21 ( Ni juu ichi)

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La llegada de Akasha fue demasiado celebrada en aquel pueblo, los habitantes esperaban a un cazador para que los ayudara para detener al demonio que todas las noches se llevaba jovencitas de sus casas para nunca más volverlas a ver.

La cazadora de Loto veía con pesar los altares que los familiares de las victimas ponían a las puertas de su casa y no dudo en acercarse a mostrar sus respetos.

Algunos habitantes le ofrecieron hospedarse en sus casas, pero ella se negó estableciendo un campamento improvisado en una de las ramas de los árboles cercanos para mantenerse alerta. Los pueblerinos insistieron, pero Akasha les rechazo amablemente, aceptando únicamente que le ayudaran a subir sus cosas a la rama alta de aquel árbol y que respondieran preguntas en el proceso.

— Es un demonio muy feo, parece una serpiente. - uno de los niños dijo viendo con curiosidad a la muchacha de mechas doradas.

— Viene a eso de las ocho de la noche. Hicimos todo por bloquear su entrada, pero nada sirvió. - la joven madre sollozo abrazando a su hijo. — No quiero que mi hija sea llevada por el demonio.

— No pasara, yo me encargare de él. No dejare que vuelva a atacar. - ella prometió palmeando la cabeza del niño y tomando con calidez la mano de la madre que se lanzó sus brazos llorando.

— Eres tan joven y bella, es una lástima que te dediques a esto- sollozo. Akasha sonrio levemente alejándose.

— Es lo que la vida me dio y no me quejo, la paga es muy buena. - sonrio y le guiño un ojo al niño que se sonrojo.

— ¿Como puedo agradecerte?

— No me debe de agradecer, no hice nada todavía. - sonrio abiertamente.

— ¡Por favor! tan siquiera algo que necesite.

El niño en los brazos de Akasha dijo.

— ¡Le podemos bañar mama!

Akasha alzo una ceja divertida y su madre lo golpeo en la nuca por su imprudencia.

— Lino, cállate. Ella debe estar tan ocupada que no debe tener tiempo para bañarse en sus viajes.

— ¿Tan mal huelo? - olisqueo su ropa y arrugo la nariz para luego reír. — Bueno, son gajes del oficio.

— ¿Con eso alejas a los demonios? - el niño volvió a recibir otro golpe. Akasha solto otra carcajada.

— Ojalá fuera tan fácil, pero eso parece atraerlos más. - tomo una bolsa y sonrio. — Tomare su palabra y me daré un baño, si me lo permite.

Los ojos de la madre brillaron al ver que podía agradecer de alguna manera a aquella amable mujer y la arrastro hacia su casa para preparar un baño, el niño divertido la siguió.

Mientras limpiaba su piel con aquella esponja sentada en aquella tina de madera con el agua hasta el pecho, vio que sus mechones parecieron brillar en un dorado más intenso y se sonrojo ligeramente al ver que el agua cambio de color por la tierra de su cabello.

Se mentalizo para lavar su cabello más seguido, a veces lo olvidaba por sus largos entrenamientos o por su descuido personal. Solto un suspiro viendo su reflejo en el agua.

Debía ser una nueva Akasha y, para empezar, debía cuidar más su imagen personal.

La mujer y sus hijos también prepararon comida para ella, eran apenas las cuatro de la tarde y la obligaron a sentarse, la hija mayor se ofreció en trenzar su cabello, pero Akasha negó con las mejillas llenas de arroz.

— Debo dejarlo secar o será un desastre, más de lo que ya es.

— Mamá, ¿ser un cazador de lotto, también me permitirá hablar con la boca llena? - el niño con nombre Lino, dijo viendo maravillado la personalidad de Akasha que se sonrojo de inmediato.

— No.

— Disculpen mis modales, hace bastante que no como algo como esto. - sonrio apenada.

— Tu cabello es muy lindo, ¿lo heredaste de tu familia?

Akasha tomo un mechón de su cabello viendo el dorado brillar intensamente. Negó dejándolo colgar naturalmente.

— No lo sé, nunca conocí a mis padres.

La madre se llevó una mano a la boca angustiada y tomo su mano con empatía. Despues de un corto silencio incomodo, la conversación continua tranquilamente.

Despues de comer, Akasha volvió al árbol donde planeaba comenzar a vigilar al pueblo. Mientras escalaba, sintió una molestia menor en su hombro herido. sin embargo, no le tomo importancia y continuo con su preparación.

La katana descansaba en su espalda, y mientras comía unas plantas que shinobu le había entregado para el dolor, vio como en el horizonte que comenzaba a tornarse de bellos colores por el atardecer, de pronto, un cuervo volando con torpeza se dirigió hacia ella.

Estiro su mano recibiendo al animal que se posó en su brazo y de su pata izquierda, tomo una carta. Pero antes de siquiera abrirla, escucho un alarido venir del pueblo.

Akasha dejo sus cosas y bajo del árbol ágilmente, corrió hacia el alboroto y encontró que todas las jóvenes del pueblo comenzaban a caminar con la vista perdida hacia el bosque. La hija mayor de la familia que le dio de comer estaba entre ellas. Las familias de las jóvenes trataban de detenerlas, pero ellas no respondieron en ningún momento, solo caminaban hacia algún lugar del pueblo. Akasa presintió una esencia escalofriante y sabía que de no ser por la respiración que sanemi le había enseñado, ella hubiera sido parte de ellas.

—¿Que está pasando? - una madre lloro aterrada.

— No lo se. - murmuro ella. - tomo a una de las muchachas del brazo haciendo fuerza para detenerla, observo a uno de los hermanos que veía aterrado lo que sucedía y le grito. — ¡Oye tú! ¡trae una cuerda o algo!

Ante las ordenes, todos comenzaron a atar a las jovencitas por la cintura y haciendo esfuerzo comunal entre todos, evitaron que siguieran avanzando. sin embargo, sus pies no dejaron de moverse, removiendo la tierra, haciendo poco a poco un hueco.

Estaban en una especie de trance de la que parecían no poder salir, y eso comenzaba a alterar a los pueblerinos. La cazadora de loto pensó en una solución rápida y tomando un extremo de la cuerda, las arrastro hacia el árbol donde se había quedado y las retuvo ahí con ayuda de las familias. Era espeluznante como las hojas caían por los bruscos movimientos.

— Iré a ver que sucede, por nada del mundo las suelten.

los varones de la familia se pusieron delante del árbol con machetes y armas para defender a sus hijas y amigas. Akasha corrió hacia la dirección donde las jóvenes querían ir y persiguiendo la esencia que comenzaba a hacerse cada vez más intensa, saco su katana dispuesta a atacar a quien estaba detrás de eso.

***

NO COPIAS NI ADAPTACIONES.

MAJO


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