32. ¡¿Qué hizo que?!

91 10 1
                                    

Austin.

Un par de horas antes...

—Buenos días, amor—enrolle mi brazo en su cintura acercándola más a mí.

Se retorció bajo mi brazo para quedar de frente a mí, ese cabello castaño que tanto me gustaba estaba tapándole la cara, le hice a un lado sus mechones, —buenos días—respondió acercándose para darme un beso.

—¿Quieres desayunar aquí o fuera?

Sus ojos se abrieron completamente, —¡Afuera!—sonrío, —voy apurarme para arreglarme—de un salto salió de la cama y entró al baño.

Aun tarde un poco en salir de la cama, baje al comedor y una de las chicas de servicio, las cuales fueron contratadas por Kaia, subieron para hacer la cama y recoger un poco el cuarto principal. Tomé una toalla y decidí nadar un poco en la alberca, le di como dos vueltas para distraerme un poco sobre los próximos compromisos que tenía y los futuros.

—Joven Butler—una de las chicas me llamo a unos metros del filo de la alberca, le hice un gesto para que se acercara, —encontramos este anillo ahorita que tendimos la cama, estaba debajo de uno de los muebles del espejo—por un momento pensé que era uno de mis anillos que usaba cotidianamente.

—Ah, si es de oro se lo puede dar a Kaia por favor—respondí.

Ella asintió como si regresara a la casa, —¡Ahh!, pero no es de oro, es plata con brillantes—lo saco de su bolsa y me lo entregó.

Pensé que estaba perdido.

Le sonreí, —Gracias, yo me encargó.

Parecía que nada le hubiera pasado, no lo había visto desde que ella se fue de la casa de vuelta a su departamento. Una oleada de recuerdos me bombardearon, me volví a sumergir en el agua cuando a través de la superficie apareció con su sonrisa y cabello negro, salí, —¿no estas listo amor?—el cabello negro se convirtió en castaño con chinos.

—Ahh, dame diez minutos y nos vamos—salí de la alberca agitando mi cabello. Le di la espalda para caminar, me bañe y cambie lo más rápido, guarde el anillo para después en la bolsa interna de mi chamarra.

Kaia poco a poco se había ido ganado mi corazón.

En venice por más discreto que quisiéramos pasar era algo imposible, día tras día, noche tras noche los fotógrafos nos seguían. Pero aquel día fue diferente era como si estuvieran buscando alguna otra noticia, y fue cuando escuche la noticia.

«Las fuentes aseguran que la cadena BBC la quiere para ser su nueva conductora de planta, pero seamos honestos y pongámoslo en perspectiva, Daniela Delacour no supera ni siquiera los veinte cuatro años, ¿Acaso creen que la princesa "americana" que es más latina dejará estas tierras y se embarcará hacia el otro lado del mar?, ¡yo creo que no!»

Kaia giro para ver la televisión, aunque lo escondiera una sonrisa se dibujó en su rostro.

Al principio pensé que era alguna broma, pero aquel programa de televisión que siempre andaba hablando de quien fuera tenía razón.—¡¿Qué hizo, que?!—pregunte escupiendo el café.

Las imágenes de Dani en reportajes anteriores y algunas de cuando salíamos pasaban como rayos en mi mente.

¿Se va?

Kaia volvió su mirada, algo pidió al mesero y este asintió volviendo por donde había llegado. Podía escuchar mi corazón en los oídos.

—necesito ir al baño, querida—hable levantándome casi corriendo de la mesa.

Mi novio es el ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora