18. Mi novio es el rey

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Pase todo el tiempo cubriendo notas de un estado al otro con cambios de temperatura, y justo hacia menos de una hora había regresado de Canadá. Y en ese momento Austin había vuelto a LA, tomé mis lentes y salí corriendo a su casa, pero no se escuchaba absolutamente nada, o bueno eso pensé hasta que arriba se escuchó pisadas.

Estaba acostado de espaldas a la puerta, su cabello aun mojado dejaba la mancha sobre las sabanas de seda.

—¡Bienvenido a casa!—me arrogue a él.

Un leve quejido se escucho y me deje caer a su lado; volteo y nunca lo había visto tan guapo como en ese momento, tenia algo que no sabia que, pero eso me enamoraba. —Hola mi amor—besó mi frente.

—mi amor—respondí pasando mi mano sobre su rostro, —te extrañé.

—Yo más.

Me senté en la cama y arrogué mi chamarra a la silla que estaba cerca, —¿estas cansado?

Movió su cabeza, y su simple cara me decía todo, por supuesto que estaba cansado, no sabía cómo soportaba tener los ojos abiertos en ese momento, —Un poco, tengo dos días de descanso antes de la premier—respondió pasando una mano por su cabello, desordenándolo más de lo que estaba, —y hablando de ello, ¿vas a venir conmigo?

¡Ay mi rey!

Por ti viajaría hasta el fin del mundo.

—Mmmm, no lo sé, puede ser, uno nunca sabe.

Abrió sus ojos como platos, —¡¿De verdad?!—se sentó de golpe dejándome ver sus abdominales.

—JAJAJA—me empecé a reír, hubiera dado lo que fuera por haber capturado esa imagen de su rostro, —¡Ay mi vida!—pase mi mano por su rostro.

Besó mi palma.

—Ya es hora de que todo el mundo sepa, ¿no crees?—susurre.

—Espera—recargo completamente su espalda en la cabecera,—¿estas accediendo?

¡No!

Solo quiero mis cinco minutos de fama.

—¿Y qué va a saber el mundo?

Me quede disque pensando, —Que mi novio es el rey.

Me pegó contra su pecho.

—I will always love you.

Asintió, —quítate esa ropa tan incomoda que traes, y ponte una de las playeras—ordeno con una voz bastante seductora, e imposible de rechazar; sin pensarlo dos veces lo hice, tomé una de las playeras grises que tenía, la cual me llevaba a mitad de mis piernas.

Salí, las cortinas estaban corridas pero un poco de sol se filtraba, y un bulto en la mitad de la cama ya estaba completamente dormido. Me acomode a su lado, la cama era lo bastante grande como para acomodarnos a nuestras anchas sin siquiera molestarnos, esta vez no hubo interrupciones u teléfonos a punto de explotar por las llamadas; fue quizás un tiempo fuera para los dos, pero como todo sueño uno siempre tiene que despertar y aquella tarde así lo hicimos.

—Buenos días—se retorció sobre su lado, poniendo su mano en mi cintura jalonándome hacia él.

—Buenos días—gire sobre sus brazos para poder verlo de frente, pase mi mano por su rostro, no quería romper la conexión y tan bello momento que estaba pasando.

Quedamos abrazados sin decir una sola palabra, era como si el mundo exterior se congelara dejándonos a nosotros atrapados en una burbuja.

—Dani—me llamó pasando su mano por mi cabello, —llevo bastante tiempo queriendo preguntarte algo—se sentó y dio un salto fuera de la cama quedando justo a mi lado, me divertía ver toda la cosa que pudiera llegar hacer con tal de tener mi atención.

Mi novio es el ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora