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-¡Claire!... ¡Claire, despierta ya!... ¡Claire!- escuchaba la voz distorsionada y desesperada de su amigo, la movió con delicadeza y ella parpadeó con mucha lentitud. La cabeza le dolía mucho- Claire, ¿me oyes?- le preguntó Douxie una vez que ella ya tenía los ojos abiertos y enfocados en su rostro.

-Sí.- contestó con la voz ronca para luego reincorporarse, sentándose en el suelo. Observó en dónde estaban y no reconocía el lugar, jamás habían estado ahí. Sólo pudo percatarse que estaban dentro de una jaula y con unos grilletes alrededor de sus muñecas- ¿Dónde carajos estamos?- fue su turno de cuestionar y detalló que las paredes no parecían una construcción; sino una cueva, pero habían piedras de hermosos colores fosforescentes.

-No tengo idea.- respondió el chico- Lo último que recuerdo fue que Toby nos dijo algo y todo después es negro.- añadió y la princesa frunció el ceño.

-Tenemos que irnos. Ahora.- añadió la última palabra al ver que él ni se inmutaba ante sus palabras. Estiró sus manos hacia el frente para crear un portal que los sacara de allí, pero se desconcertó al ver que su magia no funcionaba- ¿Qué sucede?- murmuró para sí misma.

Casperan intentó usar su magia, pero ni el más mísero rayo azúl salía de sus dedos.

-Son los grilletes.- ambos reconocieron esa voz y voltearon sus cabezas para verlo. Era el cazatrolles- No creerán que los encerraría sin bloquear su magia, ¿cierto?- cuestionó con ironía. Douxie rodó los ojos y bufó, mientras que Claire sólo se cruzó de brazos fulminándolo con la mirada.

-Sácanos de aquí.- le exigió entre dientes.

-Por favor, sólo queremos hablar con ustedes.- pidió Jim, mientras alzaba sus manos en signo de paz.

-¿Queremos?- Douxie alzó una ceja.

Justo después de sus palabras, dos trolls entraron a los calabozos, acompañados de un humano al que conocían bastante bien, era Toby. Esto sólo confirmó las sospechas de la del cerquillo blanco.

-Ya déjate de juegos, Jim. Sé que eres tú.- señaló furiosa, asombrando a absolutamente todos.

-¡¿Disculpa?!- exclamó su mejor amigo- ¡¿Desde cuándo?!- preguntó indignado.

El Lake quiso formular la misma interrogante, pero su estado de shock no se lo permitió, sólo la observaba con los ojos bien abiertos. ¿Desde cuándo ella lo sabía?

-Lo sospeché desde que iniciamos los talleres.- ella respondió sin problemas- Cuando tomaste mi mano al decirme para hacer un dúo, volví a sentir esa electricidad que recorre nuestros cuerpos al tocarnos. Aquel día me ganó la curiosidad y decidí leer para descubrir qué es, resulta que lo sientes cuando dos especies mágicas se conectan.- reveló sin dejar de mirarlo a los ojos y, claramente, omitiendo la parte en la que ambos sienten algo por el otro. Douxie se quedó pensativo ante las palabras de su mejor amiga, algo no encajaba. ¿Por qué ella sí sentía esa electricidad y él no, si él también es un mago?

El ojiazul negó lentamente con la cabeza.

-Vaya, Claire. Yo...- iba a decir algo, pero el mago lo interrumpió.

-¡Tú lo sabías!- gritó también empezando a enojarse con él- Desde la vez que nosotros te secuestramos lo sabías. Sabías todo este tiempo que somos magos y te acercaste. ¡Los dos!- también señaló con enojo al castaño, quien solo se encogió de hombros avergonzado.

Nuevamente, Jim iba a hablar, pero la princesa no lo dejó.

-¿Qué mierda eres?- bramó- ¿Un híbrido?- lo analizó de pies a cabeza. Había leído sobre los híbridos, pero fue en un libro de fantasía que Merlín le regaló cuando era sólo una niña.

•TROLLS & WIZARDS•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora