Capitulo 27: Comfort Of The Void

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Enid no podía apartar la mirada de su acompañante, ver aquel perfil la tenía hipnotizada, y no solo eso, la vestimenta que llevaba la gotica era tan elegante junto con aquellos guantes negros ¿Acaso había algo que no se viera bien en aquella pelinegra? No, porque ella siempre se vería bien con cualquier cosa.

El vehículo se detuvo, al parecer ya habían llegado a su destino, Merlina fue la primera en bajar del automóvil, mientras Enid se arregló un poco antes de salir, pero claro, Addams no iba a dejar que su acompañante abriera la puerta, de eso se encargó ella, estiró su mano a la oficial para que está pudiera apoyarse de ella, y así salir del auto. Una vez afuera, la gotica le dió sus llaves a uno de los encargados para que fuera a estacionar el vehículo.

El lugar era inmenso, no parecía solamente un restaurante, si no un salón de eventos ¿Cómo había conseguido una reservación en un lugar tan caro? Cierto, hablábamos de Merlina Addams, quien era capaz de gastar dinero en un lugar como este y no le sería un problema, además de ellas había más gente, no hacía falta decir que no conocía a ninguna de esas personas, pero ellos también venían elegantes ¿Acaso era un día especial o simplemente venían así porque podían? No lo entendía, quizás su acompañante le contestaría sus preguntas.

La rubia se acercó de manera rápida a la pelinegra, abrazando uno de sus brazos -¿Dónde estamos? No creí que me traerias a un lugar lleno de gente- le extrañaba más el hecho de que la mayoría a primera vista, parecían ser normies, las principales víctimas de la asesina.

-Se me hace un lugar bastante elegante, a pesar de su exagero nivel de iluminación- lo decía por los múltiples candelabros que había por el lugar.

Aún recordaba muy bien lo que le había dicho hace años, no era de sorprenderse en realidad, ella siempre sabía todo de todos.

La pareja se adentro más en aquel establecimiento, la más alta se aferraba al brazo de la más baja, no era por nerviosismo o algo parecido, si no por felicidad, estaba entusiasmada por aquella cita, todo estaba llendo bien.
Llegaron a un salón enorme, habían multiples mesas alrededor, dejando así el centro del lugar libre. Un joven se acercó a la pareja, al parecer era uno de los meseros.

-Señorita Addams ¿Verdad?- la mencionada afirmó con un movimiento de cabeza -Excelente, acompañeme.

Siguieron al chico vestido de blanco y negro, quien les guío a una de las mesas, la cual estaba en uno de los costados del lugar, quedaba un poco lejos del centro, pero esto lo compensaba con la ventana que estaba a su lado, la cual les daba una hermosa vista al cielo nocturno.
Una vez ambas mujeres tomaron asiento, el chico retiró el papel que decía "Reservado Addams"

-Espero que se diviertan- les sonrió para después marcharse.

Sinclair seguía sin creerselo, ahora no solo estaban en un lugar fino, si no que también les había tocado en un lugar con una gran vista "Bajo la luna" esas fueron las primeras palabras que vinieron a su cabeza cuando observó el cielo, el cual ya se estaba oscureciendo, obteniendo ese característico tono morado.

-Lo haz recordado.

-Por supuesto.

Una sonrisa apareció en su rostro -Nunca te creí capaz de hacer una reservación en un lugar como este- apartó su mirada del ventanal, para así mirar a la pelinegra, la cual aún permanecía inexpresiva.

-Dijiste que querías un lugar de lujo- puso sus manos sobre la mesa entrelazando sus dedos, los cuales hicieron un pequeño ruido gracias a aquellos guantes de cuero que llevaba puestos -Y esto fue lo más lujoso que pude encontrar en San Francisco.

La licantropo apoyó su cabeza en una de sus manos, sin apartar su mirada de su amada -Me gustaría saber cuánto fuiste capaz de gastar por mi- guiñó su ojo, al parecer se encontraba completamente embobada por aquella homicida.

Ese pequeño gesto hizo que la pelinegra inhalara profundo, tragándose así su nerviosismo, eso ya se había hecho una costumbre al parecer.

-Eso no importa ahora mismo- bajo un poco su mirada, topandose con una de las manos de Sinclair que estaban sobre la mesa, deslizó su mano hacia la suya, para así tomarla de manera gentil -Tan solo pasemos un buen rato- acarició el dorso de aquella mano con su pulgar.

No pasó demasiado tiempo para que su comida apareciera, eran cosas bastante finas, como cortes de carne tan caros que la oficial era incapaz de imaginarse el valor que tenía aquello, y no solo eso, si no que inclusive las bebidas, vinos que nunca creyó ver en su vida, eran marcas tan costosas y el simple hecho de ver cómo le servían aquel líquido le emocionaba bastante.
Era tratada como si fuera una realeza, esto era un sueño hecho realidad, aquello que para ella era pura fantasía estaba ocurriendo en la vida real, pero la comida no era lo único que le cautivaba, también era el tener que compartir este momento con aquella mujer que tanto a amado por tantos años, quien ahora estaba ahí enfrente suyo disfrutando de aquella cita que tanto espero.

"Ojalá está fachada se quedará para siempre"

Pese a su notable sonrisa, al pensar aquello no pudo evitar sentirse mal, su cerebro siempre se esmeraba en arruinar sus pequeños momentos de felicidad, trayendo siempre a la mesa aquel dilema moral que solía ignorar en estos momentos, porque su corazón no quería fragmentarse más.
Ama a Addams, pero una parte de ella la odia por igual, no solo por lo que le había hecho a gente inocente, si no también a ella, que a pesar de nunca le había hecho daño físico, siempre llegaba a dañarla a nivel psicológico, el cual comenzó cuando la pelinegra corto contacto con ella hace ya diez años.

¿Estaba bien dejarse seducir por su amor del pasado? Su respuesta era obvia "Por supuesto" pero entonces venía otra pregunta a ella ¿A pesar de que sea un asesino? Dejando a la rubia pensando una respuesta coherente, si respondía de forma positiva, traicionaria a la ley que por tantos años a obedecido, y si se negaba, se traicionaria a ella misma, todo esto era porque esa mujer gotica era de las personas más importantes de su vida, más importante que el departamento, que su familia, inclusive su vida, porque la azabache era su vida entera.

Una caricia en el dorso de su mano le trajo de nuevo a la realidad.

-Cara mia ¿Todo en orden?- se notaba un poco preocupada, ya que la más alta parecía bastante perdida -Si sucede algo malo puedes decirme.

La rubia nego con la cabeza, postró su mano sobre la de la contraria, para así tranquilizar aquella preocupación.

-No te preocupes, todo está bien- "Creo" acompleto en su mente.

Dirigió su mirada una vez más al ventanal que estaba a su lado, observando así que ya había oscurecido en su totalidad, dejando ver la luna, la cual para su "suerte" no era llena, si ese hubiera sido el caso ya se hubiera enlobado, dando paso así a una catástrofe.

-Es una lastima que no esté llena- mencionó la gotica, la cual igualmente observaba aquel satélite natural -Lo digo porque cuando se encuentra así es cuando más deslumbrante se ve- dirigió su mirada hacia aquella rubia que estaba enfrente suyo, la cual al notar aquellos ojos negros sobre ella, hizo contacto visual con ellos -Pero no sería capaz de brillar más de lo que tú lo haces... Mi sol.

Dance With The Devil - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora