Capitulo 23: Hiding The Tears On My Eyes

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La tensión entre ambos compañeros había crecido, ahora los días en el edificio se habían transformado en un ambiente incómodo, y no solo para ellos, si no también para los demás, se notaba bastante incómodos al ver cómo aquel duo discutían ahora con más frecuencia, siendo Enid quien empezaba con aquellos conflictos y Charlie era quien intentaba poner orden, fallando en el intentó.

-Enid por favor, ya te dije que no he dicho nada.

-¿Cómo puedo estar segura de eso? Siempre te la pasas con esos del FBI, ellos capaz te están lavando el cerebro para engañarme ¿Cierto?

-¡Estás paranoica! Sabes que yo nunca diría algo malo de tí.

-¡¿Paranoica yo?! Mira quién lo dice, el tipo que siempre se la pasa vigilandome, si tanto confiaras en mi no harías tal cosa.

Y así eran todos los días, Sinclair había perdido mucho control de sus emociones, en un inicio se encontraba destrozada por el abandonó de Merlina, pero cuando él joven vio aquella foto que estaba en su oficina, toda su tristeza se volvió en estrés y pánico, lo cual con el paso de los días se transformó en enojó. Estaba enfadada consigo misma, porque algo en su mente le decía que ella había hecho algo mal, y por ello la pelinegra la había abandonado una vez más, intentaba reemplazar aquellos pensamientos con cosas como "Lo hace porque quiere mantener un perfil más bajo" "Quizás solo se está tomando un descanso" y el más frecuente "Capaz está planeando la cita, si eso debe ser" era su favorito, al pensar en eso no podía evitar crear un escenario ficticio en su cabeza, y era feliz con eso, pero siempre era interrumpida por el castaño, provocando así su irá.

El escritorio había sido cambiado, al parecer la mujer lobo le había hecho tanto daño con sus manos, que de hecho aquel mueble se terminó de romper cuando la golpeó con ambos puños, eso fue en una de las tantas peleas que tenía con su compañero.
Una vez tuvo el nuevo escritorio ocultó aquel marcó en otro sitio donde Charlie nunca pudiera volver a verla, estaba en un cajón con llave, dónde no solo estaba la foto, si no las cartas que le había dado la gotica, a excepción de la que le dejo en su casa hace semanas.

Era demasiado estúpido tener aquellas cartas en la oficina, pero no le importaba, ella quería tener esas hojas en sus manos todo el tiempo posible, las leía repetidas veces en su tiempo a solas en el trabajo, por alguna razón le hacía sentir junto a aquella chica, al parecer el sentimiento era adictivo, ya que no quería que ese sentimiento desapareciera.

Estaba loca por aquella asesina.

-Oficial, tiene visitas- aviso Charlie abriendo un poco la puerta.

-No tengo tiempo para visitas- hablo en un tono bajó mientras que guardaba la foto que el castaño había visto con anterioridad.

-Es el Agente Parker.

Genial, tenía que hablar con ese señor nuevamente, quería negarse a aceptar la pequeña reunión, pero no podía hacerlo por más que lo deseará.
Suspiró derrotada y le dió autorización para que el mayor entrara a la oficina, claro, acompañado también de su par de achichincles, lo cual su simple presencia molestaba a la mujer.

-¿Era necesario traer a sus lame botas?- pregunto irritada, tener todos esos ojos sobre ella le ponía tanto tensa como nerviosa.

-Charlie me ha informado que se ha encontrado estresada últimamente, así que prefiero prevenir antes que lamentar.

-Hijo de puta...- murmuró, optó por tomar una postura más formal sobre su silla -Bien ¿Para que quería verme?

-Sabemos que no ha estado muy bien últimamente, pero necesitamos que nos platiqué que fue exactamente lo que pasó esa noche.

Dance With The Devil - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora