28 ( ni juu hachi)

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— ¿Estas bien? - murmuro el hombre de profundos ojos azules, tomo su rostro con ambas manos realmente preocupado. Un gesto que en verdad confundido a Akasha.

¿Desde cuándo Giyuu era tan expresivo? - pensó.

— ¿Que está sucediendo? - murmuro.

— Realmente haber entrado al lago te hizo daño. - la voz de koi le hizo voltear.

— ¿Entraste al lago? - pregunto Giyuu aun con su expresión de consternación. Se alejo para ver sus ropas y cabello empapado. Akasha no pudo evitar sonrojarse. — ¿Con este clima?

El hombre rápido tomo una cobija que estaba cerca y cubrió los hombros de la mujer con delicadeza, tomo varios mechones de cabello y lo exprimió dejando caer el excedente de agua al suelo. Koi rodo sus ojos dejando caer una toalla para que absorbiera el líquido.

— Yo dije que ella estaba loca, pero tu decidiste seguir con la boda.

Akasha se ahogó con su propia saliva y comenzó a toser de manera desenfrenada.

¿Había dicho, boda?

Denji san dio varios golpecitos en su espalda queriendo calmarla, vio de mala manera a Koi que se encogió de hombros y levantando la toalla del suelo, se alejó de ahí.

— Estar nerviosa, es normal. - su maestro le dijo al verla calmarse. — Los preparativos de la ceremonia te han presionado bastante. Mucho más desde que ese joven inosuke lleno tu vestido de flores silvestres.

Akasha retrocedió realmente confundida, ¿que estaba sucediendo?

— Akasha...

Ella se negó a observar a giyuu y dejando caer la cobija al suelo, salió corriendo fuera de la casa. Ignorando los gritos de los demás. Los árboles se movieron por el viento y un escalofrió corrió por su espalda, era otoño. Lo supo por el color de los árboles.

Ella volteo a todos lados con la respiración agitada, necesitaba saber que había sucedido. ¿Por qué no recordaba nada más que estar dormida?

Sus pulmones comenzaron a arder, y se detuvo de golpe cuando llego al final de una alta colina, al bajar la vista noto que la caída estaba llena de piedras filosas que brillaron por la luz del sol de otoño cuando ella se asomó.

— ¡Akasha!

Ella volteo de golpe, Giyuu corría hacia ella. Ella retrocedió otros pasos, él se detuvo al ver su reacción.

— ¡¿Que está sucediendo?! - su voz se cortó.

— Akasha, mi amor. Tranquilízate.

— ¿Por qué me llamas así?!

Giyuu alzo ambas cejas al oírle, realmente sorprendido. Alzo ambas manos cuando ella volvió a retroceder.

— Porque eso eres, eres mi amor.

— No, esto no está bien.

— ¿No está bien que te ame?

— ¡No! ¡bueno si! ¡no lo sé! - solto un sollozo angustiada por no entender lo que sentía. Se fijo en las manos de Giyuu, e iba hablar cuando noto algo que la desconcertó. Trago el nudo de su garganta y pronuncio. — ¿E-en verdad me amas?

Él se acercó a ella con cautela, como si no quisiera espantarla. Al estar frente a frente, quito un mechón de cabello de su rostro.

— Mas que nada en este mundo.

Akasha sintió sus ojos llorosos y tomo la mano que ahora descansaba en su mejilla, paseo sus dedos por sus manos y cerro sus ojos con fuerza.

— Gracias. - susurro. Giyuu pego sus frentes con suavidad cerrando sus ojos.

— No hay nada que agradecer. - susurro. Dio un casto beso en su frente y tomo su mano. —Anda vamos, luego de este día podemos alejarnos de todos por fin.

Ella lo detuvo cuando comenzó a jalarla de vuelta al camino, sonrio levemente.

— ¿Conseguiste esa casa cerca del mar?

El sonrio.

— Conseguimos. - corrigió divertido acercándose a ella de nuevo, tomo su rostro. — ¿Somos un equipo, recuerdas?

Ella asintió y cerro sus ojos recibiendo el bello beso que Giyuu poso en sus labios, Akasha se sintió fuera de la realidad, en una nube blanca y suave que calmo todo el miedo de su cuerpo. Se separo demasiado sonrojada, tomo sus manos nuevamente.

Ella quería comprobar que eso era real, que la felicidad que sentía era verdadera, y la única forma de comprobarlo era una cicatriz casi imperceptible en la palma de la mano de Giyuu, ella observo sus palmas y sintió el pinchazo de la decepción en el pecho al no encontrarla.

— ¿Que tienes con mis manos? - pregunto divertido al ver su acción, Akasha apretó sus labios.

— Veo la verdad- susurro. Alzo la vista y le miro con una profunda pena. — Esto no es real.

— ¿De que estas hablando?

— El Giyuu que yo conozco es torpe con las palabras y los sentimientos, el hombre que yo conozco tiene en su mano la marca del día que me salvo la vida. — Acaricio la palma de su mano intacta. — Este fue un buen sueño, que no sabía que quería que se cumpliera. Pero por más bello que sea, debo despertar. No puedo recuperar lo que perdí.

— ¿Perder qué? ¡Akasha! ¡no hagas algo estúpido! - grito aterrado al verla acercarse al final de aquella colina. — ¡Te amo! ¡¿me escuchaste?! ¡te amo!

Akasha le observo por una última vez y conteniendo un sollozo, dijo.

— Yo también.

Sin más, Akasha se dejó caer de la colina. Escucho el alarido desgarrador de Giyuu y su intento por ir tras ella, siendo detenido por Denji san y Koi que observaron a la chica caer con una mirada neutra.

Ella cerro sus ojos con fuerza esperando el golpe y así ocurrió.

Akasha despertó soltando un jadeo y escucho algo caer al suelo, parpadeo confundida y solto un sollozo cuando noto a nezuko sobando su cabeza por la caída. Ella la abrazo con fuerza haciendo que la pequeña demonio recibiera gustosa el gesto a pesar de la fuerza que la chica dorada ponía en ella.

— ¡Dios! ¡Estoy de vuelta! - limpio sus lágrimas y solto a Nezuko que la jalo hacia el pilar del fuego que parecía estar igual en una especie de trance. — ¿Que ocurrió? ¿dónde están todos? ¿dónde está tanjiro?

Al no recibir respuesta, Akasha hablo. Sin embargo, se calló abruptamente al sentir una fuerte esencia de demonio a su alrededor. Tomo a nezuko en brazos al ver que una especie de masa similar a la carne comenzaba a envolver el tren. Lo más rápido que pudo tomo su katana tirando la caja y dejando que la carne reciente se la tragara.

— ¿Que está sucediendo?!- grito dando un golpe con la katana cortando aquella masa asquerosa que se lanzó por ellas. Vio que aquella cosa comenzó a atacar a los pasajeros, apretó su arma y grito al demonio. — ¡Protege a los humanos!

El demonio creció varios centímetros y acato la orden, Akasha comenzó a cortar y rebanar sin descanso, tratando de salvar a los pasajeros dormidos. Pero comenzaba a cansarse debido a la enorme cantidad de ataques. Cortaba uno y salían seis más.

Escucho un quejido, y volteo encontrando a Nezuko siendo atacada por esas cosas. Ella grito y estuvo a punto de correr hacia ella, cuando algo la tomo de la cintura y a lanzo al suelo de golpe. Comenzó a patalear desesperada, pero pronto sus piernas y manos también fueron detenidas.

¿A caso ese eres su fin? ¿Moriría? Solto un sollozo, ¿por qué no podía ser feliz? ¿A caso estaba maldita desde su nacimiento?

Lucho hasta que sus fuerzas comenzaron a desaparecer, y Akasha les pidió perdón a todos los dioses.

Pero de pronto un estruendo se escuchó como respuesta a sus plegarias.

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MAJO

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