Capitulo 12: Simple Design

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No podía creerlo, enfrente suyo estaban esos dos amigos, esos compañeros que siempre se la pasaban burlándose y criticando a aquella Oficial, estaba en la misma situación que ella, inmovilizados y silenciado, pero había una diferencia entre ellos, la cual era que Enid era una excluida puesta a prueba.

-Richard Benjamin y Francisco Valdés ¿Cierto?

Preguntó la pálida mientras se colocaba en medio de aquellos dos policías, poniendo sus manos sobre los hombros de cada uno.

-Si no mal recuerdo, estos son aquellos que te molestan en el departamento.

Estaban asustados aquellos, sus torsos subían y bajaban rápidamente por las respiraciones agitadas, en sus ojos de les notaba húmedos estaban apunto de llorar por el miedo, también se notaba gotas de sudor correr por sus rostros.
Merlina les dedicó una breve mirada a cada uno, quienes al sentir los ojos de la azabache sobre ellos comenzaron a hacer movimientos frenéticos intentando liberarse de sus ataduras.

Enid no podía creer lo que estaba viendo, no solo estaban aterrados por la presencia de la Addams, si no que también se veían terribles, en el sentido físico.

-¿Q-Que les hiciste?- pregunto asustada.

-¿Yo? Nada... Mi martillo fue quien lo hizo- sacó un martillo que tenía guardado en su cinturón, lo cual hizo que los policías comenzarán a mover sus brazos desesperadamente y producir gritos, los cuales eran ahogados por la cinta.

-¡No les hagas daño! Ellos no tienen nada que ver- grito desesperada, intentando levantarse de su silla, pero claramente era inútil.

-¿Nada que ver?-  camino atrás de uno de los sujetos, para ser más precisos, atrás de Richard quien era el rubio -Por normies cómo ellos, nosotros los excluidos no seremos aceptados- golpeó el hombro con el martillo, provocando que este volviera a gritar más fuerte, moviendo sus dedos de manera desesperada.

-¡Y no lo seremos si los sigues tratando así!- estaba furiosa, pero también triste por ver lo que estaba haciendo la chica, a tal punto que ya salían lágrimas de sus ojos -¡Dejalos en paz por favor!

Los hombres miraban extrañados a la oficial, después de todo lo que ellos le habían hecho, ella no les tenía rencor al parecer, pero en cambio ellos la odiaban, por el simple hecho de ser diferente.

La asesina ahora se dirigió hacia el contrario, provocando que este comenzará a hiperventilar por su cercanía, y más cuando está se inclino un poco para acercar su rostro al de aquel tipo, logrando escuchar su desesperación, lo cual le agradaba bastante a la Addams.

-Eres tan blanda- alzó el martillo, pero está vez siendo la parte v del objeto, acercándolo a la oreja de este, provocando que este mirará aterrado aquel objeto que estaba tan cerca de él -Por algo estos sujetos no te respetan- intentó introducción aquella garra en el oído del policía, pero este hacia movimientos de negación con su cabeza para evitar que esto pasara, pero se detuvo cuando la azabache le tomo con fuerza del cabello, obligandolo a quedarse quieto, así logrando introducir aquella afilada garra en el oído de este.

Los movimientos de Francisco eran muy frenéticos, sus manos, dedos, piernas y incluso su torso se notaba como este intentaba de todas maneras escapar, pero era inútil, de sus ojos brotaban lágrimas por el dolor que estaba sintiendo, y eso que no había llegado a la peor parte. Cuando la garra v no pudo entrar más, la psicópata uso todas sus fuerzas para comenzar a rasgar lentamente desde su oreja hasta la barbilla del sujetó, quien por el creciente dolor, se aferró a la silla.
La rubia veía perturbada aquella escena, sabía que la contraría era capaz de hacer ese tipo de cosas, pero ¿Enserio estaba haciendo esto enfrente de ella? Le provocaba náuseas, no solo por ver como la piel de aquel sujeto era desgarrada tan brutalmente, también era porque se imaginaba que era lo que era capaz de hacerle a ella.

-Él escucho la declaración de su compañero, así que me parece un buen castigo dejarlo sin oír- camino hacia el otro lado del sujeto, quien se comenzaba a notar pálido por la perdida de sangre -¿No te parece justo Sinclair?

Levantó la cabeza cabizbaja del torturado, estaba perdiendo bastante sangre, en algún momento terminaría desmayado por la falta de esta, así que Addams decidió hacer algo más rápido y no tan sangriento para que no terminará cediendo, apuñaló con la garra la oreja del sujetó, provocando otro grito ahogado de éste.

-B-Basta Addams, por favor... Te lo pido, no sigas- rogó, bajo su mirada para evitar ver aquella escena tan horrible.

-No te preocupes, aún sigue con vida- guardo su martillo de nuevo en su pantalón, para así tomar el rostro del sujeto con ambas manos y alzarlo un poco -Solo no puede escucharte ya- en la mirada de aquel policía ya no se notaba miedo, solo cansancio, es como si después de toda esa tortura no pudiera sentir nada más.

La gotica se dirigió hacia el otro sujetó, quien con el simple hecho de tenerla cerca comenzó a moverse de manera frenética sobre su silla. Pasó su mano por el rostro del hombre de manera lenta, mientras esté gritaba bajo aquella cinta que silenciaba aquella agonía.

-N-no le hagas nada, por favor... Te lo pido, basta...- su voz se notó completamente rota, ya no podía escuchar ni ver todo esto, era demasiado para ella -Dejalo en paz...

-No te preocupes Sinclair- le dió una leve cachetada al sujeto mientras miraba a la rubia -Siento que él necesita dar una palabras antes de que eso pase- saco un pequeño cuchillo que tenía guardado en su pantalón, enteró aquel objeto punzante sobre la cinta que tapaba la boca de este, cortando así está para que esté pudiera hablar, aunque claro ese corte no había sido tan limpio, ya que llegó a cortar parte del labio hombre.

Richard comenzó a toser una vez su boca fue liberada, escupió sangre de su boca por el corte que le había hecho el cuchillo, y no solo eso, este comenzó a jadear aterrado, sino furioso.

-Voy a matarte ¡Voy a matarte! ¡¿Me escuchaste?! ¡Voy a matarte puta psicópata!- miraba con odio a la pelinegra, apretaba sus dientes con fuerza cada vez que terminaba una frase.

La azabache se apartó de aquella silla y ahora se dirigió hacia donde estaba la oficial, la cual estaba justo enfrente de aquel tipo, paso sus manos por los hombros de esta de manera delicada, pasando atrás de ella para luego inclinarse un poco, recargando su cabeza sobre el hombro de Sinclair.

-Vamos Enid... Convénceme que la gente como él y nosotras podemos convivir en paz- murmuró en el oído de la atada, lo cual hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo.

Enid abrió sus ojos de par en par al escuchar la petición que le había hecho Merlina, dejando caer así un par de lágrimas, veía con sus ojos cristalinos al hombre frente suyo, él cual estaba de color rojo por la irá que sentía este en el momento, no creía que llegaría el momento donde ella tendría que confrontar a aquel normie que siempre le había criticado, y mucho menos en una situación como está.

Dance With The Devil - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora