22 ( Ni juu ni)

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Akasha comenzó a sentirse mareada, cubrió sus labios y nariz con la manga de su haori y camino entre el bosque que comenzaba a oscurecer, el filo de su katana era lo único que brillaba gracias a la luz de la luna.

Por la esencia a muerte, akasha sabía que era un demonio, pero había algo más, un aroma nauseabundo que comenzaba a irritar su nariz. Sabiendo que si seguía así no podría atacar al demonio, se quitó su haori y se lo coloco en la nariz amarrando lo demás tras de su cabeza fijándolo bien para que no se cayera. Ya un poco mejor se enfocó en lo que le rodeaba, volteo sobre sus pies, no viendo más que pura oscuridad.

Escucho pasos, y una risita que erizo su piel. Era un sonido burlesco que ella conocía muy bien. Sus manos temblaron y estuvo a punto de congelarse, pero apretó sus dientes con fuerza al recordar la muerte de su maestro.

— ¡Muéstrate!

— Déjame observarte un rato más, te ves tan desastrosa. - una voz cerca le hizo lanzar un golpe, solo cortando el aire. — Sigues tan impulsiva como siempre.

— ¡Deja de esconderte!!

—Estas muy contestona, ¿acaso yo crie a una dama malcriada?

Los dientes de Akasha rechinaron en ira pura y volteo a todos lados esperando encontrarlo, pero solo sentía su esencia asquerosa a su alrededor.

— Ya quisieras haberme criado, idiota.

— No, no. una dama jamás maldice.

— Es un pensamiento estúpido. - gruño. — ¡Muéstrate cobarde!

— Kira jamás me hubiera tratado así.

— Kira está muerta.

La esencia se hizo más fuerte y el suelo tembló, Akasha alcanzo a dar un golpe con su espada cortando lo que pareció cabello que pronto se desvaneció.

— ¿Atacas a tu propio hermano?!

— Jamás fuiste un hermano.

— ¿Tan rápido nos olvidaste? Despues de todo lo que hicimos por ti, ¿así nos pagas?

— Ustedes no hacían nada por mí. - el agarre en la katana era doloroso, sus dedos apretaban el mango con tanta fuerza que su piel comenzó a arder. — Ustedes no fueron mi familia.

— Esta muy grosera el día de hoy, debemos reprenderla. ¿no lo crees, Okko?

El corazón de akasha se detuvo al escucharlo. Abrio sus labios queriendo burlarse a pesar de su terror, pero de pronto, entre las sombras, vio el rostro pálido del hombre que le hizo la vida imposible alzarse entre los árboles y caer justo frente a ella.

Akasha retrocedió impactada y tropezó con sus propios pies cayendo al suelo de golpe sin poder despegar sus ojos de aquel rostro.

— No es posible-susurro con sus ojos bien abiertos, ella lo había visto morir.

— Muy posible. - la voz de Tsumugi resonó cerca y Akasha estuvo a punto de vomitar al ver que, al lado de su cuello, estaba la cabeza de okko conectada en su piel. Ambos tenían la piel llena de venas y escamas asquerosas, akasha contuvo una arcada. — Hemos esperado por tanto tiempo este momento.

— ¿Los dos mataron a Denji san?- susurro estupefacta. Tsumugi sonrio y el rostro de Okko se mostró inmutable.

— Ese viejo idiota no dio pelea alguna, jamás debió ser llamado sensei. ¡Ahora somos más fuertes que el!

— ¡Son unos monstruos!

— Me gusta más el termino, demonio. ¿no amigo? - una mano palmeo la cabeza de Okko, que ni siquiera parpadeo por el gesto, parecía estar en un trance. — ¿No es lindo?

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