12. Más problemas

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+18 leer bajo su propia advertencia.

Subimos del bar y una inmensa tensión se sintió en el elevador, fue acortando el espacio entre nosotros para que finalmente nuestros labios se volvieran a encontrar después de todo ese tiempo alejado, pareciera que estábamos hechos el uno para el otro, nuestras lenguas danzaban al mismo tiempo con una batalla de quien tendría el control en esos momentos. Y sus manos bajaron por mis brazos dejando caliente a su paso y mis manos le correspondieron detrás de su cuello aferrándome a él lo más que pudiera.

Pero nos tuvimos que separar en cuanto abrimos la puerta y como si fuera una invitación fuimos directo a la habitación.

La habitación semioscura con las luces de la fiesta eterna de afuera iluminando.

Mis ojos inquietos lo buscan por toda la habitación, y lo encuentro sentando en la cama, sin camisa, su espalda contra la cabecera. Una parte de mi se sigue preguntando en qué momento lo había dejado dormir conmigo, pero otra parte esperaba que el alcohol ya hubiera hecho su trabajo y que estuviera dormido, pero al parecer no estaba completamente despierto.

Sus ojos se encuentran con los míos y me sonrió, —Te queda bien mi camisa.

De la apuración no había empacado mi pijama.

Que no vea que te derrite el corazón.

Fue algo imposible, le regrese la sonrisa y me quede parada sin siquiera hacer que hacer o decir.

—¿Te vas a quedar ahí toda la noche?, Ven—palmeo el lugar que estaba junto a él.

Vacile por primera vez, y lo noto, —¿Tan malo soy?

Bufe en respuesta, —Claro que no.

—Si claro, ven.

Me siento en la orilla de la cama, poniendo tanta distancia entre los dos como sea posible, aunque realmente parezco adolescente por primera vez quedándose a dormir en la casa de su novio. Austin levanta una ceja, pero no dice nada.

¿en qué momento?

Me regaño mentalmente pero ya lo hecho, hecho esta y no puedo deshacer. Nos quedamos en un silencio bastante incómodo.

Quizás me arrepienta de esto.

En un giro bastante inesperado me toma de la mano para que lo mire, —Luces sorprendida—pone sus manos detrás de él, inclinándose hacia atrás, dejándome ver esos abdominales.

—No es solo que...

¡que sea lo que dios quiera!

En un abrir y cerrar de ojos, Austin estaba encima de mí, su boca encontró la mía, mandando mi conciencia por loa aires. Su beso no era tierno era bastante cargado de emociones y energía, era rusa, apasionado y eso me encantaba. Sus suaves labios lamian, chupaban y poseen. No pude evitar gemir contra sus labios, y su lengua era bastante tentadora, me provocaba. Sus labios sabían a vodka. Me aferre a su cuello besándolo con toda la energía que tenía. Lo había extrañado tanto, como el a mí, quizás las palabras no fueron las suficientes como para decirnos lo que sentíamos el uno por el otro, pero nuestros cuerpos estaban hablando y demostrándolo.

Austin abrió mis piernas para meterse entre ellas y dejarme sentir como estaba en ese momento; sus caricias dejaban fuego conforme pasaban por mi cuerpo. Era como sentir todas las emociones en una sola. Su mano subió por debajo de la camisa que llevaba (la cual me sorprende que aun tenga puesta), acaricio mis muslos, para finalmente enredar sus dedos sobre mis bragas que llevaba jalándolas hacia abajo y aventándolas a alguna parte de la habitación. Se despego un segundo de mis labios para verme con esos ojos azules que pudieran lograr tenerme a sus pies.

Mi novio es el ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora