7. No andaba muerto, andaba de parranda

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Tres meses y medio después.

—¡La espera termino! Hoy catorce de febrero tenemos el primer trailer de Elvis, protagonizado por Tom Hanks y Austin Butler, al igual que el director ha dado a conocer los posters oficiales—informe a la audiencia. —La fecha de estreno para Estados Unidos está previsto para el 24 de junio; así que fanáticos del Rey del Rock n Roll es hora de desempolvar los vinilos, la chamarra de cuero negro, el peinado y las patillas—uno de los posters de Austin estaba de manera inmensa detrás de mí.

El programa termino y Dylan igualmente me felicito, correspondí de buena manera a las felicitaciones y salí a mi camerino

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El programa termino y Dylan igualmente me felicito, correspondí de buena manera a las felicitaciones y salí a mi camerino. Durante todos estos meses bastantes cosas habían sucedido, la respuesta sobre mi reportaje del concierto llego junto a un ascenso, y mi propio programa de chismes, el cual se empezó a transmitir a inicios de enero, a las pocas semanas se posiciono como uno de los programas más vistos durante las mañanas; más oportunidades para cubrir ciertos eventos para los cuales antes casi tenías que hacer ciertos puntos con Karen.
Cris y Liz ya habían puesto la fecha de su boda, Gabriel ya le había comprado el anillo de compromiso a Jenny, y, solo esperaba el momento exacto para hacer la pregunta. Waffles había fallecido a principios de diciembre, quede bastante destrozada por perder a mi compañero.

—felicidades—susurre sacando el estuche, los lentes ahora eran parte de mis accesorios diarios posterior al programa.

Tocaron la puerta.

—¡adelante!

Karen apareció con su cabello antes largo, ahora corto al ras de sus hombros—Dani, debo decir que siempre me dejas impactada con las notas que das—se puso frente a mí, poco después de quedar al descubierto le tuve que contar todo lo sucedido. —Acaba de llegar esto para ti—dejo el sobre rotulado con mi nombre sobre el tocador, tomo los lentes y los coloco en la parte de arriba de mi cabeza.

—¿Qué es?—pregunte.

—Digamos que es tu siguiente nota—subió y bajo las cejas.

No pude esperar para abrir el sobre y leer el contenido, —¡Ay, Dios!—lleve mi mano a la boca, —¿V-voy a entrevistar a Nikki Sixx y Tommy Lee?—pregunte releyendo una y otra vez la información.

—Si—cepillo su cabello, —estarán en el foro en tres días y tú serás le encargada, tendrás libertad absoluta.

—Eso es genial—me mordí el labio, —preparo las preguntas, te las entrego y yo me pongo de acuerdo con Dylan para la escenografía.

—¡Genial!—se despidió de beso en la mejilla. —Ah, y Dani. Dile a Gabriel que, si se va a casar que me envíe invitación, siempre es divertido ver el enojo de Jenny cuando me ve—salió del camerino.

Si algo amaba de mis amigos era su sinceridad y sobre todo la de Karen. Durante mi tiempo de pasante ella era una reportera que trataba de conseguir notas sobre las estrellas, y Gabriel apenas empezaba a ser conocido como cirujano; así que para ayudarle a Karen todo lo que llegaba del hospital se lo pasaba a ella; y su forma de cobro de los dos era bastante interesante...por no decir que se daban como cajón que no cerraba cada vez que podía; obviamente hasta que Jenny se entero se la hizo de emoción a su novio y casi se golpea a la pobre pelirroja.

Me quede más tiempo en el estudio finalizando las cosas para la entrevista con los chicos de Mötley Crüe; aún era bastante difícil llegar al departamento y que Waffles no corriera a recibirme a la puerta o que se fuera a dormir conmigo durante las noches.

Mire el reloj 10:30 pm.

¿A dónde se había ido todo mi tiempo?

Guarde la computadora.

—Genial—mi teléfono estaba muerto, ni siquiera me había dado cuenta de ello.

Camine hasta el estacionamiento, encendí el coche y maneje hasta el edificio.

—Buenas noches, Señorita Delacour—saludo muy cortésmente Bryan, quien era el nuevo portero del edificio.

—Buenas noches. Bryan—respondí, —¿algo para mí?

—Un momento—camino a la pequeña oficina detrás suyo, —este paquete llego en la mañana, pero ya se había ido.

—Gracias—tome el paquete, y llame el ascensor.

Abrí la puerta, las luces estaban apagadas completamente, entre a la cocina cuando vi una sombra negra, cerré los ojos pensando en que había sido una alucinación, los volví abrir y no había nada—te estas volviendo loca, Delacour—me hablé yo misma.

Tomé una cerveza y la abrí; estaba a punto de salir cuando de nuevo una sombra negra, solo que esta vez parecía que estaba cerca de la barra de la cocina; abrí y cerré los ojos, pero seguía en el mismo lugar.

—Ok, esto si está empezando a dar miedo—camine despacio, rezándole a todos los santos para que solo fuera una alucinación, había visto muchas películas de terror durante esos meses, así que bastante sugestionada con espíritus y toda cosa sobre natural ya estaba; y ni como llamarle a alguien, pues mi teléfono estaba muerto.

Camine tres pasos cuando llegue a la sala, la cual estaba más obscura de lo normal, no había nada, ni siquiera una sombra, solté el aire.

—Sabes, deberías poner más seguridad—hablo alguien desde las sombras, poniéndome la piel de gallina.

Busque con la mirada de donde vendría la voz, pero no lograba ver absolutamente nada—lo digo enserio, que tal si alguien entra, así como yo lo hice...

—Muy gracioso, Gabriel—le di un trago a la cerveza,—¿tan aburrido está el hospital que tienes que venir a asustar a tu mejor amiga?—nada de respuesta.

¿Acaso si me estaba volviendo loca? Era un misterio que jamás sabríamos, o al menos ahorita no. Intente prender la luz, pero nada.

Cosas cayéndose en mi cuarto hicieron que me sobresaltara de nuevo.

No, no ya me empezaba hacer la idea de que iba a tener que llamar a un cura para que le hiciera un exorcismo al departamento, o quizás era el alma de mi querido Waffles. Suspiré cuando recordé a mi querido compañero y la calma llego a mí, con todo ello en la mente por unos breves instantes olvide los ruidos.

Pero ello solo hizo que ruidos de mi cuarto continuaran y como una buena chica con ascendencia mexicana agarre la biblia, el rosario y me levante de salto del sillón ya lista para andar rezando veinte padres nuestros y quince aves marías. De frente a la puerta y con una mano en la perilla, el ruido ceso o al menos eso pensé, pegue la oreja a la puerta,ya no sabía si salir corriendo o qué; pero recordé los sabios consejos de la abuela: «Miéntales la madre a los espíritus» me arme de valor para decirles hasta de lo que se volverían a morir.

Brinque cuando el tocadiscos se encendió, el corazón ya lo tenía en los oídos.

Oh, my love, my Darling.

—¡¡AHHH!!—grité en cuanto sentí una mano en mi hombro.

Y las luces se encendieron.

—¡JAJA!—estaba doblado de la risa.

En lugar de que fuera divertido mi corazón latía al mil por hora y mi sangre comenzaba a hervir—Maldito hijo de perra. Al parecer no andabas muerto, andabas de parranda—le avente el contenido de mi cerveza y comencé a pegarle.

—¡auch!

—duele

¡Dale con la silla!

—¡No, no!

—¡Alto!—tomo mis muñecas.

Mi novio es el ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora