Capitulo 3: Come A Little Closer

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Enid al escuchar tal petición no pudo evitar mostrar una sonrisa tímida, mientras daba una risa entre dientes para ocultar lo que al parecer era ¿Pena?

-Vamos Merlina no juegues conmigo, no se te dan bien las bromas- ahora estaba batallando con no mirar a la pelinegra a los ojos, ya que si hacia aquello, sentía que aquella "pena" explotarán en forma de rubor.

-Lo digo enserio- bajo su mano con el que había señalado a la rubia, para ahora acercarse más a la chica que se encontraba sentada en el borde de la cama -Enid, debes darme una respuesta en este instante- nuevamente volvió a alzar una de sus manos, la cual se posicionó sobre la barbilla de su compañera haciendo que está alzará su mirada, para que de nuevo sus ojos se encontrarán -Y más te vale verme a los ojos cuando respondas- a pesar de la posición en la que se encontraba, la azabache permanecía inexpresiva.

Mierda, si la chica fanática de los colores pudiera ver su rostro en ese instante, podría ver cómo su rostro pasó a un tono completamente rojizo en unos instantes.
Sus dientes chocaban entre si por los temblores que se originaron por el tacto de la pálida contra su barbilla.

-Ah e-em m-me encantaría ir al Raven contigo Merlina... A-Addams- si que le costó formular su respuesta, ya que al ser obligada a tener contactó visual con aquella gotica le ponía a tal nivel de nerviosismo que ni podía llegar a pensar con claridad.

Todo aquel recuerdo fue interrumpido cuando escucho la alarma de su celular, ya que al parecer la rubia se había quedado todo el día de ayer en su pequeño viaje al pasado que ni siquiera recordaba el momento en el que llegó a su cama.
Apagó su alarma con mala gana, al parecer no le agradaba de que ese ruido le arruinara su momento de nostalgia, se sentó en el borde su cama frotando sus ojos con las palmas de sus manos, no pudo evitar recordar aquella fría mano de su ex roomie sobre su barbilla, la cual a pesar de sentirse como si se tratará de la mano de un muerto era suave al tacto, de manera nuevamente involuntaria puso una de sus manos sobre su barbilla, esperando sentir los delgados dedos de aquella chica, pero tal y como esperaba... No estaba ahí.

-...

Soltó un suspiró de decepción y dejo caer sus manos sobre sus piernas, su mirada estaba fija en el suelo esperando que aquellos zapatos negros hicieran aparición cómo en los tiempos de la academia, pero de nuevo... Nada.

-Addams...

***

Un estando en la oficina no podía parar de pensar en la chica de trenzas, si ya de por sí su mente tenía una parte dedicada especialmente a aquella mujer, ahora con todo este caso aquella zona de su cerebro se había expandido como si de un virus se tratará.

-Sinclair, ¿Encontró algo en el agujero que se encontraba en la pared?

-No- tenía que mentir ¿Por qué? Simplemente porque una parte de ella pedía que aquella carta fuera tratada como un tesoro -Solo había un arácnido ahí, del cual tuve que matar por precaución- si, esa fue su mejor excusa.

-Entonces lo único que tenemos es un tipo que fue torturado con múltiples cortes sobre su cuerpo lo cual provocó su desangramiento, incluso con la extracción de algunos de sus dientes y por último, la  amputación de uno de sus miembros con lo que al parecer fue con una segueta.

Charles explicaba las pistas mientras dejaba las fotos de la evidencia sobre la mesa, la cual era rodeada por múltiples policías, los cuales miraban fríamente las fotos, mientras que a la oficial era la única a la que se le notaba repulsión sobre su rostro.

-¿Ya viste? De nuevo esa chica está con sus caras- murmuró uno de los policías, al parecer era uno de los que habían estado aquel día en la escena.

-Crei que los excluidos ya estaban acostumbrados a ver este tipo de cosas.

-Y más si es que eres un animal sanguinario cómo ella, pero al parecer es vegetariana o algo- hacer ese comentario había hecho que aquellos dos rieran entre dientes, lo cual llamo la atención de Charles.

-¿Hay algo que quieran contarnos?

Aquella pregunta hizo que los dos amigos guardarán silencio, mientras que uno de ellos le dijo al mayor "No señor", al parecer esos tipos no eran más que unos niños que solo querían llamar la atención, los cuales solo se callaban cuando un mayor les llamaban la atención.
Se suponía que Enid era de mayor rango y por ende aquellos policías debían obedecer sus órdenes, pero no, Sinclair no era capaz de poner mano dura ante tales sujetos, sabía que se dejaría llevar por sus emociones con facilidad y eso provocaría que en un ataque de frustración podría llegar a herir o incluso matar a aquella personas que se burlaban de ella, por eso Charles era quien le ayudaba a poner orden, para evitar alguna tragedia.

Una vez más se encontraba en el auto de su compañero, quien le había ofrecido otra vez llevarla a casa.

-Enid, te siento más distraída de lo normal ¿Acaso es por el caso?- pregunto su compañero mientras seguía manejando.

-No es eso... Es solo que...- la chica miraba por la ventana mientras recargaba su barbilla sobre su mano -Recorde a una vieja amiga, quien no la he visto en unos diez años.

-Ya veo ¿Paso algo entre ustedes?

-Eso me gustaría saber también... Simplemente un día, ella desapareció de mi vida sin razón alguna.

-Lo siento mucho.

-No no, descuida es algo que paso hace mucho tiempo ya...- su mirada melancólica permanecía sobre la ventana de aquel coche, el clima comenzaba a nublarse se esperaba una lluvia, el clima favorito de aquella amiga en la cual no había podido sacarla de su cabeza.

-Entonces Sinclair, la veo en un par de días, procura descansar tu mente- se despedía aquel muchacho mientras su compañera de trabajo salía del auto.

-Lo intentaré, gracias por preocuparte- dicho esto el hombre volvió arrancar el auto y alejarse del hogar de la joven.

Ahora debía apurarse a entrar a su casa, la lluvia ya era inminente y no quería empaparse por tardar en buscar sus llaves, se dirigió a la puerta de su casa de manera apresurada, frenéticamente comenzaba a buscar sus llaves en sus bolsillos para entrar rápidamente.
Una vez las encontró las saco dispuesta a abrir la puerta, pero una vez dirigió su vista a la puerta, pudo observar un sobre de correo el cual se encontraba entre la puerta y el marco, ella no solía recibir correos por lo cual se le hizo extrañó.
Tomo la carta en una de sus manos, la inspeccionó para ver si encontraba el nombre de quién lo había enviado, pero no había nada, curiosa decidió abrir el sobre en ese instante, sin importar que las gotas de lluvia comenzarán a caer.

"Sabes, ha pasado un tiempo desde que no nos vemos ¿Que te parece pasar una velada nocturna? Cómo en los viejos tiempos, Amore mio"

Un escalofrío recorrió su espalda al volver a leer aquel mismo tipo de letra de máquina de escribir, y como si de una película se tratará, al leer aquel apodo final un relámpago hizo acto de presencia con su estruendoso sonido, dejando a la ya empapada Enid atónita ante aquella inesperada carta.

Dance With The Devil - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora