3. Un papel y una sorpresa

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Una privada con casas y departamentos, hasta el final de la calle nos estacionamos.

Era una bonita casa con ventanas de vidrio, y un jardín bastante cuidado. Abrió la puerta cuidando de que nadie nos viera.

—Esto no es cierto—hablé mirando todo lo que estaba en el primer piso, una mesa de billar, una sala y comedor enormes. Y una cena en su jardín se estaba llevando a cabo. —¿tu vives aquí?

—Si, ¿Por qué?

Me quede petrificada viendo las escaleras que llevaban al segundo piso.

—¡Cúbrete!, ¡que no te vean!—coloco lo primero que encontró sobre y cabeza, y me jalo escaleras arriba.

—¿Qué haces?

—Ve allá arriba, ¡rápido!

—me estas lastimando.

—Lo siento.

—Austin, ¿a dónde vamos?

—Lo siento es que no se—respondió siguiendo escaleras arriba.

—¿de quien me escondes?

—No, no te estoy escondiendo. Es que no quiero que estas personas en particular te vean ahora—miraba a los lados para evitar que fuera vista.

¡que imbécil la verdad!

—¿Por qué no soy una actriz, o modelo?

—No—respondió rápidamente, —porque no quiero que nadie haga preguntas, y tú igual. ¿Quién es?, ¿Dónde se vieron?, ¿Son novios?—imito a los reporteros con un micrófono imaginario en la mano.

—¡¿Nosotros?!

—Si, inventan chismes.

De acuerdo, eso sí dolió.

No todos los reporteros somos chismosos, algunos decimos las cosas como son sin ni siquiera intentar hacer más grande una nota.

—¡Ay, vámonos!

Abrió la puerta de un cuarto—El cuarto de visitas—me puso en el centro, —Ponte cómoda.

—Dime, ¿tengo elección?—puso los ojos en blanco.

—No creo—asintió, —enseguida vuelvo—camino a la puerta, —Tu...quieta.

Hice el sonido de un perro, se río y desapareció tras la puerta. El cuarto era lo bastante grande como para ser uno de huéspedes, quizás todo mi departamento cabía dentro de este; frente a donde estaba había un pequeño balcón, abrí un poco las puertas para evitar que se viera desde el jardín pero todos estaban más enfocados en hablar entre ellos que poner atención a lo que sucedía sobre sus cabezas, en la mesa justo en la orilla estaba Baz Luhrman director de bastantes películas importantes dentro de la industria, entre las cuales estaban: The Great Gatsby, Romeo + Julieta y Amor en Rojo.

—¿Qué hace aquí?—pregunte para mí misma.

Me sentí un poco mareada haciendo que me sentara en el filo de la cama. Por un momento los ruidos se callaron. Y una guitarra empezó a sonar, en cuanto el mareo paso, camine hasta el balcón; lo mire sentado en un banquillo con una guitarra y a su alrededor todas las demás personas que estaban presentes.

—Take my hand Take my whole life too For I can't help falling in love with you—me aferre a la barandilla mientras lo escuchaba interpretar esa canción tan emblemática para toda la cultura, su voz era completamente grave, pero no un tono en el que pensarías que jamás escucharías esta canción tan llena de amor.

La seguía cantando con el sentimiento que era correspondiente—Like a river flows Surely to the sea Darling, so it goes—una sonrisa se dibujo en mi rostro, la verdad era una interpretación divina. No solo yo estaba tan hipnotizada con el pequeño concierto, cada uno de los presentes parecía que estaban aguantando el aire, porque cualquier cosa mínima pudiera hacer que despertáramos del sueño—Some things are meant to be.

Mi novio es el ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora