilibrio.

-¿Vas a irte?- la pelinegra afirmó con su cabeza mientras se ponía su sudadera negra -Pe-pero ¿Por qué?- vaya pregunta tan tonta, hasta ella lo sabía.

-Al parecer se te olvida la situación Sinclair- escondió sus manos en el bolsillo de su prenda, para después mirar a la rubia -Tu eres una oficial, yo una criminal... No nos pueden ver conviviendo.

-Pero ellos no saben que eres tú, la única que sabe soy yo- se notaba desesperada, quería que se quedara más tiempo, y estaba dispuesta a dar todas las excusas posibles para que eso pasará -Vamos Merlina, quédate un poco más... Por favor- dió un paso hacia adelante, y la otra dió uno hacia atrás.

-Dije que esto sería una velada nocturna- refiriéndose a la carta -Y es lo que acabamos de tener.

Eso era cierto, Merlina siempre cumplía con lo que decía en sus cartas incluso si estás eran muy específicas, era capaz de seguir todo de manera estricta. Pero Enid no podía aceptar esto tan fácilmente, después de tantos años sin verla, para tan solo hablar con ella un par de horas, no se le hacía justo y más cuando para ella ese tiempo había pasado muy rápido.
Bajo su mirada frustrada mientras escuchaba como la contraria ya comenzaba a caminar para desaparecer de nuevo.

-¿Cuando?

La de trenzas dejo de caminar, para voltear a ver a la contraria, seguía con su rostro serio, a pesar de poder ver la visible desesperación de la otra.

-¿Cuando nos volveremos a ver?- alzo su mirada, para poder ver a la chica que solo tenía la mitad de su rostro iluminado por el farol.

Bajo su cabeza, perdiéndose por unos instantes su rostro en la oscuridad, para luego volver a aparecer.

-Pronto...

Dedos salió del bolsillo de Merlina para así despedirse de Enid, ya que a pesar de no hablar mucho con ella está noche, le fue muy agradable su compañía al parecer, hecho eso fue cuando la joven se adentro en la oscuridad, desapareciendo de la vista de la rubia.
Y así de rápido fue como aquella chica tan enigmática había desaparecido una vez de su vida, pero esta vez esa última palabra le hizo prender una pequeña chispa de esperanza en la oficial, era moralmente cuestionable lo que acababa de hacer pero que importaba, la había visto y capaz se volverían a ver pronto, lo cual la hacia bastante feliz al respecto.

-Nos veremos después... Merlina- murmuró para si misma.

***

No pasó demasiado al siguiente día, era fin de semana, así que tenía el día libre para hacer lo que quisiera sin preocupaciones. Y fue lo que hizo, se la paso en casa todo el día, comió, se relajó mirando series, pero a pesar de hacer múltiples actividades siempre venía algo a su mente, aquella mujer que había visto la noche anterior la cual con el simplemente pensarla provocaba que la rubia soltará una sonrisa, mientras que miraba el anillo que tenía en el dedo, recordando aquel beso que la pelinegra le había dado a este.

Era una criminal, lo sabía muy bien, pero por alguna razón, eso no era impedimento para que la oficial estuviera loca por ella, reconocía que si el departamento se enterraba de esto estaría en graves problemas, incluso podría llegar a entrar a la cárcel, lo cual eso sí le asustaba, no quería terminar como la mayoría de excluidos, tras las rejas o estar oculta ante la sociedad.
Lo único que busca ella es ser libre, sin ser tratada como un fenómeno, y por ende tenía que aceptar que para que aquello pasé, era servir  a la ley, como lo a hecho últimamente y por ende entregar a Addams, era un hecho que tendría que aceptar tarde o temprano, lo cual le llegaría a destrozar emocionalmente cuando llegue ese momento.

-¡Buenas!- anuncio su entrada a la estación, dónde apenas se encontraban unos cuantos compañeros.

-Sinclair- Charlie le regresó el saludo.

La rubia se acercó a este ya que le había traído un café, como había prometido la otra vez.

-Una promesa es una promesa.

-No hacia falta, pero gracias.

Enid se sentó enfrente de su compañero y amigo, él le sorprendió la felicidad que está mostraba, después de todo, los últimos días ella se había mostrado más seria y preocupada.

-Y ¿A qué viene tanta felicidad?

-Oh cierto, ¿Recuerdas que te hablé de una amiga? Bueno... Pues es que la vi este fin de semana.

-Wow ¿Enserio? Debió ser un reencuentro muy agradable- tomo un sorbo a su café -¿De que hablaron?

-Ah eh bueno hablamos d-

-¡Oficial!- aquel grito había interrumpido la conversación de los dos amigos.

-¿Que sucede?- la rubia se levantó rápidamente al ver lo agitado que se encontraba el policía.

-O-otra escena del crimen- acercó su mano temblorosa al brazo de la oficial, para comenzar a jalarla desesperadamente -Tiene que venir, ahora.

Cierto, ahora su mente estaba nublada por la negación, se negaba a pensar que aquella gotica era causante de todos estos actos tan grotescos. Le sorprendía como su mente era capaz de disfrazar una situación tan moralmente cuestionable como una simple plática entre viejas amigas, estaba hablando con una psicópata y ella lo sabía, pero simplemente ella no lo aceptaba, pero tenía que regresar a la realidad, tenía que abandonar aquella imagen tan romantizada que tenía de Merlina Addams, aunque eso significará dañar sus propios sentimientos, pero... Aún no se encontraba preparada para hacerlo.

Dance With The Devil - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora