26 ( Ni juu roku)

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— Así que, por eso, he decidido no seguir con los cazadores de loto. - dijo Akasha temerosa frente a Oyakata sama una mañana soleada. — Quiero un final diferente para mí, sé que quizá suene egoísta, pero esa es mi decisión. Mi plan de acabar con muzan seguirá en pie hasta verlo morir frente a mis ojos. Si me lo permite, quiero estar de su lado cuando eso ocurra, quiero ser parte de sus planes y apoyarlos con todo lo que este a mi mano. Para finalmente tener la felicidad que tanto he deseado.

Oyakata sama se quedó en silencio, Akasha mantuvo su mirada en el suelo realmente nerviosa. Realmente lo había pensado y tras hablar con sus amigos y Giyuu, se dio cuenta que al terminar con muzan, ella no quería seguir siendo cazadora. Quería estar en paz, vivir tranquila y sin temor. Si seguía con los cazadores de loto, ella nunca obtendría esa paz.

Ella estaba siendo egoísta por primera vez en su vida, y no estaba arrepentida de nada.

— Akasha, mi niña- la armoniosa voz del patrón le hizo alzar la cabeza de golpe. — Respeto tu decisión. No tienes por qué estar nerviosa.

— Pensé que estaría enojado. - murmuro, el hombre solto una carcajada que hizo que sus hijas y su esposa quienes le acompañaban le vieran con cariño.

— ¿Por qué estaría enojado, cuando uno de mis niños toma una decisión que los hace felices?

— Yo...

— Akasha, desde que llegaste aquí, te volviste parte de nosotros. Puede que hayas sido entrenada diferente y que tengas distintas costumbres, pero a pesar de todo. Tenemos un mismo objetivo, ¿verdad? - akasha asintió— Además, Sanemi está muy contento con tenerte como aprendiz, ya me informo que has avanzado mucho en sus entrenamientos. Tu presencia constante con los niños kamado los ha hecho sentir un poco más cómodos en este lugar y ni se diga de kyojuro y Giyuu.

Ante el nombre del pilar del agua, ella se sonrojo intensamente llamando la atención de la familia del patrón. Amane la esposa tuvo que codear a sus hijas cuando sonrieron picaras por ello.

— Eres parte de nosotros Akasha, nunca lo dudes. Juntos podremos acabar con Muzan. - dijo el hombre con cierta esperanza posando su mano sobre la cabeza de la chica.

— Muchas gracias, Oyakata sama. - balbuceo ella entre lágrimas. El hombre sonrio.

— Gracias a ti. Por cierto, ya que estas aquí, te diré tu nueva misión. porque ya estas recuperada, ¿no es así?

— Claro que sí. - asintió decidida.

— Rengoku san tiene una misión en la que necesitara toda la ayuda posible. Se trata de un demonio, en el tren del infinito.

Akasha alzo ambas cejas, ese era el tren en el que había llegado hacia la sede meses atrás.

— Puedes aprovechar para aprender del pilar de la flama. - prosiguió. Akasha asintió decidida.

— Lo hare.

El patrón le dio la información exacta del demonio que supuestamente estaba en el tren, y tras escuchar, ella salió de ahí dispuesta a buscar a rengoku y cuando lo encontró, este la recibió con su usual energía.

— Partiremos hoy mismo.

Akasha casi deja caer su boca al suelo.

— ¡¿Que?!

— Tenemos que escuchar a testigos- comento el mientras limpiaba su katana.— Recabaremos información de este demonio antes de subir al tren. Lleva ropa abrigada, parece que hará bastante frio esta noche. - dio media vuelta, pero antes de alejarse, volteo sobre su hombro. — Me alegra que compartamos esta aventura juntos.

Akasha sonrio.

— A mí también me alegra.

Akasha volvió a su casa a empacar lo suficiente, caminaba por las habitaciones memorizando lo que debía llevar, Giyuu solo la observaba caminar de un lado al otro.

— Tu haori está en el tendedero. — Comento al ver que Akasha no encontraba su prenda favorita, ella sonrio y corrió hacia el jardín. — Tranquila, solo serán unos días.

— Lose, solo que no quiero decepcionar a rengoku.- murmuro apretando el ahori entre sus manos, Giyuu vio el collar relucir en su cuello y suspiro.— Estoy emocionada.

— Se nota. - comento burlón, ella le saco la lengua y se colocó su ahori. — Tu katana esta...

— lose, lose. Esa sí que no la pierdo. — Volvió a repasar lo que llevaba y al final se colgó el bolso cruzándolo sobre su pecho. — Creo que estoy lista.

Giyuu dejo de leer aquellas cartas para levantarse y acercarse a ella, le acomodo el collar con cuidado.

— Ten cuidado.

Akasha sonrio con sus mejillas sonrojadas.

— Lo tendré. - se observaron por varios segundos, admirándose mutuamente. — ¿Puedo abrazarte?

— ¿Eso es algo que se pregunta?

Akasha pronto compitió con el color rojo de los tomates. Comenzó a balbucear.

— Este...yo.

— Solo abrázame.

Ella pronto fue sorprendida cuando él la rodeo con sus brazos, ella correspondió el gesto con fuerza escondiendo su rostro en su hombro. Giyuu cerro sus ojos deseando que ella volviera sana y salva de esa misión. Olfateo el aroma a plantas aromáticas que usaba siempre y se separó de ella unos centímetros. Su mirada cayo a sus labios y pronto sintió una enorme necesidad de besarlos. Ante tal pensamiento se sonrojo, y retrocedió unos pasos mientras carraspeaba.

— Entonces, nos vemos en unos días. - murmuro ella nerviosa, Giyuu asintió con el corazón acelerado.

— Nos vemos en unos días.

Akasha salió de la casa con sus manos temblando, ¡había estado a punto de besarlo! de no ser porque él se alejó, lo hubiera hecho. Toco sus mejillas avergonzadas.

— ¿Ya van a casarse?

Akasha contuvo un grito al oír la voz de rengoku aparecer a su lado. El pilar de la flama caminaba a la par mientras le veía divertido.

— No aparezcas así, me asustas.

— Pensé que sentías mi esencia.

— Estoy algo distraída.

— ¿por amar a tomioka san?

— ¡Kyojuro!- chillo ella apresurando su paso. Rengoku solto una gran carcajada que resonó en la calle, espantando cuervos a su alrededor. La siguió entre risas fuertes encantándole su reacción.

Él estaba feliz de que Akasha tuviera sentimientos por giyuu y viceversa, había visto la manera en la que se veían ambos y había apostado con sanemi y tokito a que terminarían juntos antes de que terminara el año.

Con el dinero de la apuesta que cobraría al volver de la misión, podría llevar a su hermano senjouro a la feria y por hacerle ganar, llevaría a Akasha también.

NO COPIAS NI ADAPTACIONES

MAJO

GOLDENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora