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Jim le ayudaba a Blinky a guardar todas las armas utilizadas en su entrenamiento, el de baja altura tarareaba una canción, la cual el híbrido no sabía, pues su mentor le explicó que era una antigua canción de los tiempos cuando sólo reinaba en idioma troll. El ojiazul volvió a su forma humana cuando acabaron.

-Merlín es un mago, ¿verdad?- de atrevió a preguntar, mirando su amuleto en su mano.

-Así es, maese Jim. Aunque ya no "es", sino que era un poderoso mago, el mejor de todos los tiempos - contestó el de seis ojos volteando a verlo- ¿A qué viene la pregunta?- ahora fue su turno de cuestionar.

El peliazul suspiró profundamente, antes de volver a hablar.

-¿Y si no está muerto como creemos?- insinuó apretando más su amuleto en su mano- Cuando los magos me secuestraron, ellos distrajeron a Merlín para que pueda escapar sin que nadie más me notara. ¿Cuánta es la posibilidad de que haya otro Merlín? Yo fui escogido por su amuleto para ser el siguiente cazatrolles y recibí el privilegio de volverme híbrido, antes de que él desaparezca y lo diéramos por muerto. ¿Algo de lo que digo tiene sentido? ¿Por qué el mejor mago crearía un amuleto que proteja a sus enemigos? ¿Por qué desaparecer?- terminó lanzando algunas preguntas que lo invadían.

Blinky apretó sus labios, mientras lo miraba con el ceño preocupado. En verdad quería ayudar a esclarecer sus dudas, pero él tampoco sabía las respuestas.

-Sé tan poco como usted, Maese Jim.- aseguró el troll sin ocultar la lástima en su voz y el Lake volvió a suspirar- Pero usted es un gran cazatrolles, logrará obtener las respuestas que tanto anhela y acabarás con esta guerra. De eso no tengo dudas.- añadió colocando sus manos en sus hombros y fue ahí cuando el joven alzó la vista hacia él y le sonrió.

-Gracias, Blinky.- agradeció, pero luego su rostro cambió como si se hubiera acordado de algo- ¡Oh! ¿Tú sabes algo del reino de Camelot?- preguntó. Sin embargo, su entrenador pareció desconectado.

-¿No te hablé sobre Camelot?- interrogó y Jim negó- ¡Oh, por mil trolls!- se autoregañó palmeando su rostro con dos de sus manos.

-¡Entonces sí sabes!- dedujo el cazatrolles entusiasmado.

-¡Por supuesto! ¡Tampoco soy un ignorante!- reclamó con aires divertidos, los cuales le sacaron una pequeña risa al híbrido- El reino de Camelot es el hogar de los magos, aunque están bajo el reinado de un humano, el rey Arturo. Aunque el rey no es fan de la magia, no puede erradicarla, siempre ha existido magia en Camelot. Humanos, magos y hasta trolls convivían en paz; hasta que los Gumm Gumm atacaron y asesinaron a la reina, así Arturo declaró la guerra, pero sin diferenciar entre Gumm Gumms y nosotros. Nuestros abuelos y padres tuvieron que atravesar un portal con ayuda de un buen mago para venir aquí y escapar de la guerra. No obstante, no hemos podido mantenernos al margen del todo y ahora más que los magos nos han encontrado.- relató brevemente y demostrándole preocupación ante sus palabras.

-No te preocupes, Blinky. Ninguno de nuestros trolls acabará herido, no bajo mi mando.- le aseguró con determinación.

Él mismo iba a acabar con la guerra.

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-¡Jimboooo!- el grito de Toby retumbó por todo el pasillo en cuanto vió a su amigo- Primer día de talleres, último día para inscribirse. ¿Vamos a ver dónde se inscribieron?- preguntó eufórico y ansioso.

No fue nada difícil para Jim saber de quiénes hablaba el castaño.

-Sabes que sí, Tobes.- concedió el ojiazul de buen humor y se acercaron al muro donde colgaban las inscripciones de cada taller. Allí ambos se percataron de algo que no esperaron, el par de magos se inscribieron en talleres distintos.

•TROLLS & WIZARDS•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora