27 ( Ni juu nana)

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— Es increíble.

— ¿Que? - pregunto kyojuro acomodando las bolsas de comida que una amable abuela y nieta les habían vendido minutos atrás.

— Cuando subí a este tren meses atrás, estaba asustada. - dejo de ver por la ventana y sonrio para ver a su compañero. — Pero ahora no.

— Me alegro Akasha.- el pilar de la flama se sentó frente a ella, le observo con un gesto preocupado.— ¿Aun te duele?

Akasha se llevó una mano al brazo donde se veía una venda bajo sus ropas y sonrio.

— No mucho, es tolerable.

— Si hubiera sabido que el demonio se había levantado...

— Oye, no te preocupes. Me falta acostumbrarme, estuve muchas semanas inactiva. - sonrio abiertamente.

— El que debe cuidarte soy yo.

— Oye, lo hice por que quise. No hubiera podido perdonarme a mí misma, si permitiera que te pasara algo, cuando puedo evitarlo.

— Eres demasiado sorprendente. - el muchacho despeino su cabello y ella se quejó divertida alejándose de su toque. — Gracias.

— No hay de que- hizo una reverencia burlona. — Sera un viaje largo, debemos descansar.

El ánimo de rengoku se levantó, como si les hubieran puesto carbón a las llamas de su alma.

— Deberías dormir.

— Lo hare después de probar esta comida. - sus ojos brillaron al abrir uno de los paquetes y el estómago de ambos rugio.

Rengoku le tendió un par de palillos que ella tomo de inmediato, comenzando a degustar la comida junto a su compañero, que al estar tan satisfecho con el sabor. Exclamo con júbilo y usual alegría.

— ¡Umai!

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Aquella aventura no pudo ponerse mejor, cuando menos lo esperaba Tanjiro, zenitzu e inosuke se habían unido a ellos en ese vagón de tren. Akasha se había adueñado del asiento que estaba enfrente de el pilar de la flama, usando la caja la caja de nezuko como respaldo, prácticamente estaba abrazada a ella.

Escuchaba la conversación lejana entre sus amigos a unos pocos metros de ella, se encontraba dormitando casi acurrucada en ese asiento, estaba tan exhausta y cómoda, que pronto comenzó a quedarse dormida. Cuando de pronto alguien la agito levemente por el hombro, ella abrió sus ojos somnolienta encontrando a su compañero inclinado hacia ella.

— Necesitan marcar tu boleto. - musito con suavidad. Akasha se movió como un perezoso y se lo entrego al hombre de rostro pálido. Al estar tan cansada, no pudo diferenciar la esencia de la muerte que el hombre emanaba.

El hombre marco su boleto y Akasha procedía a volver a abrazar la caja de madera cuando de pronto una intensa esencia le hizo abrir sus ojos de golpe. Kyojuro conociendo la habilidad de su amiga, le pregunto.

— ¿Cuántos son?

— Dos. - murmuro con la vista en un rincón del vagón. Se levanto del asiento tomando la caja donde tenía su katana antes de avanzar. El hombre de cabello extravagante le detuvo.

— Quédate aquí, cuida a los pasajeros.

— ¿Espera que?

— Aun estas herida. - comento sin perder su mirada alegre, Akasha bufo. — Nosotros acabaremos con ellos. Tu encárgate de que el pánico no invada a las personas, podemos con esto. Si algo se sale de control, te llamare.

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