Capitulo 24: Give Me A Sign

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Otra semana más había pasado en aquel departamento de policía, dónde el ambiente seguía tenso, haciendo que el personal se sintiera más incómodo.
Tenían miedo, miedo de su oficial, la cual ahora se enojaba con más frecuencia, ya no se limitaba a gritarle a Charlie, si no ahora lo hacían con cualquiera quien le dirigiera la palabra.

Enid se comenzaba a descuidar su imagen e incluso por primera vez en su vida obtuvo ojeras, su cabello ahora estaba hecho un caos, incluso no se ponía bien el uniforme.
¿Tanto le había afectado la partida de Merlina? No había muerto, ella lo sabía, porque si eso hubiera pasado, Charlie ya hubiera dejado de vigilarla desde hace tiempo, y tambien ya lo hubieran emitido por las noticias, pero más que nada sabía que Addams no se dejaría matar tan fácil.
En ese caso ¿Entonces que era lo que le dolía?

La cita. Era la maldita cita.

Lo había prometido, pero en cambio ella no se ha vuelto a aparecer, el celular que le había dado no tenía registro de llamadas recientes, no había cartas, y mucho menos mensajes dejados por Dedos ¿Había hecho algo mal? Y si eso era así ¿Que era?

En su tiempo a solas en la oficina (Lo cual era todo el día) se dedicaba a ver de manera obsesiva las cartas que tenía, imaginando que aquellos dulces apodos se los decía la gótica en persona ¿Estaba perdiendo la cabeza? Quizás, ella era conciente de ello, por eso cada cierto tiempo tomaba un descansó de la lectura para así llamar a Eugene, quien siempre se escuchaba tan animado a comparación de la chica.

-Asi es como hemos logrado incrementar la población de las abejas, ha costado mucho pero se logró- hablaba Eugene con bastante emoción en su voz, se notaba la pasión que tenía por su trabajó.

-Me parece fantástico- y ahí estaba Enid, intentando mantener un tono positivo, pero no podía evitar sonar desanimada.

-¿Tú cómo lo llevas?

-Pues... Podría ir mejor, no es tan fácil, hasta a mí me sorprende lo tan difícil que se puede hacer los casos.

-Ya veo, pero hey, aunque sea tienes a Merlina, quiero imaginar que se la pasan muy bien cuando están en casa- el moreno dió una pequeña risa, mientras que la chica lobo solo pido sonreír levemente, aunque pareciera como si la estuvieran obligando a hacerlo -Ay chicas, no puedo esperar para la boda, estoy bastante emocionado.

Si, seguía mintiendole a su querido amigo, ahora no era solo para ponerlo contento, sino que para que ella pudiera imaginar vagamente cómo sería estar viviendo esa vida de mentira de la cual le contaba.
Se estaba creando una vida falsa, solo para intentar mantener su cordura, si es que hacer eso significa estar bien mentalmente.

-Eugene... Eres un gran amigo.

-Ay Enid, muchas gracias, tu también eres una gran amiga.

La mano que sujetaba el celular tembló, comenzaba a sentirse mal una vez más, y no quería eso, no quería desplomarse en llamada, no quería volver a llorar, tenía que soportarlo.

-D-Debo retirarme Eugene- paso su mano sobre su rostro limpiando sus lágrimas -Ve y sigue cuidando tus abejitas.

-De acuerdo Enid, cuídate mucho, y una vez más me saludas a Merlina- colgó.

Puso sus manos sobre el escritorio, sus ojos estaban húmedos, quería llorar, pero debía resistir, porque sabía que en cualquier momento Charlie sería capaz de entrar, y al verla sollozando este haría la típica pregunta de "¿Que sucede?" Lo cual haría que Sinclair empeorará más.
Dejo caer su cabeza sobre el mueble, se dió un pequeño golpe en su frente, pero no le pudo importar menos, ese pequeño dolor no era comparación con el dolor que tenía en su corazón. Recargo su cabeza sobre sus brazos, estaba dispuesta a dormir un rato, quizás eso le ayudaría a apartar esos sentimientos negativos por unos instantes.

Pero no pasó ni dos minutos para que algo llamará su atención, siendo así un tono que le era muy familiar.
Alzó su cabeza rápidamente, para así dirigir sus manos por las bolsas de su pantalón, buscando aquel objetó que emitía el ruido y vibración, una vez lo tuvo en su mano, rápidamente abrió el artefacto y contestó sin pensarlo dos veces.

-¿Merlina?

-Enid...

Era su voz, su hermosa voz, por fin pudo escucharla una vez más, era como si encontrará un oasis enmedio de un desierto.

-¿Que sucede? ¿Estás bien? ¿Estás a salvó?

-La cita- interrumpió la serie de preguntas de la rubia -He estado preparando todo para la cita...

Así que era por eso que no le había hablado en tanto tiempo, se había preocupado demasiado por nada, estaba bien, todo se encontraba perfecto, no había pasado nada malo.
Lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, una sonrisa apareció en su rostro mientras que aquellas lágrimas se delizaban por su rostro, estaba aliviada, feliz, por fin una buena noticia después de varios días de mierda.
No solo eso, si no que incluso sus orejas hicieron aparición, estaba experimentando una felicidad extrema.

-Merli y-yo ah em- paso sus dedos por sus mejillas una vez más, para quitarse las lágrimas mientras sollozaba -L-lo siento, es que estoy muy fe-feliz.

Claro, si ser feliz significaba estar enamorada de una asesina que te está pidiendo una cita, arriesgándose a posiblemente perder su trabajo por aceptar aquella invitación.

-Necesito que vayas elegante, mañana a las nueve de la noche...

Hablando como siempre con su típico tono serio, le estaba dando instrucciones, las cuales no eran tan complicadas, pero aún así no dió tanto detalle, diciendo por último "Yo te llevaré al lugar" al parecer quería que todo lo demás fuera sorpresa.

-¿Entendido?

-Ah eh si si, por supuesto- era el momento, por fin había llegado -No me respondiste si estabas bien...

-Si, no te preocupes... Pero dime ¿Aceptas ir a esta cita con-

-¡Si! Por supuesto que aceptó ir contigo- interrumpió gritando, no le pudo importar menos que estuviera en el trabajo.

-No me dejaste ni acabar- pudo escuchar como la azabache suspiró para seguidamente dar una pequeña risa, esa risa que muy rara vez escuchaba -Bien, entonces nos veremos mañana.

-Claro...- estuvo a punto de colgar, pero antes de hacerlo decidio hacer algo antes -Merli... Te amo.

Esas palabras eran capaces de destrozar su vida en un instante, si es que el departamento se enterrará a quien le dirigía aquella frase.

-Nos vemos... Cara mia~- eso fue lo último que dijo antes de colgar la llamada.

Se levantó tan rápido de su asiento que pareciera que había dado un salto, comenzó a repetir varias veces "si", su tristeza había desaparecido de un momento a otro, gracias a una simple llamada. La llamada de una homicida.

Comenzó a tomar sus cosas para así irse rápidamente del sitio, tal vez faltaba un día para aquella cita, pero no le importaba, quería prepararse psicológicamente para el evento próximo.
Se dirigió a la puerta de su oficina para así abrirla, y marcharse, pero cuando abrió la puerta se topo con la persona que menos esperaba encontrarse.

-Enid- miro de abajo hacia arriba a la mujer, notando cómo el rostro tan feliz que tenía está, cambiaba a una sería -¿Tan rápido te vas? Normalmente te vas de aquí hasta tarde.

-Si... Me encuentro algo mal, así que posiblemente no venga mañana.

-Eh, está bien- se notaba inseguro, no le estaba creyendo en nada, después de todo, había escuchado toda la conversación que estaba teniendo por teléfono -¿Todo está bien?

-Todo está bien Charlie, solo hazme caso y ya- comenzó a caminar para retirarse, chocó su brazo con el del castaño, haciendo que este se le quedará viendo extrañado, pero a ella no le importo, nada de eso importaba mucho ahora.

Por fin tendría su cita con la chica que tanto amaba, y nada iba a arruinar esa oportunidad, ni la policía, Charlie o el jodido FBI, era su momento, y nadie se lo arrebataría.

Dance With The Devil - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora