El agarre que había en su cuerpo desapareció tras aquel estruendo, Akasha se puso de pie, alerta a lo que sucedía alrededor. Parpadeo confundida viendo a un joven de cabellos rubios estar arrodillado con sus ojos cerrados. Era zenitzu, y parecía seguir durmiendo a pesar de haber acabado con lo que las atacaba en uno segundos.
Se acerco con cautela y sacudió sus hombros queriendo despertarlo, pero fue imposible. Parecía estar dentro de un trance. Akasha alzo ambas cejas realmente sorprendida.
— Si que eres una caja de sorpresas. - murmuro levantándose y acercándose al demonio que veía al muchacho con curiosidad.
— Ya era hora de que despertaras, comenzaba a preocuparme.
Ella volteo de golpe y sintió como la tensión en sus hombros se disipaba un poco al ver al pilar del fuego entrar al vagón, sin evitarlo ni pensarlo se lanzó a sus brazos. Lo abrazo con fuerza importándole poco su reacción. Estaba feliz de verlo a salvo.
— ¡Me alegra verte! ¿te sientes bien? ¿sabes que está sucediendo?
Rengoku palmeo su cabeza varias veces, ligeramente sonrojado por el impulsivo abrazo de su amiga.
— Un demonio logro hacer uso de su habilidad en nosotros, de alguna forma hizo que su cuerpo se fusionara con el tren. Tanjiro y el chico con cabeza de jabalí fueron a detenerlo, nosotros nos enfocaremos en proteger a los pasajeros. La hermana de tanjiro y el niño amarillo se quedarán en este.
Akasha asintió y siguió al pilar rápidamente, ella observaba el alrededor, notando a los pasajeros igualmente dormidos y debido a sus sonrisas se dio cuenta de que estaban teniendo sueños lindos que los mantenían ajenos al peligro en el que se encontraban.
Se detuvo al notar que más de esas cosas viscosas se lanzaban contra ellos, dio un giro a su katana cortando de manera ágil múltiples veces aquella carne que se alejó de los niños que dormían en sus asientos.
— ¡Yo protegeré este vagón! - grito esquivando un golpe. — Si el tiempo me lo permite, iré tras de ti.
— Eres sorprendente Akasha san. - respondió el accediendo a sus palabras, dio un rápido vistazo a la chica que se movía con agilidad por el vagón, protegiendo a toda costa a los menores, sonrio orgulloso de su valentía y partió hacia los vagones restantes.
Akasha comenzó a sentir que sus brazos pesaban y dolían por el cansancio, apretó los dientes controlando su respiración. No debía detenerse, no hasta haber salvado a los pasajeros de ese vagón. El sudor corría por su frente, la esencia a muerte del demonio inundaba sus sentidos. Se encargo de juntar a los pasajeros en un solo lugar, para así acortar el espacio de ataque del demonio.
No supo cuando tiempo paso mientras cortaba y masacraba aquellas cosas, cuando de pronto el vagón dio una gran sacudida que la hizo caer al suelo. Rápidamente se colocó sobre los pasajeros y encajo la hoja de su katana en uno de los asientos mientras que en su otro brazo amarro la venda que siempre traía en su haori a un reposabrazos de otro asiento, creando así una especie de barrera para evitar que los cuerpos fueran heridos ante el movimiento brusco del vagón.
A pesar de su intento de protegerlos, el movimiento brusco del vagón hizo que soltara su katana y que su cuerpo se estrellara contra una de las ventanas del vagón. Escucho un ruido metálico, un alarido y pronto silencio absoluto.
Ella abrió sus ojos cansada, su cuerpo ardía en dolor y cansancio. Sus brazos temblaron ante el esfuerzo ejercido anteriormente, trato de levantarse, pero algo en su vientre le hizo detenerse. Un hombre joven estaba inconsciente sobre ella, Akasha poso su mano en su cuello esperando ver su pulso y suspiro aliviada al encontrarlo.
Lo bajo de su cuerpo con cuidado y con dificultad se puso de pie para ir por su katana, la tomo y dando un último esfuerzo la saco de donde estaba encajada. Reviso a cada uno de los pasajeros, notando su pulso y revisando su estado físico.
Cuando comenzaron a despertar, ella los ayudo a salir. Al salir del vagón, dejo que el aire entrara en sus heridas y siseo por el ardor, una herida en su cabeza ardía bastante y apenas podía caminar debido al dolor de su cuerpo. Se recargo en una de las paredes del vagón soltando un largo suspiro.
Debía buscar a sus amigos, pero primero trato de calmarse. Sus manos temblaban debido a la adrenalina y su corazón amenazaba con salirse de la garganta. Cerro sus ojos con fuerza tratando de encontrar la paz en su sistema, pero de pronto, sintió una esencia pesada que casi la hace ahogarse.
Era de nuevo aquella esencia de muerte, pero esta vez era pesada, casi agonizante. Akasha se puso alerta y tomo su katana con fuerza acercándose a aquella esencia con cautela, buscando su fuente. Vio a lo lejos a Rengoku de canclillas dándole la espalda, ella emprendió camino hacia él y comenzó a correr para avisarle de ello.
Pero pronto lo vio, era un demonio de cabello rosa corriendo a gran velocidad hacia el pilar del fuego. Akasha no tuvo tiempo siquiera de gritar, corrió lo más rápido que su cuerpo herido le permitió y desesperada por evitar una tragedia, tomo aire que desgarro sus pulmones justo como Sanemi le había enseñado, para después lanzar con fuerza su katana en dirección al demonio.
La hoja de cristal amarillo brillo intensamente por los rayos de la luna y fue notable cuando esta se perdió en el cuerpo del demonio, la katana lo atravesó por la espalda.
El ser de cabello rosa y marcas en su cuerpo se detuvo de golpe, vio la hoja sobresalir de su pecho y volteo en dirección de donde había venido.
Observo a una mujer de cabello extravagante y ojos brillantes verle con odio puro. Aun mantenía la pose que hizo al lanzarle la katana. El demonio alzo ambas cejas sorprendido por ello. Akasha deseo que eso hubiera llamado su atención lo suficiente como para que se alejara del pilar, y lo confirmo cuando el demonio se acercó a ella.
Apenas y pudo reaccionar cuando el demonio tomo su garganta con fuerza, ella solto un jadeo y trato de pelear, pero el agarre era descomunal. El aire dejo de entrar por su garganta, observo los ojos brillantes del demonio con temor.
— Eso fue estúpido. - comento el demonio viéndole pelear. — debo admitir que tienes buena puntería, pero eso no sirve de nada si no tienes un plan b.
A pesar de verlo con odio, sabía que tenía razón. Pero su desesperación al ver que el demonio iba a atacar a su amigo fue demasiado grande, que tan solo pensó en atacar, sin pensar en lo que haría después de llamar su atención.
Akasha gruño de dolor, cuando la punta de la katana que aún estaba incrustada en el pecho del demonio se encajó en su vientre; solto una especie de alarido que fue cortado por la falta de aire debido al agarre en su garganta. El dolor fue insoportable, mucho más cuando el demonio dejo caer el cuerpo de la chica, haciendo que la hoja de la katana rajara la mitad de su vientre de forma vertical.
La mujer cayó al suelo de golpe, como un inerte saco de harina. El demonio le observo en silencio, para después quitarse la katana del pecho, como si tan solo fuera una espina en la piel.
Tanjiro trataba de seguir los pasos de respiración que el pilar del fuego le decía, cuando de pronto sintió el intenso aroma a sangre. Volteo con dificultad justo en el momento en el que el demonio dejaba caer la katana ensangrentada sobre la mujer del ahori anaranjado, un ahori que el conocía muy bien.
Abrio sus ojos aterrado, Rengoku iba a reñirlo por su falta de cuidado cuando lo escucho gritar con tanta fuerza que su garganta pareció chillar de dolor agonizante.
— ¡Akasha San!
NO COPIAS NI ADAPTACIONES
MAJO
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GOLDEN
Fiksi PenggemarEn el camino para cobrar venganza, puedes encontrar el propósito de tu vida. Irónico, ¿no? Fanfic de Kimetsu no yaiba. fanfic del pilar del agua, Tomioka Giyuu Los personajes originales le pertenecen a koyoharu Gotouge. Los personajes, Akasha s...