6. Al descubierto

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Me quede en la casa de Austin a dormir, no puedo decir que paso algo cuando no. Se miraba tan cansado, tan agotado aunque intentara ocultarlo; en cuanto llego y toco almohada se quedó completamente dormido.

—dulces sueños, amor—besé su frente y lo cubrí.

No tarde mucho en seguir sus pasos, caí en los brazos de Morfeo completamente.

El teléfono sonando...

Varias llamadas perdidas de Karen...

Mensajes por montones...

Eso fue mi despertar.

—bueno...

—¡Prende la televisión!—exclamo Karen del otro lado de la línea.

—Un momento—le dije buscando el control de la pantalla.

«El actor Austin Butler Butler fue captado lanoche de ayer de vuelta en Los Ángeles en donde se encontró con la misteriosachica de Venice Beach, solo que esta vez sabemos quién es, se trata nada más ynada menos que de nuestra compañera reportera de Clevver Teve Daniela Delacour Las fuentes dicen que se llevan once años de diferencia»

—El estudio esta repleto de paparazis queriendo tomarte fotos y reporteros listos para una nueva nota—se escuchaba estresada, —Dani, no sé qué ocurre, pero será mejor que no aparezcas hoy por acá.

Paparazis, camarógrafos ahora era yo la que sería la nota, no quien la buscaba.

—No te preocupes Karen, estaré bien—colgué la llamada.

Cambie y cambie de canal, pero todos hablaban de lo mismo, fotos de anoche besándonos y tomados de las manos eran lo que adornaban.

—¡Mierda!—golpe a mi lado, pero no se quejó Austin ya no estaba en la cama.

Un ruido en la parte de abajo me hizo saltar de la cama, baje corriendo las escaleras descalza y lo vi, estaba sentado al borde del sillón con el pantalón del pijama y su torso desnudo, los músculos de atrás se le notaban claramente, sus codos estaban sobre sus rodillas y en sus manos el control; me quede mirándolo desde la pared que estaba detrás suyo, me acerque intentando no asustarlo y me senté en el reposa brazos del sillón. Parecía que se hubiera congelado, no hablaba ni parpadeaba solo porque vi como su abdomen se movió podía jurar que ni siquiera ello estaba haciendo

Pase mi mano por el otro brazo esperando alguna respuesta de su parte.

—Ya saben quién eres.

Esas palabras hicieron que me congelara.

—Ya saben quién eres—repitió pasándose las manos por su cabello.

De un salto se puso de pie y salió al jardín, sin decir una sola palabra o mirarme se avente a la piscina.

¿Qué le pasa?

Me arrogue. Mis ojos escanearon la piscina y me congele cuando lo vi del otro lado, sus brazos extendidos en el borde de la piscina, mirándome.

No había nadie, desde que se fue a grabar la película dos veces a la semana una chica hacia la limpieza. Y por la forma en la que el me miraba, se que el planeaba aprovechar esta soledad.

Gire mi vista de nuevo a donde el estaba, y no esta.

¡Mierda!

¿viene por debajo del agua?

Alcance el borde, y me agarre fuertemente para levantarme fuera de la piscina, estaba a mitad del camino cuando unas manos tomaron mi cintura bajándome bruscamente.

Austin me presiono contra la pared de la piscina, su cuerpo definido detrás de mí, su aliento caliente rozando la parte de atrás de mi cuello, —¿tan rápido vas a escapar?

Trague, intentando liberarme, —Quizás.

Gire en sus brazos quedando de frente a él, todo mojado, su pelo empapado pegado a los lados de su cara, y esos ojos azules tan hermosos, —lamento mi reacción—subió su mano por mis caderas, llevándola a mi mejilla, —solo q-que no quiero perderte.

—Ni yo te quiero perder—pegue mi frente a la suya.

—Hagamos esto, te prometo que...

El teléfono empezó a sonar.

Cinco segundos son lo que pido con mi novio.

—ve—moví la cabeza para que respondiera y me quede sola con las pequeñas olas chocando con mi pecho.

Se tardo de nuevo en la llamada, tome la toalla, la enrolle en mi cuerpo y entre a la casa apenas me senté cuando se aventó para dejar el teléfono en su lugar.

—¿Qué paso?

—Me...tengo...que...ir...—grito empezando a subir las escaleras para el cuarto.

Busque con la vista mi bolsa, la encontré y saque un cigarro me recosté en el sillón y le di un par de caladas al cigarro. Los sonidos de las maletas chocando con el piso de madera de las escaleras se hacían cada vez más cercanos hasta que un Austin con blusa blanca, jeans y su equipaje de cada lado se hizo presente, lo mire de reojo y regrese a ver lo interesante que era el techo blanco.

—¿A dónde vas?

—de vuelta a Australia, Baz quiere que la película se termine de grabar para que la presente en Cannes.

—Vaya—respondí dándole otra calada a mi cigarro.

—¿es todo lo que vas a decir?—pregunto.

—¿Qué mas quieres que te diga, Austin?

—¡Al menos alégrate!—sacudió la cabeza, —Olivia si lo está—soltó.

¡agárrense quien pueda!

—¡¿enserio?!—me levante, —pues si se entienden tan bien ¡ve con ella!

—¡Eso haré!—grito a mis espaldas mientras subía al cuarto, lo mire por el barandal y le pinte el dedo medio.

No lo volví a ver, la última cosa que supe fue que volvió a grabar; empezó a salir con Olivia DeJonge, ¿y como lo supe? Porque esta vez no se cubrió al momento de salir de un bar con ella agarrada de la mano; me encargue de dar la notica hasta con foto y todo, bien bonito.

Gracias a una publicación en el Instagram oficial de la película supimos del final de la grabación, por lo que la prensa empezaría a buscar las oportunidades para tener una entrevista con Butler y Tom Hanks.

Mi novio es el ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora